20 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

Andrei, padre del menor, lleva sin saber nada del pequeño de dos años desde que se marchó de Madrid con su progenitora el 19 de junio

Desaparición Alejandro Bugneriu y su madre: "Daisy intentó suicidarse una vez y sus vidas podrían correr peligro"

El Cierre Digital en Daisy Pugoy y su hijo Alejandro Burgneriu Pugoy.
Daisy Pugoy y su hijo Alejandro Burgneriu Pugoy.
Alejandro Bugneriu, de dos años, fue visto por última vez con su madre en Madrid el 19 de junio. Desde entonces, su padre, Andrei, no ha tenido noticia ni de él ni de su mujer, y teme por la vida del pequeño que padece síndrome de Pitt Hopkins. Según confiesa a elcierredigital.com, Daisy, la madre del pequeño, "tuvo un intento de suicidio". "Por eso yo estoy tan preocupado, porque Daisy no estaba bien mentalmente y cabe la posibilidad de que haya cometido una locura", declara.

Alejandro Bugneriu y su madre Daisy Pugoy desaparecían el pasado 19 de junio en Madrid después de una fuerte discusión entre los progenitores del pequeño. Dos días después, la madre del pequeño amenazaba a su padre, Andrei, con que no les vería nunca más. Casi un mes después de su desaparición las noticias sobre el paradero de ambos escasean y el padre de Alejandro tiene miedo sobre lo que le haya podido pasar a su hijo, que padece síndrome de Pitt Hopkins.

Los padres de Alejandro.

En una conversación con elcierredigital.com Andrei Bugneriu, el padre del pequeño, señala: “Al no haber ninguna noticia sobre ellos he hablado con el hermano de Daisy y con su madre y lo único que me han dicho es que esperaban que estuviesen bien y que no sabían nada. También hablé con su hermana, que al principio parecía estar muy sorprendida y no entendía por qué Daisy había desaparecido, pero con el paso de los días dejó de contestarme, llamarme e interesarse. Esto me pensar que quizá ella sabe más cosas que yo, pero no me ha querido contar nada. Es como si hubieran desaparecido del mapa. O se han ido del país o los servicios sociales les tienen bien escondidos”. 

Andrei asegura sentirse desesperado, y a la falta de noticias suma que “desde los servicios sociales ya no me responden a los correos desde hace semana y media. En caso de que estén allí me deberían avisar de que están bien porque no existe ningún tipo de custodia sobre mi hijo. De hecho, tras las dos denuncias que me puso Daisy, al juez le extrañó que no solicitase la custodia de Alejandro. Tras estas denuncias la relación se desgastó mucho porque había mucho dolor. El día de su desaparición yo no tenía que trabajar y le dije que quería pasar el día con Alejandro, pero por algún motivo se le cruzaron los cables y decidió agredirme, aunque no sería la primera vez”. 

"Daisy tuvo un intento de suicidio"


Tras esta fuerte discusión Daisy decidió irse de casa y según le ha comentado una amiga de Daisy a Andrei, estuvo en su casa hasta el día 21 y después se fue sin decir nada. El padre de Alejandro narra que, previo a la desaparición, tuvieron que guardar las tijeras, los medicamentos y todo tipo de líquidos tóxicos porque últimamente no estaba muy estable. “Daisy tuvo un intento de suicidio en el que se encerró en el cuarto en el baño y se tomó el líquido del limpiasuelos, si no hubiese hecho todo lo posible porque vomitara el líquido habría ocurrido una desgracia”, añade el padre del menor.

Alejandro y Daisy.

“Por eso yo estoy tan preocupado, porque Daisy no estaba bien mentalmente y cabe la posibilidad de que haya cometido una locura. Mi esperanza pasa porque estén con los servicios sociales, pero como no me dicen nada no sé dónde pueden estar. Lo único que quiero es saber que están bien, si no quieren hablar conmigo que lo hagan con mi abogada. Puesto que la policía no ha movido mis denuncias, mi abogada ha puesto una demanda por sustracción de menor”, indica el padre de Alejandro.

El 17 de julio Alejandro tiene una cita médica para medir la hipoacusia que "los doctores creen que tiene". La hipoacusia, conocida como sordera o deficiencia auditiva, es un trastorno sensorial que consiste en la incapacidad para escuchar sonidos, y que dificulta el desarrollo del habla, el lenguaje y la comunicación. 

Alejandro padece el síndrome de Pitt Hopkins


La pareja llevaba junta siete años, pero desde noviembre de 2022 la relación empeoró a consecuencia de las complicaciones del síndrome de Alejandro. Andrei es de origen rumano y lleva 23 años en España, mientras que Daisy es de Filipinas.

Daisy y su hijo Alejandro.

Alejandro padece el síndrome de Pitt Hopkins, una enfermedad rara que supone un trastorno del neurodesarrollo. El pequeño acude al Centro Regional de Coordinación y Valoración Infantil de Madrid (CRECOVI) y la discapacidad está en proceso de dictamen. Desde su desaparición el pequeño ha faltado a varias citas médicas, que son cruciales para analizar el desarrollo de la enfermedad que padece. 

Tanto la ropa de la madre como la del menor están en casa, pero la madre se fue con su pasaporte y el de su hijo. Andrei ha intentado contactar por teléfono con Daisy, pero nunca le coge las llamadas y, finalmente, el día 21 el móvil se desconectó de la red. La policía ha puesto en señalamiento los pasaportes de ambos, con el fin de evitar que el menor pueda salir del país.

La complicada relación entre los progenitores


Andrei Bugneriu explicaba que cuando envió un mail a la trabajadora social que lleva “el caso de mi mujer preguntándole si sabía algo de ella. Me respondió que desconocían dónde se encontraban mi mujer y mi hijo y que en caso de saberlo no podrían decírmelo por protección de datos”.

La situación entre ambos padres comenzó a complicarse: “Ella tuvo que dejar de trabajar para cuidar del pequeño y yo seguía trabajando, al cabo de un tiempo Daisy me dijo que la situación no le gustaba. Ella siempre quería más y yo no podía dárselo todo porque estábamos limitados económicamente. Tras varios meses malos, pasamos a ser pareja de convivencia por el bien de nuestro hijo”, argumentaba el padre del pequeño. 

Daisy y Andrei.

Previamente, Andrei había tenido dos denuncias por violencia de género que se dirimieron con dos juicios rápidos, pero que han ocasionado que la madre pasara a la protección de violencia de género, yendo a un centro de los servicios sociales. “Yo jamás la he pegado, en ambas denuncias salí sin cargos y fueron consideradas falsas denuncias porque no procedían”, añade el padre del pequeño. 

La preocupación principal de Andrei es que se trate de una sustracción parental, en cuyo caso se dispararía la posibilidad de que la madre se dirija a su país de origen, Filipinas, con el pequeño Alejandro.

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