La sobreregulación en Europa amenaza la innovación

La propuesta del ministro de Sanidad de los Países Bajos, Vincent Karremans, de imponer nuevas regulaciones y mayores impuestos sobre el tabaco y las alternativas sin humo, ha reavivado el debate sobre la creciente burocracia en la Unión Europea. Karremans, en línea con las propuestas del Ministerio de Sanidad de Mónica García, ha instado a la Comisión Europea a imponer “restricciones exhaustivas a los sabores, los niveles máximos de nicotina y el empaquetado genérico”, además de aumentar los impuestos. Sin embargo, estas iniciativas han resultado ser contraproducentes en los países en donde se han adoptado y es vista por muchos como otro ejemplo de cómo la sobrerregulación está perjudicando la competitividad de la Unión Europea.

Críticos advierten que imponer más restricciones y aumentar impuestos no sólo desincentiva la inversión, sino que también empuja a empresas innovadoras fuera del mercado europeo. En un contexto de máxima incertidumbre en el mundo, con los desafíos económicos a los que se enfrenta la UE y una creciente competencia global, las regulaciones excesivas frenan el desarrollo y la innovación. Además, aumentar la fiscalidad en el tabaco o apostar por el etiquetado genérico ha demostrado incentivar el comercio ilícito, reduciendo la recaudación y generando un efecto contrario al esperado.

La UE ya se encuentra rezagada en comparación con otras potencias en términos de innovación y desarrollo tecnológico. En lugar de seguir aumentando la burocracia y los impuestos, expertos recomiendan apostar por políticas que fomenten la inversión y la competitividad. A medida que la Comisión Europea evalúa la propuesta holandesa, el debate sigue abierto: ¿es más regulación la solución o el obstáculo para el futuro de Europa?