Logo El Cierre Digital
Joven con chaqueta de mezclilla en una azotea y dos retratos circulares de la misma persona en diferentes momentos de su vida
SERIALES

Mitos del 'fenómeno kinki' (III): 'El Torete', el héroe de La Mina que odiaba su apodo

Ángel Fernández, el ídolo de este barrio marginal barcelonés, murió con 31 años por sida tras su adicción a la heroína

Ángel Fernández Franco (Nerja, 1960) ha pasado a la historia como uno de los mitos del fenómeno kinki. Marcó a toda una generación bajo un apodo. Sin embargo, cuentan que  odiaba que le llamaran ‘El Torete’. El pasado 22 de enero, habría cumplido 65 años pero la enfermedad del sida acabó con su vida en 1991. Dicen que Fernández Franco no tenía alma de delincuente. No obstante, como muchos jóvenes de su generación, se vio obligado a sobrevivir.

La infancia de ‘El Torete’: entre la calle y la supervivencia

Angel Fernández Franco se convirtió en un mito delincuencial. Y lo hizo sin quererlo. Llegó al mundo el 22 de enero de 1960 en Nerja, el municipio malagueño que, años después, el cineasta  Antonio Mercero eligió para el rodaje de la serie ‘Verano Azul’.

Era uno de los siete hijos de una limpiadora llamada Antonia Franco y un transportista del que se desconoce su identidad. Como muchos otros matrimonios, durante aquella década, los padres de Fernández Franco emigraron en busca de una vida mejor. En el caso de la familia de Ángel, optaron por asentarse en Barcelona.

Joven de cabello castaño y chaqueta de mezclilla mirando hacia atrás mientras sostiene una reja
'El Torete' | Filmin

Sin embargo, su llegada a la Ciudad Condal no fue fácil. En un primer momento,  se instalaron en una de las chabolas del Campo de la Bota. Posteriormente, se mudaron a uno de los pisos de protección oficial de La Mina, uno de los barrios de ‘mala fama’ ubicado en la ciudad de San Adrián de Bésos.

Al llegar a La Mina, su padre les abandonó. Fue entonces cuando Antonia intentó sacar a sus hijos adelante.

Lo hizo en un barrio donde la delincuencia estaba a la orden del día  y donde Fernández Franco ya era conocido como 'El Trompetilla'. Un sobrenombre que no era casual pues uno de sus abuelos era conocido como 'El Trompeta'.

Cuentan que Fernández Franco no provenía de una familia desestructurada, no obstante fue en la Mina donde empezó a 'coquetear' con los círculos delictivos. Allí conoció a otro mito. Hablamos de Juan José Moreno Cuenca, 'El Vaquilla'. 

El nacimiento de 'El Torete'

Moreno Cuenca y Fernández Franco formaban parte de la misma pandilla. Este grupo ya era muy conocido por las calles de La Mina por su currículum delictivo.

A los 11 años,  Ángel había dejado el colegio. Fue entonces cuando comenzó a robar coches por diversión.  También bolsos para poder pagar la gasolina. 

A principios de la década de los setenta, la Guardia Civil le disparó por primera vez  tras saltarse un control antiterrorista en Mataró. Tenía tan solo 12 años.

En 1975, llegó su primera detención. Dos años después, Fernández Franco estaba a punto de cumplir la mayoría de edad. Ya era todo un héroe para muchos jóvenes que vivían en los suburbios de Barcelona.

Hombre sosteniendo una fotografía en blanco y negro de sí mismo detrás de unos barrotes
Ángel Fernández Franco junto a un cuadro de 'El Vaquilla' | Facebook

En aquella época, José Antonio de la Loma'padre del cine kinki',  empezó a rodar la primera película de este género. Para ello, el cineasta barcelonés se desplazó hasta La Mina. Allí se reunió con el Tío Manolo, el patriarca de este barrio.

De La Loma estaba buscando un sustituto que pudiese interpretar a El Vaquilla en una película biográfica.

Por aquel entonces, Moreno Cuenca se encontraba en prisión. Una circunstancia por la que el Tío Manolo le presentó a Fernández Franco quien, como hemos citado, era conocido como 'El Trompetilla'. Fue De La Loma quien bautizó a Ángel Fernández Franco como 'El Torete', pues se asemejaba al apodo de Juan José Moreno Cuenca. 

El rodaje del biopic de Moreno Cuenca se retrasó y  en 1977, Fernández Franco estrenó la película 'Perros Callejeros'.  El joven se convirtió en un icono del 'fenómeno kinki'. Muchos jóvenes copiaban su estilo de vestir.

Joven de cabello largo detrás de unos barrotes mirando hacia adelante
'El Torete' en la peícula 'Perros Callejeros' | FlixOlé

Replicaban su característico peinado y entonaban la icónica frase: "¡Dale caña, Torete!". Incluso, presumían de que ellos también se agenciaban el vehículo Citroën Palas y los 'ponían a dos ruedas' como hacía en la cinta al grito de '¡Por la libertad!'. A aquel filme, le siguió  'Perros Callejeros II',  la segunda parte.

Mili, fútbol y su matrimonio con Soledad García

En 1980, el director barcelonés volvió a contar con Fernández para rodar  'Los últimos golpes de El Torete', la última entrega de la trilogía. Sin embargo, Ángel fue requerido para realizar el servicio militar en el Regimiento de Artillería Mixta número 32 de Melilla. 

Esta nueva etapa hizo que 'El Torete' se alejara momentáneamente de los ambientes delincuenciales. También probó suerte como futbolista. Realizó las pruebas para jugar en las filas del UD Melilla y, posteriormente, fichó por el equipo Bar Artillero en el que jugó como libero. 

Equipo de fútbol posando para una foto grupal con uniformes rojos y azules que tienen la leyenda Artillero Bar, al fondo se observa una pared con la frase Bar Artillero a la Peña Ropa escrita a mano.
Ángel Fernández Franco en el equipo 'Bar Astillero'de Melilla | Facebook

Durante un permiso de 'la mili', Fernández Franco aprovechó para volver a Barcelona y casarse con su novia Soledad García, conocida como 'La Sole'. Ambos se habían conocido en un bar de Hospitalet de Llobregat años atrás. Fruto de esta unión nacieron dos hijos PedroDaniel  que viven lejos del foco mediático.

La nueva vida de 'El Torete' que truncó el sida

A su regreso a la Ciudad Condal, 'El Torete' volvió al mundo del cine. En 1985, comenzó el rodaje de 'Yo, el Vaquilla', su última película.

Lo hizo tras conseguir un permiso del penal de Murcia donde cumplía condena. Aunque, en 1987 volvió a ser detenido en Villafranca del Penedés. Llevaba consigo 50 gramos de cocaína y una pistola del calibre 32. 

Como muchos de los jóvenes de la denominada 'generación perdida', Fernández Franco también cayó en el abismo de las drogas. Especialmente, de la heroína.  Pero, Fernández Franco intentó remontar. 

Ángel estaba decidido a rehacer su vida. Había conseguido un trabajo como transportista en el municipio murciano de Monteagudo, donde residía junto a Susana, su nueva pareja. 

Pero, un diagnóstico truncó sus sueños. Fernández Franco descubrió que tenía sida, una enfermedad con un gran estigma. 

Tres jóvenes posan frente a una pared con papel tapiz, dos de ellos llevan suéteres con patrón de rombos en colores negro, azul y blanco.
Ángel Fernández Franco "El Torete" junto a sus hermanos Manuel y Fali | Facebook

El 26 de febrero de 1991, Ángel Fernández Franco falleció a los 31 años por diversas complicaciones relacionadas con su enfermedad. Antonia, su madre, ya había enterrado a dos de sus hijos, también víctimas de VIH. Cuatro años después de la muerte de 'El Torete', falleceríasu hermano Basilio, de la misma enfermedad.

Ángel Fernández Franco está enterrado en el cementerio de Montjuic. Suele recibir homenajes en su tumba. Los que le conocían decían que Fernández Franco odiaba su apodo. Un sobrenombre que le encumbró como el héroe de popular que nunca quiso ser. 

➡️ People ➡️ Historia ➡️ Cine ➡️ Cataluña ➡️ Policial ➡️ Seriales

Más noticias: