La Xunta declara emergencia cinegética por la sobrepoblación de jabalíes
Más de un millón de jabalíes afectan a la agricultura y ganadería en España.
La Xunta de Galicia ha declarado emergencia cinegética temporal por la elevada presencia de jabalíes en un total de 37 comarcas. La medida excepcional entrará en vigor el día 16 de septiembre y permanecerá activa hasta el 25 de febrero de 2024, momento en el que también finaliza la temporada de caza en la comunidad. Los hechos ponen de manifiesto un problema de sobrepoblación de la especie.
Según los datos del Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos, actualmente viven en España más de un millón de ejemplares de jabalí, una cifra que podría duplicarse en 2025, como indica National Geographic. Esto demuestra un crecimiento exponencial de esta especie, considerada invasora en España, que puede llegar a ocasionar problemas para la agricultura y ganadería, así como accidentes de tráfico y percances urbanos.
Control de la población de jabalíes
La disposición de la Xunta se publicó en el Diario Oficial de Galicia (DOG) y es una herramienta provisional que servirá para “agilizar la aplicación de medidas dirigidas al control de las poblaciones de jabalíes en las zonas de mayor incidente”, como explica el organismo en un comunicado.
Sin embargo, no es la primera vez que se aplica: en la rueda de prensa donde se comunicaba la publicación de la medida, la directora xeral de Patrimonio Natural, Belén do Campo, explicó que es la tercera vez que se declara esta emergencia en Galicia, siendo las anteriores en 2019 y 2021.
La directora explicó que “las circunstancias que se están produciendo con relación al jabalí hacían necesario articular una declaración excepcional de este tipo en la búsqueda de eliminar el riesgo y reducir el tamaño de las poblaciones de la especie mediante la adopción de medidas que ayuden a prevenir dentro de lo posible futuros daños”.
La medida entra en vigor tras haber recibido un total de 4.048 avisos por daños durante la temporada entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de julio de 2023. En dicho periodo, se contabiliza que se capturaron 19.000 ejemplares de jabalí, número que continúa al alza.
La nueva disposición permite que se puedan capturar y abatir “sin límite” ejemplares de ambos sexos, aunque la Xunta ha recomendado cazar “hembras adultas y subadultas de cualquier edad”, en mayor medida. Este procedimiento busca frenar la reproducción excesiva de esta especie invasora.
“En las zonas en situación de emergencia cinegética temporal será posible abatir crías y hembras sucesivas de crías, siempre y cuando haya una autorización especial previa por parte de la Dirección Xeral de Patrimonio Natural”, de acuerdo con lo establecido en la Lei de caza de Galicia, como se indica en el comunicado.
En la medida también se da el visto bueno a la utilización de herramientas específicas que contribuyan al control de la población de jabalís y garanticen la seguridad de la población, tales como detectores electrónicos de paso o presencia de animales, visores ópticos y cebaderos de grano o frutos colocados en los cultivos dañados. También se ampliarán los períodos habituales en los que se podía ejercer la actividad.
En la comunidad de Galicia son 37 las comarcas declaradas en emergencia cinegética, por lo que se ven afectados 75 municipios en la provincia de A Coruña, 87 en Ourense, 54 municipios en Lugo y 32 en la provincia de Pontevedra.
¿Por qué se declara la emergencia cinegética?
El término emergencia cinegética hace referencia a situaciones en las que es preciso controlar la población de algún animal silvestre de manera urgente. En nuestro país, la principal amenaza proviene de los jabalíes, los cerdos asilvestrados y algunas especies de conejos silvestres. Una vez declarada la emergencia, se habilita la caza libre del animal durante un periodo de tiempo limitado.
La reproducción excesiva de ciertas especies pueden llegar a perjudicar la actividad productiva ganadera, así como a la fauna y flora autóctonas. Este es el caso del jabalí, un mamífero de tamaño medio con una cabeza grande, de patas cortas y delgadas. En las últimas décadas, estos animales han experimentado un significativo crecimiento poblacional, además de una ampliación de su distribución geográfica.
Esta especie salvaje es una de las pocas que está presente a nivel mundial, se pueden encontrar en todos los continentes, excepto en la Antártida. El jabalí puede adaptarse a casi cualquier clima, templado o tropical, y a cualquier ambiente terrestre. Por ello, puede vivir en praderas, bosques tropicales, selvas, pantanos, zonas alpinas e incluso zonas mediterráneas.
Como indica National Geographic, cada año se cazan unos 400.000 jabalíes, sin embargo, “sigue sin ser suficiente para controlar las poblaciones de unos animales que se introducen cada vez con más frecuencia en los núcleos urbanos”. Su inteligencia y enorme adaptabilidad les permite actuar en zonas que no comprende su hábitat natural.
Sus capacidades les permite voltear las papeleras, rebuscar entre contenedores y adentrarse en entornos urbanos. Como indica la revista, “lo peor de todo es precisamente que no tienen ningún miedo al ser humano, al que de hecho relacionan con la comida, en parte porque muchos vecinos les proporcionan alimento a pesar de que los jabalíes son animales silvestres, no domésticos”.
El riesgo de las sobrepoblaciones de especies silvestres aumenta si sumamos la poca influencia de depredadores naturales del jabalí, como los linces o las jaurías de lobos salvajes, de los que se puede defender fácilmente gracias a su enorme tamaño. El impacto ambiental, a medio o largo plazo, puede desembocar en el desequilibrio de los ecosistemas, logrando ocasionar daños en el hábitat o atacando a otras especies en peligro de extinción.
Los jabalís también son animales silvestres que pueden transmitir numerosas enfermedades zoonóticas, contagiadas de animales a humanos. Por lo tanto, su reproducción descontrolada puede acarrear consecuencias para la salud humana y para la integridad de otros animales, pues los jabalíes favorecen nuestra exposición a patógenos zoonóticos, bacterias, virus, parásitos o agentes no convencionales.
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