Javier Urra, primer Defensor del Menor: "Si un niño se suicida la sociedad está quebrada"

El pasado viernes dos  hermanas mellizas de 12 años se precipitaban al vacío desde un sexto piso en Oviedo, acabando con sus vidas. Un hecho que de nuevo ha conmocionado al país, después de que las gemelas de Sallent, también de 12 años, se arrojaran desde un tercer piso, en un caso con similitudes al asturiano. 

Y es que cada vez son más los casos de suicidios en menores de 15 años que se dan en España, siendo 2022 el año con más intentos entre menores y adolescentes. Hoy Elcierredigital.com habla con Javier Urra, el psicólogo navarro especialista en niños y adolescentes que ha reunido a la Asociación de Psicología de España y a otros compañeros de la profesión de Iberoamérica, Europa y Estados Unidos para estudiar si el aumento de suicidios en niños y adolescentes es un problema de España o es un tema global que concierne a todo el mundo. “Mi impresión es que es global, y ahora tenemos que ponernos todos a pensar lo que está pasando”, comenta Urra.

Similitudes en los casos recientes

Hace unos meses dos hermanas gemelas de 12 años de edad se arrojaban desde un tercer piso en Sallent (Barcelona). Las niñas dejaron una carta donde explicaban su decisión y pedían perdón a sus padres por lo que iban a hacer. Alana, que falleció al precipitarse, contaba en su carta manuscrita que sufría acoso porque se sentía un chico y quería ser llamado Iván. Por otro lado, Leila, la hermana que sobrevivió, explicaba que aunque ella no quería suicidarse seguiría los pasos de su hermana por el amor que la tenía. “En este caso había acoso escolar y fue la causa mayor por la que las chicas se suicidaron”, comenta Urra a Elcierredigital.com. 

Edificio donde dos niñas mellizas de 12 años murieron.

“Los gemelos tienen una relación de vínculo, de apego, que no tienen los hermanos. Es el caso de una de las niñas, y es que a pesar de no querer morir, decidió acompañar a su hermana con la decisión de quitarse la vida”, explica el experto.

Un caso con muchas similitudes al suicidio de las dos hermanas mellizas de Oviedo, aunque por el momento se desconoce el motivo de su decisión. “Vamos a seguir investigando para saber cuál fue el motivo de su decisión”. “Eso no puede ser una coincidencia, ahí hay una casualidad”, comenta Javier Urra, doctor en Psicología y en Ciencias de la Salud, que ha trabajado 32 años en la Fiscalía del Tribunal Supremo de Justicia y ha sido el primer Defensor del Menor.

El papel de los medios de comunicación en estos casos

Desde hace tiempo, en España los medios de comunicación decidieron no hablar del suicidio aunque recientemente los expertos afirmaron que se debía hablar de este grave problema. Para Javier Urra sí hay que hablar del suicidio, pero no se deben dar detalles sobre el caso. “En adultos se puede contar si sufría alguna patología, alguna enfermedad mental, si sufría depresión o algún trastorno mental, pero nunca dando detalles”, comenta. “Categóricamente, hay que hablar del suicidio pero para prevenirlo, no para dar ideas”, añade Urra.

Velas y pancartas en el domicilio de la niña de 12 años que se suicidó en Sallent (Barcelona). 

El primer defensor del Menor ha explicado a Elcierredigital.com lo mal que gestionaron los medios de comunicación el caso de las niñas de Barcelona. “Cuando pasó lo de Barcelona, los medios de comunicación actuaron de una manera errónea. No me gustó que se explicara cómo lo habían hecho, dando todo tipo de detalles. Eso no se debe hacer. Otros niños lo pueden reproducir”, sostiene.

Prevención del suicidio

Cada vez hay más expertos que hacen hincapié en la importancia de hablar con los más jóvenes sobre la salud mental, así como enseñarles a prevenir el suicidio y pedir ayuda. Para ello, es importante que el suicidio deje de ser un tema  tabú, ya que es erróneo pensar que si no se habla no existe. Hay que hacerlo visible con el único objetivo de poder prevenirlo.

Joven.

Los centros educativos tienen gran parte de responsabilidad en la prevención. Es imprescindible que en ellos se hable de depresión, autoestima, ansiedad, soledad. Y para eso debe haber un cambio en la educación para atender a los menores más allá de lo académico, enseñando también a gestionar sus emociones, a aceptarse, a respetarse y a quererse. “Los colegios deberían de ser el lugar para detectar estos problemas de muchos niños”, comenta Javier Urra.

“Las administraciones están poniendo medios ahora. Ya han creado la figura del Psiquiatra Infantojuvenil, por lo que el Gobierno lo ha hecho bien. Ahora tiene que crear la figura del Psicólogo Clínico Infantojuvenil, ya que es una medida esencial”, explica Urra.

Pero no solo tienen un papel fundamental los centros escolares, sino que también, es muy importante dotar de medios a la salud mental,  dotar de equipos  a los ambulatorios y centros de apoyo a la pediatría. “Los pediatras están viendo muchos casos y están muy preocupados. Se están dando cuenta de que los problemas no son tanto físicos sino psicológicos, hay que apoyar a los pediatras que son los que están con los niños, porque a veces no sabemos lo que ocurre en sus casas: malos tratos, abusos, educación absolutamente equivocada, tener más medios en los colegios en cuanto a orientadores, en cuanto a psicólogos, etc”, añade Javier Urra. 

Analizar el comportamiento de los niños

Javier Urra se hace muchas preguntas con todo lo ocurrido recientemente. “Me parece que este tema es muy peligroso. Tenemos que trasladar qué está pasando con niños extranjeros en España, cómo viven estos niños en el país, ¿se les trata bien? En el caso de Oviedo, las niñas eran rusas, pero podían haber sido de otro lugar”, comenta Urra.

Acoso Escolar. AEPAE.

“Es muy necesario ver cuál es el comportamiento de los niños: si cuelgan algo en las redes, si escriben sobre algún problema que les preocupa o les moleste, o incluso hay que analizar los dibujos que hacen, como los que hacía una de las niñas de Oviedo, recreando dibujos de ahorcamientos y muertes”. Para Urra es muy importante que tanto los padres como los profesores estén muy atentos sobre las posibles señales que indican que puede haber un problema en estos niños.  “Esto es muy importante, eso es hablar de la prevención del suicidio”, explica.

“Me preocupa y me disgusta ver que muchos chicos le piden a la vida más de lo que la vida les puede dar. También me preocupa y me disgusta ver a niños y a jóvenes que no tienen una razón para vivir, tenemos que trasmitirles lo bonita que es la vida”, afirma el  psicólogo navarro.

Según ha explicado el experto a Elcierredigital.com, “es muy importante trasladar a los niños que les queremos, que van a ser muy importantes para otros, que pueden estar pasándolo mal, pero que mañana serán grandes profesionales. Es importante que ellos sepan que son importantes para los demás, trasladar a los niños que van a ser importantes para otros y no solo para ellos mismos”, comenta.

Movilizar a la sociedad

Javier Urra ha movilizado a los miembros de la Academia de Psicología de  España, y a otros grandes expertos de este tema en otros países del mundo. “Tenemos que  llegar a soluciones, tenemos que estudiar lo que está pasando en los últimos años, porque esto es todo un síntoma de que algo falla en la sociedad. Cuando un niño se suicida, la sociedad está quebrada y significa que algo está fallando”, explica Urra.

No al bullying. 

“Creo que hay muchos niños con ansiedad, tengo la convicción de que hay muchos chicos con depresión, pero que no está diagnosticada”, comenta. Y es que, tal y como ha explicado Javier Urra a Elcierredigital.com, identificar la depresión en jóvenes es más complicado que en adultos. “A la gente le cuesta mucho ver que un niño está deprimido, pero lo está. Hay que saber mucho de psicología infantil para descubrir que un niño está deprimido” y es porque la depresión en la infancia cursa de distinta manera a la de los adultos. En adultos la depresión se presenta como tristeza, descuido en la forma de vestir, desilusión para salir a la calle, etc. Sin embargo, en la infancia no es exactamente así, a veces aparece de manera paradójica: son chicos que se muestran muy negativistas, muy oposicionistas, que empiezan a tener desesperanza y acaban  perdiendo la ilusión por vivir. "Vivimos en una sociedad que está acortando mucho el tiempo de la infancia y alargando mucho el de la adolescencia", concluye Javier Urra.