El fenómeno de los 'perrhijos': En España hay muchos más perros que niños
En nuestro país tenemos 9,3 millones de perros domésticos y sólo 6,6 millones de niños menores de 14 años
Hay 2,7 millones más perros que niños. El número de gatos domésticos es similar al de niños. Tenemos una población de 48 millones de personas, de las que en torno a 38,6 millones son mayores de edad. En este contexto se tiene una mascota (ya sea perro o gato) por cada 2,5 personas. Se tiene un niño (menor de 14 años) por cada 6 personas.
En España tenemos 9,3 millones de perros domésticos, 6 millones de gatos domésticos y 6,6 millones de niños menores de 14 años. El número de perros y gatos domésticos suman 15,2 millones, más del doble que de niños que es de 6,6 millones. Mientras que la tasa de natalidad sigue cayendo, cada vez más personas deciden tener mascota integrada como un miembro más de la familia.
España registró 322.075 nacimientos en 2023, la cifra de natalidad más baja desde 1941. En general en España se tiene menos hijos, pero es curioso como las cifras van evolucionando en función de la edad de la madre. Los nacimientos de bebés cuyas madres tenían 40 años o más aumentaron un 19,3% y, los de las madres menores de 25 años bajaron un 26%.
Nacen menos hijos y la edad de las madres cada vez es mayor
El factor económico es el que condiciona enormemente la posibilidad de tener hijos de manera responsable. Por tener hijos, se pueden tener, pero ser capaz de cubrir sus necesidades de cuidados y materiales adecuadamente es cada vez más complicado.
La precariedad e inestabilidad laboral, el precio de la vivienda y la carestía de el precio de vida provocado por la inflación hace que ya sea complicado llegar a fin de mes y cubrir las necesidades de uno mismo, como para encima poderse plantear hacerse responsable de un niño. La inestabilidad familiar con un porcentaje del 60% de divorcios y una media de duración de matrimonios del 16,5 años tampoco anima a las familias a tomar la decisión de tener hijos.
Hay jóvenes que sencillamente consideran que es más barato tener una mascota que un hijo o por la comodidad de no querer perder independencia al sentir que no tienen necesidad de un vínculo de tanta responsabilidad y dedicación como es tener un niño. Además, cada vez somos una sociedad más sensible al mundo animal con el que cada vez conectamos más y mejor hasta el punto de que se integran a las mascotas en las familias como si fueran hijos. Es lo que cada vez más se conoce como “perrhijos”.
Los 'perrhijos'
Es el nombre que se está empezando a acuñar para nombrar a los perros que cada vez se tratan menos como una mascota y se integran como un miembro más de la familia asemejado a los hijos.
Las nuevas generaciones cada vez tienen mayor sensibilidad con los animales. Según va evolucionando la sociedad existe una tendencia a dotar de un mayor valor a nuestras mascotas. Cada vez se cuidan más y mejor pues se les dedica más tiempo y medios económicos.
Antiguamente la comida de las mascotas era básica y ahora existe todo tipo de alimentación específica para cada can o gato en función de sus necesidades. Van a la peluquería, tienen sus camas, sus tratamientos, chip, cartilla veterinaria, pasaporte europeo..etc. Además, antes estaban menos integrados en la sociedad, pero ahora afortunadamente se permite viajar o ir a multitud de lugares con perro, los dueños recogen sus excrementos, cada vez más van con una botella para echar en los lugares en los que orinan, existen normativa específica que protege a las mascotas, existen seguros de responsabilidad civil tanto obligatorios cuando son razas potencialmente peligrosas como voluntarios cuando no lo son.. etc etc.
Existen nuevos modelos de familia que integran a las mascotas como un miembro más. De hecho en las separaciones ya se regula la vida de las mascotas con un régimen de custodia y tenencia, régimen de visitas y obligaciones de alimentos y gastos extraordinarios y veterinarios. Nuestras mascotas ya no ocupan un lugar residual, de mero entretenimiento a caprichoso. Ahora llegan a equipararse a un estatus familiar asemejado al de los hijos.
El futuro de las mascotas en las familias
Nos encontramos en una fase de evolución familiar en la que cada vez hay más persona que deciden estar solas y que comparten su vida con sus mascotas con las que entrelazan vínculos tan intensos como cualquier familiar.
Esto nos lleva a situarnos ante el reto de personas que son mayores o padecen una enfermedad y se enfrentan a la preocupación de no saber qué será de sus mascotas si el día de mañana no pueden atenderlos.
Testamentos en los que se quiera dejar un patrimonio en beneficio de nuestra mascota, ya sea por medio de una fundación, aportación a una asociación o directamente la creación de un fideicomiso, como ya ha ocurrido en Estados Unidos, pero aún no se ha aplicado en España.
No está claro aún como se regula una separación de una pareja que no está casada pero opta por separarse y quiere regular de manera garantista la vida de su mascota. Se puede incluir en un contrato privado o escritura notarial todo tipo de pactos en los que con detalle, al igual que ocurre con una custodia de un hijo, se pueda tener una regulación aplicable en defecto de acuerdo. Además, en caso de incumplimiento se tendría la posibilidad de pedir la ejecución judicial, cuestión aún muy desconocida en España.
Lo ideal es no crear una sobreprotección que pueda ser insana y obsesiva, pero sí poder consolidar con sentido común unas medidas de protección que sean acordes al lugar cada vez más relevante que tienen nuestras mascotas en la familias.
Antes de la Ley de Protección Animal y que las mascotas fueran reconocidas como seres dotados de sensibilidad, los animales han estado expuestos a desprotección. Ahora que ya tienen reconocimiento y están protegidos, lo que falta es avanzar jurídicamente hacía la regulación normalizada acorde y conforme a la sensibilidad y concienciación respecto de las mascotas con las que se forjan relaciones afectivas que cada vez se parecen más a las que tenemos las personas entre familiares.
Más noticias: