Los sindicatos de prisiones se ponen en pie de guerra contra el Gobierno de Pedro Sánchez

Desde los sindicatos denuncian “el proceso sistemático de olvido que han tenido las distintas administraciones que han ido dejando a un lado a prisiones, las promesas incumplidas por parte del partido socialista”. De igual modo señalan que  los responsables de Interior retiraron una oferta en las negociaciones por la mejora de las condiciones laborales “en poco más de 48 horas, faltando el respeto a los más de 22000 empleados trabajadores penitenciarios de toda España”.

De igual manera aseguran que los argumentos que defienden son “más que sólidos” para la convocatoria la huelga general, “después de más de un año y medio de movilizaciones, y sin haber encontrado una solución este conflicto”.

Los sindicatos que convocan las jornadas de protestas piden un trato igual que el resto de los trabajadores del ministerio interior, en el que, según dicen, si ha habido una negociación real y se han llegado a acuerdos con los representantes de los trabajadores.

Entre las mejoras que exigen al Gobierno, destacan un aumento en el personal de los centros penitenciarios. “Es fundamental que se nos nutra de persona suficiente, hay cerca de 3400 vacantes en prisiones para así mejorar, en la medida de lo posible, las condiciones laborales paupérrimas en la que trabajamos a diario”, señalan en un comunicado.

También denuncian una falta de formación en los trabajadores que tienen que lidiar con temas “tan candentes como el islamismo radical”. En este punto, reclaman un mayor respeto a la labor que realizan que “tiene un efecto directo en la sociedad por el trabajo que se realiza a diario en la prevención de delitos”. Así, apuntan al ejemplo que se ha dado a conocer esta última semana en la operación dirigida contra DAESH y los presos islamistas radicales que habitan las cárceles españolas.

Además, arremeten contra la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias por hacer una “nula publicidad” de las protestas, algo que consideran “un síntoma inequívoco que para nuestros gestores nuestra labor ni debe ser publicitada ni valorada”.