18 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Este estadounidense, que tapizaba sus muebles con la piel de sus víctimas, protagonizó la historia más perturbadora de los años 50 llevada cine

El 'carnicero de Plainfiel', el asesino que inspiró 'Psicosis': Se cumplen ahora 65 años del internamiento de Eg Gein

Ed Gein
Ed Gein
El 6 de enero se cumplen 65 de años del internamiento de un asesino Edward Theodore Gein que protagonizó una de las historias más perturbadoras y reales de Estados Unidos. Fue condenado a un internamiento indefinido en un manicomio después de que los psiquiatras le impidieran mentalmente para ir a la cárcel. Su afición una vez realizados los asesinatos era tapizar sus muebles con esa piel humana.

Ed Gein, conocido también como “El carnicero de Plainfiel” fue un asesino en serie y profanador de tumbas de los años 50 que operaba en el pueblo de Plainfield, un condado de La Crosse en el estado americano de Wisconsin. Es conocido mundialmente por confeccionar pieles humanas y tapizar con estas los muebles de su casa.

Su madre, Augusta, era una mujer obsesionada con la religión le aisló socialmente y le repetía constantemente que sólo debía estar junto a ella, esta constante manipulación mental le hizo desarrollar lo que se denomina complejo de Edipo, una mezcla brutal entre odio y amor hacia su madre.

Quién fue Ed Gain

Edward Theodore Gein nació el 27 de agosto de 1906 en Wisconsin. Su padre George P. Gein, alcohólico y ausente murió en 1940 lo que supuso que Ed Gein se acercara más a su madre y desarrollara su complejo de Edipo.

Su madre Augusta Wilhelmine Gein era una fanática religiosa con problemas mentales, entre ellos una profunda misoginia. Consideraba a las mujeres eran prostitutas creadas como el fruto del pecado original y que su única razón para existir era la de tentar a los hombres.

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Augusta Wilhelmine Gein, madre del asesino.

Obligaba a sus hijos a leer de forma obsesiva el Antiguo Testamento y se encargaba por medio de palizas y relatos religiosos de mantener a sus dos hijos ajenos al mundo y a las relaciones sociales. No solo le advertía de que debía alejarse de sus compañeros ya que estos eran “pecadores” sino que el contacto con el sexo opuesto era duramente castigado.

4 años después de la muerte de su padre en 1944 murió su hermano Henry tras un incendio en la granja familiar. Henry tenía signos de haber sido golpeado, sin embargo, la causa oficial de la muerte fue asfixia debido al humo del incendio. Un año después en 1945, su madre, Augusta moriría debido a un paro cardíaco. Ed quiso mantener la habitación de su madre tal y como está la había dejado, decidió tapiarla para que se preservase en el tiempo.

Los crímenes y la detención

Su primera víctima fue la joven Mary Hogan que trabajaba en una taberna en 1954. La tiroteó y la llevó a su casa en coche, lo mismo hizo con su segunda víctima. Ambas jovenes tenían un tono de piel muy pálida que coincide con el tono de piel de su madre.

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La desaparecida Mary Hogan

El 8 de diciembre de 1954 a las cuatro de la tarde, Mary se encontraba a punto de cerrar su bar cuando dejó entrar a uno de sus habituales a tomar un café, era Ed. Una vez dentro, este le disparo con un revólver del calibre 32 y arrastró el cuerpo hasta su camioneta. Ni se molestó en limpiar la escena del crimen.

Horas más tarde llegaría Seymour Lester, otro granjero de Plainfield que había salido a comprar un helado para su hija. Encontró la escena del crimen tal y como la había abandonado Ed: la taza de café seguía en la barra, el casquillo de bala seguía en el suelo y el rastro de sangre empezaba a secarse. Sin embargo, este caso cayó en manos de un alguacil inexperto que archivó el caso como un misterio sin resolver.

El 15 de noviembre de 1957 detienen a Ed Gain. Su última víctima trabajaba en una ferretería y el mismo día de su desaparición Ed constaba en el libro de contabilidad como último cliente, es entonces cuando la policía va a su domicilio y encuentran las imágenes de la barbarie.

Cuando los agentes entraron en la granja encontraron a la ferretera decapitada, colgada de los tobillos y las vísceras de esta se encontraban en un congelador. Con respecto a la otra víctima, Mary Hogan, encontraron su rostro en una bolsa y, en una caja, su cabeza.

Tras inspeccionar toda la casa completa encontraron cantidad de restos humanos que Ed usaba como ceniceros, tazones, lámparas, los sillones estaban enfundado con piel humana y tenía cinturones hechos con restos de cuerpos humanos. Alguno de estos restos era de tumbas que Ed había robado por lo que también se le etiqueto como ladrón de tumbas.

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Casa de Ed Gein

Fue tan brutal la escena que la policía puso el nombre al domicilio de “la mansión de los horrores” y bautizaron a Ed como “El carnicero de Plainfiel”. Además, se fotografío toda la barbarie y se destruyó todo lo que se encontró.

Sin embargo, y pese al aspecto dantesco de su hogar, había un lugar que permanecía virgen, impoluto: la habitación de su madre. Durante el interrogatorio estuvo treinta horas en silencio, solo cuando nombraron a Bernice Worden, Ed decidió hablar. Confesó que leía los obituarios todos los días y asaltaba las tumbas. Que a veces no robaba los cuerpos enteros, sino solo partes.

Finalmente fue diagnosticado como un esquizofrénico con alucinaciones, había admitido ser una herramienta de Dios para resucitar a los muertos. El juez lo declaró incapaz y lo enviaron a una prisión estatal. Allí moriría el 26 de julio de 1984 a los 77 años debido a una insuficiencia respiratoria. Fue enterrado junto a su madre Augusta Wilhelmine Gein, la única persona en su vida.

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