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Una persona sentada en el suelo con la cabeza apoyada en sus brazos y un hombre con bata blanca y estetoscopio en un círculo superpuesto.
SALUD

'Síndrome de la Infelicidad Perpetua': Causa de suicidio, influenciado por las redes

El Doctor Montel nos analiza este término, acuñado por él mismo, y nos cuenta sus síntomas, factores y consecuencias

Dado el tipo de sociedad en el que estamos inmersos actualmente, y con el desarrollo de las tecnologías y las redes, es habitual la predominancia de infelicidad.

El Doctor Luis Montel, experto en Medicina Deportiva, traumatología, estética y antiedad ha acuñado un nuevo término.

De manera no oficial clínicamente hablando, el “síndrome de la infelicidad perpetua” o SIP, hace referencia al estado en el que una persona es incapaz de encontrar felicidad o satisfacción duradera.

Montel, ha colaborado con Elcierredigital.com para exponer este término, así como los factores por los que se produce y síntomas.

Mala relación con ‘tu yo interior’

En primer lugar, lo relaciona con la baja autoestima. Hay que tener en cuenta que, la palabra “autoestima” es un término muy moderno.

“No es más que como te llevas tú contigo mismo, con ‘tu yo interior’. A la autoestima nosotros la miramos desde fuera, pero el problema está dentro” decía el doctor.

Dice ser normal tener la autoestima dañada y, por tanto, una mala relación con nuestro yo interior. Lo que nos rodea atenta para generarnos duda con nuestro ‘yo interior’ y ser unos perfectos compradores.

Si nos encontramos tranquilos con nuestro ‘yo interior’ y no carecemos de nada, somos “malos compradores”. Realmente el capitalismo  ha existido siempre durante la historia pero nunca ha habido tanto ensimismamiento ni tan baja autoestima.

El capitalismo actual ha entrado en una fase que “ha devenido en un aumento de la publicidad engañosa, mediática y sensacionalista” apuntaba el médico.

El sistema de hoy en día está diseñado de tal manera que, estamos bombardeados de información a cada segundo. Nos sometemos a los medios con comparativas excesivas y patológicas.

Una mano sosteniendo un control remoto de televisión.
Mando TV | Pexels

“Con medios me refiero a todos, desde la tv hasta la música pasando por las redes sociales. Todo está confeccionado y dirigido para establecer una sensación de dudas hacia nosotros mismos” comentaba Montel sobre esta influencia.

Se puede relacionar también con el factor traumas en alguna experiencia del pasado.

O el miedo al cambio asociado a pensamientos negativos. Temen a la felicidad, ya que la asocian con posibles decepciones, se enfocan en lo negativo y esperan que llegue lo peor.

El desarrollo de este “síndrome de la infelicidad perpetua” viene acompañado de la evolución y fuerte presencia actual de las redes sociales. A su vez, se une al capitalismo anteriormente comentado.

“Las redes sociales tienen una parte buena: la divulgación de la comunicación. Ahora sería la etapa del renacimiento de la comunicación, aunque algunos lo han usado de manera anómala” defendía Montel.

Pantalla de un teléfono móvil mostrando los íconos de aplicaciones populares como Facebook, Snapchat, Instagram, Twitter, Chrome, Gmail, Spotify y Messenger.
Redes sociales | Pexels

Con las redes, se empiezan a dar comparaciones constantes con los demás y sobre los estilos de vida que ven. Se generan expectativas irreales que marcan unos estándares inalcanzables que aumentan ese sentimiento de insuficiencia. Muchos, dependen de la validación externa de sus seguidores en base a sus interacciones positivas, para sentirse mejor consigo mismos.

Este grupo infeliz, que se siente insuficiente se une y buscan un movimiento o ideología por el que luchar. Una vez terminan con esa eventual distracción, no han calmado su insatisfacción por lo que buscarán otra cosa.

Es una combinación de problemas metabólicos y psíquicos

Estamos ante un “síndrome” que combina problemas metabólicos y psíquicos. En personas de entre 30 y 55 años se da una etapa de crisis que coincide con la etapa hormonal reproductiva de ambos géneros.

La mujer  tiene un sentido en la vida, un sentido biológico. Este sentido biológico, que le replantea el cuándo reproducirse, le genera inconformidad y enfado sin saber por qué.

A los 40 años se llega a la preocupación por la reproducción, y a los 45 si no se ha podido, llega la depresión. Se da una presión social y profesional. Paramos la vida social y biológica por priorizar el trabajo para poder vivir.

Persona con camiseta naranja sentada frente a una computadora portátil con una expresión de preocupación, con una taza azul y unos auriculares blancos sobre la mesa.
Mujer concentrada en el trabajo | Pexels

“No puedes hacer tu vida biológica bien porque estás trabajando. No puedes parir, no puedes tener una relación, porque tampoco tendrás todo el tiempo para ella. El dinero no se asienta” justificaba el doctor.

Hay que tener en cuenta también que las mujeres a veces equilibran varios roles. Madre profesional y pareja, a veces deriva en un agotamiento a nivel físico y emocional.

Son importantes también los desórdenes hormonales y metabólicos

Hay que tener en cuenta también como influyen los desódenes hormonales. 

“La dopamina  es la hormona de la acción, del movimiento, de la alegría” también influyen otras como la serotonina  (felicidad) y adrenalina. “Vamos secos de dopamina en una sociedad donde hay un uso exagerado de ella” afirmaba Montel.

Para aliviar ese estado ansioso y depresivo comemos dulce, buscamos motivación.El estrés baja la serotonina y la dopamina, que también es la hormona del deseo. De ahí la inapetencia sexual.

Los movimientos comentados antes, “nacen de un deseo sexual bajo”. “Se crea una conducta emocional de rabia, ira, contra ti mismo y el mundo” añadía.

También se dan problemas de tiroides, la hormona que regula el metabolismo; resistencia a la insulina afectando a la energía y el ánimo; y carencias nutricionales que incrementan la infelicidad.

El Dr. Montel lo define como: “Somos el reflejo de lo que constamos dentro, en el interior. Nada de lo que sucede en nuestro exterior va indiferente a lo que sucede en el interior”.

Algunos síntomas evidentes

Aparecen diferentes síntomas que pueden evidenciar el padecer el “Síndrome de la Infelicidad perpetua”.

Apatía, rabia conta el mundo, ira injustificada, aislamiento. “Entras en una guerra con tu ‘yo mismo’” señala Montel.

Sedentarismo  en cuanto a actividad deportiva, despreocupación del físico. Llantos  sin saber por qué, momentos de depresión, insomnio.

Afecta a las relaciones de amistad pues se pierden debido a ataques y discusiones por tu infelicidad e irascibilidad. En la mujer también se da caída del pelo.

Normalicemos el pedir ayuda psicológica

Debemos reconocer estos patrones y no tener miedo en ir a buscar ayuda profesional.

Montel nos informaba de que él como médico, tiene que mirar como se mueve la sociedad y prever cuáles son las necesidades a futuro. Asegura que en diez años faltarán psicólogos emocionales y psiquiatras.

Una persona tomando notas en un portapapeles mientras otra persona habla en un entorno acogedor con plantas.
Atención psicológica | Pexels

“Yo mismo ya estoy formando un protocolo de asistencia psicoemocional para esto porque lo vamos a necesitar y estoy adelantándome” decía Montel. “Siempre se puede mejorar y equilibrar antes de llegar a ser patológico”.

Por este Síndrome, también aumentan los suicidios y la violencia de género.

Tiene un signo fundamental, una sensación de vacío que no se llena con nada. “Estas tirado en el espacio, en un hueco negro donde no ves la salida” remataba Montel.

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