17 de junio de 2024
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FIN DE SEMANA

Este último suceso mortal en el Centro Femenino de Adaptación Social se ha producido tras una pelea entre la 'Mara Salvatrucha' y la 'Pandilla'

Las cárceles de mujeres, cuna de narcos y violencia latina: Mueren 41 presas en Honduras

Las fuerzas de seguridad fuera de la prisión de mujeres del Centro Femenino de Adaptación Social . Reuters.
Las fuerzas de seguridad fuera de la prisión de mujeres del Centro Femenino de Adaptación Social . Reuters.
Numerosas prisiones de Latinoamérica son foco de violencia y centros de operaciones de tráfico de drogas, donde además, los reclusos más destacados almacenan armas en colaboración con los trabajadores de las cárceles. Esta situación tan extrema frecuentemente genera conflictos y disturbios que culminan en tragedias, como el ocurrido este martes en el Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas) cerca de la capital de Honduras, donde al menos 41 mujeres han fallecido.

Las cárceles femeninas en países de Latinoamérica se han convertido en lugares donde la peligrosidad y la vulnerabilidad se entrelazan en una realidad inquietante. Detrás de los muros, la violencia, la falta de condiciones adecuadas y la ausencia de programas de reinserción social plantean serios desafíos, tanto para las internas como para las autoridades encargadas de su custodia.

Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan estas cárceles es la presencia de bandas criminales y el control que ejercen dentro de las instalaciones. Muchas veces, estas organizaciones utilizan estas instalaciones como bases de operaciones para el tráfico de drogas, extorsiones y otros. Las reclusas se ven atrapadas en esta peligrosa red, convirtiéndose en peones involuntarios en motines de estas bandas.

Cárceles femeninas

La violencia dentro de las cárceles femeninas es una realidad. Los enfrentamientos entre reclusas, en ocasiones fomentados por las mismas bandas, pueden desencadenar situaciones caóticas y mortales. La falta de seguridad y la presencia de armas improvisadas aumentan el riesgo de lesiones graves e incluso de muerte.

Así ha ocurrido en la cárcel femenina de Honduras, donde este martes 41 personas han fallecido, “la mayoría calcinadas” y otras siete han resultado heridas, a causa de una reyerta y un incendio en el Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas).

Una pelea que se inició entre presas de la Mara Salvatrucha (MS-13) y de la Pandilla 18. Según han informado los investigadores, un grupo de integrantes de la Pandilla 18 habría comenzado a disparar, prendiendo fuego a varios módulos de la cárcel. Las víctimas son todas mujeres, y tenían entre 20 y 60 años de edad.

Actualmente, existe una mayor preocupación por la situación de la mujer delincuente y, sobre todo, por cómo es el trato que reciben en la prisión. En gran parte se debe al considerable aumento de las mujeres involucradas en delitos vinculados con las drogas, derivando en un elevado número de mujeres presas en Latinoamérica.

En enero de este mismo año, una interna del Penal de Mujeres N° 8 de Los Hornos, en La Plata, fue hallada muerta dentro de su celda. Esta circunstancia generó un principio de motín dentro de la cárcel, donde quemaron ropa y trapos dentro de un pabellón. Tras horas de tensión, fue controlado sin consecuencias graves.

En 2022, algunas reclusas de la Cárcel de Mujeres, en el Servicio Penitenciario Rosario, se quejaron de la falta de comida y de agua, iniciando un incendio en el que una de las reclusas resultó herida.

Y es que en los últimos años, la cifra de mujeres presas en cárceles de América Latina ha aumentado considerablemente. La mayoría de estas mujeres han sido acusadas por distribución o transporte de drogas a pequeña escala. Un problema  vinculado con la pobreza, la violencia de género, o la falta de oportunidades, y es que muchas se ven obligadas por sus parejas a formar parte la red, siendo ellas las que transportan la droga en la mayoría de las ocasiones.

Los motines en cárceles provocados por  hombres

En general, los motines en cárceles de hombres son más comunes que en las de mujeres en América Latina. Esto se debe a varias razones, como la mayor población masculina en las prisiones y la presencia de estructuras de poder y conflictos más arraigados en los centros penitenciarios masculinos.

Además, las prisiones masculinas a menudo están asociadas con la presencia de pandillas, tráfico de drogas y otros delitos violentos, lo que aumenta las probabilidades de conflictos y de que se produzcan dichos motines.

En la cárcel del Litoral, en la ciudad costera de Guayaquil, en el año 2021 al menos 68 personas murieron durante un enfrentamiento entre los internos que duró varias horas con armas y explosivos.

Por otro lado, en Ecuador, la organización delictiva denominada los Choneros ejerce su dominio opresivo en diversas prisiones, imponiendo su régimen de violencia desde hace varios años. En El Salvador, las pandillas Barrio 18 y Salvatrucha 13 ostentan el poder dentro de los centros penitenciarios, mientras que en Brasil es necesario mencionar a los grupos criminales Primer Comando da Capital y Comando Vermelho.

Estas instituciones carcelarias comparten problemáticas como la superpoblación y el tráfico de drogas como moneda de uso corriente, y en muchas ocasiones se suman al escenario el comercio sexual y la falta de seguridad.

Algunas autoridades han llegado a reagrupar a miembros de una misma organización, lo que ha potenciado al aumento de esta criminalidad. Por citar un caso, en la prisión de Ciudad Barrios en El Salvador, el 97,1% de la población carcelaria corresponde a la Mara Salvatrucha. Desde que Nayib Bukele es presidente de este país de América Central, alrededor de 16.000 pandilleros encarcelados han sido concentrados en seis penales.

 

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