02 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

Fue detenido el viernes en León tras 11 días de huida

La vida del “Malamadre” de las cárceles españolas, Santiago Izquierdo Trancho

La historia de Santiago Izquierdo Trancho es la historia de uno de los presos más peligrosos que han existido en las prisiones españolas, la vida de un "malamadre" al que los funcionarios temen

La Policía Nacional, en colaboración con la Guardia Civil, detuvo ayer viernes diez de agosto al preso fugado Santiago Izquierdo Trancho. El subdelegado del Gobierno en León, Faustino Sánchez, confirmó la captura del peligroso reo que quebrantó su condena al no presentarse en el CIS (Centro de Inserción Social) de León el pasado 30 de julio. La detención se produjo pasadas casi a las once de la mañana en el barrio del Crucero, en León, donde permanecía escondido. Cuando se dio cuenta de la presencia policial, Trancho trató de huir, pero más tarde sería detenido en una carbonera, lugar donde se había refugiado. A este peligroso interno lo capturaron con un destornillador y un cuchillo que guardaba entre su ropa.

Trancho disfrutaba de una libertad temporal para trasladarse de la prisión de Villahierro de Mansilla de las Mulas al CIS Jesús Haddad Blanco de León. Aprovechando estas horas en régimen de autogobierno, el preso abandonó la cárcel, pero no ingresó en el centro. Había abandonado el centro a las 17:00 horas y su llegada se esperaba para las 19:00, pero esta nunca se produjo. Al no aparecer, se abrió una investigación y comenzaron su búsqueda.

En el año 2010 se le aprobó una acumulación de condenas de 20 años, a las que se sumaron otras siete causas que no eran acumulables. El 21 de mayo de 2015 salió en libertad condicional del centro penitenciario de Topas (Salamanca). Fue de nuevo detenido, acusado de tres robos con fuerza y el 6 de febrero de 2016 ingresó en situación preventiva en León con suspensión de la libertad condicional y posterior revocación. Actualmente cumplía condena de tres años por los tres delitos de robo con fuerza en las cosas.

El clásico FIES

Santiago Izquierdo Trancho ingresó en prisión por primera vez el 30 de mayo de 1985. Su historial delictivo cuenta con condenas por asesinato, intentos de fuga, secuestro de funcionarios, desacato, agresión, amenazas, robos y un amplio historial que le hace ser considerado de los presos más peligrosos de la historia española.

Trancho es el típico FIES (Fichero Interno de Especial Seguimiento) de los años ochenta al que los funcionarios de Prisiones temían y se hacía fuerte entre los presos peligrosos. Sus condenas incluyen dos homicidios, varios delitos de atentado, desacato y robo con violencia. Su condena se eleva a 138 años de cárcel.

Xosé Tarrio González, un histórico preso anarquista apodado como "Che", coincidió en varios centros penitenciarios con Izquierdo Trancho, al que considera una persona con “excelentes cualidades humanas como compañero”. “Siempre paseábamos juntos. Al igual que yo, era un fuguista, por lo que hablábamos el mismo idioma. Decidimos reconocer algunos robos cometidos en el exterior cuando estábamos en libertad, para que nos trasladasen a juicio y intentar algo juntos. Había que jugárselo todo”, relata Tarrio en su libro Huye hombre huye: diario de un preso fies.

Asesinó a otro preso

Durante su estancia en la cárcel antigua de León este “malamadre” de las prisiones españolas trató de fugarse dos veces. En una de ellas, en septiembre de 1987, obligó a un funcionario a abrir la celda de otro preso, lo encerró allí y asesinó a un recluso en el patio. En otra ocasión, en la cárcel de Mansilla de las Mulas, Santiago Izquierdo realizó un agujero en el techo con el mismo fin, pero tampoco logró su cometido.

Ocultaba cuchillas y pinchos

El perfil del preso leonés es de un carácter sanguinario. Tanto es así, que es capaz de ocultar cuchillas en cigarrillos y pinchos en su estómago, serrar barrotes y disimularlo con pasta de dientes pintada, entre otras barbaridades. Coloreaba la pasta de dientes para disimular los cortes. De esta manera, cuando los funcionarios les hacían revisiones, lograba que sus “heridas de guerra” pasaran desapercibidas”.

Participó en un motín

Santiago Izquierdo Trancho no sólo ha cometido este tipo de fechorías por cuenta propia, sino que también sabía organizarse con otros internos de las cárceles. Así lo demostró en el año 1991 cuando lideró junto a otros compañeros un motín que tuvo lugar en la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real). En aquella revuelta participaron en torno a una veintena de presos, los cuales secuestraron a varios funcionarios y a la médico de la cárcel, para reivindicar mejoras en el trato a los convictos. Los presos amotinados llevaban pinchos de hierro y levantaron barricadas con colchones. Amenazaron con prenderles fuego si no se atendían sus reivindicaciones. Tomás Morcillo, gobernador civil de la provincia, tuvo que acudir al centro penitenciario para dialogar con su director y poner fin al conflicto.

Provocaba a los jueces

Izquierdo Trancho es conocido ser un provocador nato. De hecho, se especializó en mandar cartas insultantes a los jueces que llevaban sus casos para que éstos, cayendo en la provocación, le llamasen a declarar, Era entonces cuando intentaba aprovechar la salida de la cárcel para darse a la fuga. Entre el contenido de las cartas a los magistrados, se pueden encontrar agresiones verbales tales como “Mira, pedazo de puta, tú eres un maricón desde que tu padre el sarnoso y tu madre, una perra, eran novios” o “Eres un maricón desde que tu padre el sarnoso y tu madre, una perra, eran novios".

De este modo, lo cuenta en el libro Xosé Tarrio, cuando en una ocasión en la que viajaban a Pontevedra a declarar tenían planeado coger de rehén al juez con un cuchillo: “Llegó la hora del juicio y ocurrió algo con lo que no contábamos: varios guardias civiles engrilletaron sus manos a las nuestras con otros grilletes. Nos habían jodido. Pasamos a la sala y nos celebraron el juicio por un delito de desacato derivado de una carta que habíamos enviado a un juez, insultándole (….) Nos han dejado con el caramelo en la boca –le dije. Luego me reí y añadí–. Si supiese el gilipollas del juez lo cerca que ha estado de ser nuestro rehén”.

Sin duda alguna se trata de uno de los presos más peligrosos que ha pasado por las cárceles del territorio español y que, de momento, seguirá pasando. Quién sabe cuando será el próximo intento de huida.

 

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