27 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Eugenio Delgado confiesa al juez que la joven "murió por accidente y que los golpes que del cadáver son porque se me cayó de la pala del tractor"

La Guardia Civil desmonta la última coartada del presunto asesino de Manuela Chavero: Una excavadora

Manuela Chavero y su presunto asesino.
Manuela Chavero y su presunto asesino.
Eugenio Delgado se presentó ayer ante el juez de Zafra para no decir nada. El presunto asesino de Manuela Chavero se negó a declarar ante el juez del caso y se planta en su última versión de “que Manuela murió por accidente y los golpes que presenta el cadáver son porque se me cayó de la pala del tractor mientras la enterraba”. Una invención que los investigadores de la Guardia Civil, según ha podido saber elcierredigital.com, desmienten con facilitad.

Desde la desaparición de su vecina Manuela Chavero en la localidad pacense de Monesterio en 2016, Eugenio Delgado no ha parado de contradecirse y ofrecer mentiras para ocultar lo que realmente le ocurrió a la atractiva mujer de 42 años. Hasta su detención en septiembre de 2020, cuando confesó el lugar donde se encontraba el cuerpo de Manuela, Eugenio declaró en varias ocasiones ante la Guardia Civil. Durante ese tiempo mintió sobre dónde estaba la noche del crimen, sobre si conocía a la víctima, e incluso sobre qué había hecho con el teléfono móvil que tenía cuando sucedieron los hechos.

Las mentiras de Eugenio no pararon incluso después de su detención. Desde el principio se agarró a su relato con uñas y dientes: Manuela Chavero murió por una caída accidental mientras intentaba mover una cuna dentro de la casa del asesino. Eugenio contó que esa madrugada fue hasta la casa de su familia, muy cerca de la Chavero, a llevar un pescado para meter en un congelador y tras ver luz en la casa de Manuela la llamó para que recogiera una cuna que había en la casa deshabitada. Cuando estaban moviendo la cuna dentro de la casa Manuela tropezó y cayó de espaldas muriendo del golpe y él, asustado, decidió enterrarla en una finca de su propiedad.

Hasta ahí el relato en lo fundamental de Eugenio que intentaba obviamente salvar dos obstáculos: que le acusaran de agredir sexualmente a Manuela (algo que le valdría la Prisión Permanente Revisable) y que le acusaran de asesinarla para ocultar esa supuesta agresión sexual.

Ahora, un año después de su detención, al menos una de las dos mentiras de Eugenio ha sido desmontada por los investigadores y los abogados de las acusaciones que representan a la familia de Manuela y a la asociación Clara Campoamor. Es improbable que Manuela muriera de forma accidental. La autopsia de los forenses de Badajoz y de Madrid que trabajan para el juzgado y son parte no interesada, han dejado claro que Manuela recibió una tanda de golpes brutales antes de morir, tanto que le fracturaron la nariz, le rompieron las costillas y le hicieron perder varias piezas dentales. La causa de la muerte fue por asfixia, probablemente porque las costillas fracturadas se le clavaron en los pulmones y soportó un gran peso encima.

Manuela Chavero. 

Eugenio, aún guardaba un as en la manga, y su defensa se apresuró a deslizar que los golpes que los forenses descubrieron en los restos óseos de Manuela tuvieron que deberse a que al enterrarla le golpeó la pala del tractor que usaron para manipular el cuerpo o las piedras que cayeron sobre él al enterrarla. Sin embargo, los informes vinieron a echar por tierra su nueva versión, dejando claro que de ninguna manera los golpes que sufrió Manuela pudieron deberse a esas circunstancias. Llegó mayo de 2020, la reconstrucción del crimen y aprovechando que las acusaciones no tuvieron la oportunidad de interrogarle Eugenio deslizó una nueva versión. Los golpes que presenta el cadáver de Manuela se deberían, según el presunto asesino, a que el cuerpo se cayó de la pala al suelo mientras trasladaba el cadáver de la mujer para enterrarlo en un momento en que el sol le deslumbró.

Y de nuevo la versión de Eugenio se tambalea. Fuentes de la Guardia Civil desmontan la versión de Eugenio de un plumazo. Es imposible que a Eugenio le deslumbrara el sol porque ese amanecer el sol justo salía por el lado contrario que el presunto asesinó alegó que le deslumbró. Es más, en su primera declaración el presunto asesino contó que enterró a Manuela a oscuras alumbrándose con las luces de su coche porque no se veía nada. Así, de un plumazo han desmontado los investigadores la última versión del presunto homicida.

En su último auto el juez da una de cal y otra de arena

Y aunque las contradicciones se antojaban definitivas para encarrilar la investigación judicial, en su último auto el juez da una de cal y otra de arena. Según el juez del caso, “los hechos bien podrían ser constitutivos de la presunta comisión de un delito de homicidio, cometido en comisión por omisión, en tanto que, ante esta situación de peligro para su vida, decide permanecer inactivo y no auxiliarla omitiendo pues su deber de garantía sobre ella". Es decir, el juez cree que no fue un accidente y Eugenio golpeó a Manuela salvajemente pero que no la mató, que esos golpes no fueron suficientes para causarle la muerte y Manuela murió de camino a la fosa que le preparó el presunto asesino. Por tanto, para el juez, se trata de un homicidio por omisión, ya que la dejó morir sin buscar ayuda. El juez cree que no hay indicios ni pruebas que demuestren como murió Manuela y que la única manera de saberlo es a través de las declaraciones de Eugenio. Una tremenda contradicción en sí misma, ya que el juez arranca su auto estableciendo que Eugenio miente cuando dice que Manuela murió de una caída accidental.

Eugenio Delgado. 

“¿Pero para qué va a mentir Eugenio si no es para ocultar que agredió sexualmente a Manuela?” se pregunta Verónica Guerrero, la abogada de la acusación en nombre de la familia de la víctima. Patricia Catalina, de la acusación popular, piensa exactamente lo mismo. Ambas creen que Eugenio siguiendo el mismo modus operandi que con otra mujer a la cortejó meses antes del asesinato de Manuela, se dirigió a casa de la víctima con la intención de mantener relaciones sexuales con ella. Que atrajo a Manuela hasta el interior de su casa, pero Manuela como la otra mujer, le rechazó. Y que esta vez, como Manuela estaba sola, la agredió sexualmente y la mató a golpes porque se resistía. Cualquier otra hipótesis no tiene sentido, insisten las acusaciones, recordando los antecedentes de Eugenio en su relación con las mujeres. Hace años sus vecinas le acusaron de espiarlas cuando se bañaban en una piscina de su casa y de entrar a hurtadillas en su vivienda y desde allí hacer llamadas a números de contactos sexuales. Muy aficionado a este tipo de relaciones, hace un tiempo Eugenio intentó concertar matrimonio con una mujer a la que conoció a través de una página de servicios sexuales, y para terminar el informe del equipo de análisis de la conducta de la Guardia Civil no hace más que incidir en ese aspecto, en que el perfil de Eugenio se asimila al perfil del supuesto asesino de Manuela Chavero.

Es por estas razones por las que ayer Eugenio se ha negado a declarar ante el juez y las letradas de la acusación. El juez del caso se negó en un primer momento a que hiciera una ampliación de su declaración, pero las acusaciones insistieron hasta que la Audiencia Provincial les dio la razón. Todo en vano, por ahora, porque ayer Eugenio no quiso responder ni a su propio abogado sabiendo que la acusación de asesinato pende de un hilo y podría reducir una futura condena a la mitad.

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