26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Juan José Fernandez fue detenido el fin de semana pasado por intentar matar a una octogenaria en el hospital de Alcorcón

Paloma, hija de la primera víctima del asesino del Clínico: "No es lógico que trabajase en un hospital tras matar a mi madre"

Valeriana de la Fuente con uno de sus nietos
Valeriana de la Fuente con uno de sus nietos
La hija de la primera víctima del asesino del Hospital Clínico de Madrid denuncia los errores que se han cometido para que Juan José Fernández haya vuelto a intentar matar. Paloma cree que trabajando en un hospital ha podido cometer más crímenes de ancianos sin que hayan salido a la luz.

Paloma Alcubilla es la hija de la primera víctima de Juan José Fernández González, conocido como el asesino del Hospital Clínico. Juan José fue detenido el pasado fin de semana por la Policía Nacional tras intentar acabar con la vida de otra anciana de 82 años en el hospital de Alcorcón.

El asesino es esquizofrénico paranoide y trabajaba en la lavandería del hospital para la subcontrata Ilunion de la ONCE desde hace cinco años. Este hombre se encontraba diagnosticado y presuntamente medicado desde 1993, cuando tenía 23 años, ya que entonces sufrió un desengaño amoroso y una posterior depresión que le mantuvo internado durante 35 días y después durante un año en tratamiento.

El 20 de diciembre de 1997 acabó con la vida de la madre de Paloma, Valeriana de la Fuente, de 82 años, cuando dormía en una habitación del Hospital Clínico de Madrid, estrangulándola con un cinturón, del que Paloma asegura que el asesino admitió que "le daba suerte". Dos días más tarde asesinó a su compañero en la prisión de Carabanchel donde había sido internado.

"Ya no digo que disfrute matando, pero dada su patología este hombre necesita matar", señala Paloma a elcierredigital.com. Cuando en la familia se enteraron de que el asesino de Valeriana Juan José había vuelto a intentar cometer un acto similar la noticia les dejó en shock. 

"Al enterarme de que había intentado matar a la anciana en Alcorcón fue como un mazazo", afirma la hija de Valeriana, quien asegura que al enterarse de que salió libre "no me lo podía creer, ese hombre no puede estar libre y encima trabajando en un hospital. No es lógico que trabajase en un hospital tras matar a mi madre en el Hospital Clínico". 

Tras diez años interno en quedó en libertad con la obligación de someterse a seguimiento psiquiátrico regular. Cuando Paloma se enteró de que había salido, por miedo a que pudiera atacar de nuevo vendió la casa y se mudó a otro domicilio. Su hermano Francisco también sufrió las consecuencias de enterarse de la noticia. Le diagnosticaron diabetes y se separó de la que por entonces era su pareja.

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Juan José Fernández

El primer asesinato tuvo lugar entre la madrugada del 19 al 20 de diciembre de 1997, mientras la mujer dormía en la habitación 4155, en la cuarta planta de la zona sur del hospital Clínico, donde estaba ingresada por una neumonía y desnutrición severa desde hacía dos semanas. Juan José fue sorprendido por un enfermero junto a la cama en la que yacía muerta Valeriana. El asesino sostenía todavía en las manos un cinturón con el que había estrangulado a la octogenaria.

La causa penal por ambos crímenes fue iniciada en la Audiencia Provincial de Madrid el 19 de octubre de 1999, pero Juan José no fue condenado a pena de prisión, sino a 20 años de internamiento como máximo en un centro psiquiátrico. La sentencia, dictada en la Audiencia Provincial de Madrid en 1999 consideraba consideraba probado que el asesino intentó acceder al hospital tres veces entre las 6.00 y las 6.30 de la madrugada por el servicio de Urgencias, pero un vigilante de seguridad se lo impidió, tras lo cual Juan José Fernández logró entrar en el hospital por la puerta principal del centro.

Este mismo vigilante sostuvo en el juicio contra Juan José que en la puerta principal había “un celador que pedía la autorización para poder entrar, pero que por la noche había ocasiones en las que se pedía y otras no”, la sentencia tuvo en cuenta el informe redactado en su día por la dirección del hospital señalando que la noche del crimen había hasta cinco vigilantes en el centro sanitario, ninguno de los cuales estaba a cargo de la puerta principal.

El mismo informe admitía que la zona donde se produjo el crimen estaba a cargo de sólo un vigilante, que realizaba rondas por todo el pabellón sur, por el pabellón B y por las instalaciones de las consultas externas.

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Foto antigua de Juan José Fernández

Tanto Paloma como su hermano Francisco, pidieron 60 millones de pesetas por los daños morales y físicos sufridos. Poco después la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional consideró que hubo una “omisión del deber de vigilancia” por parte del Insalud, de quien dependía el hospital, y estableció que éste indemnizase con 10 millones de pesetas a cada uno de los dos hijos de la víctima por los “daños morales” sufridos, en total 20 millones (120.000 euros actuales).

Por aquel asesinato Juan José Fernández fue ingresado en la prisión de Carabanchel y dos días más tarde, mientras se encontraba en el módulo de Enfermería esperó a que su compañero de celda, Guillermo Merino Barona, se durmiese para asesinarlo.

Diez años después de su detención, en 2007, quedó en libertad por orden del Juez de Vigilancia Penitenciaria, con la obligación de estar controlado periódicamente y medicado. Fue condenado a 20 años de internamiento, pero solo estuvo interno en el hospital psiquiátrico penitenciario de Fontcalent la mitad de tiempo.

En este sentido, Paloma destaca la frustración de volver revivir como el asesino de su madre ha vuelto a actuar: "Llevamos años protestando por que esto no vuelva a suceder y ahora te sientes como idiota".

Además, destaca que la reincidencia de este trabajador en hospitales no es casualidad y sostiene que "creo que no es la primera vez que haya podido volver a matar. Mi madre tenía 82 años cuando la mató y la mujer de Alcorcón también. Cuando una persona de esta edad muere en un hospital a veces no se le hace autopsia porque se tiende a pensar que ha sido una muerte natural o por la enfermedad que padezca". 

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