27 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

A través de la técnica de la edición genética un hospital londinense ha curado a dos adolescentes que padecían un grave caso de esta enfermedad

Nuevo avance médico: Un "lápiz genético" remite la leucemia de dos menores terminales

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Un "lápiz genético" consigue remitir la leucemia en dos adolescentes sin más tratamientos posibles
Un "lápiz genético" que funciona gracias a una técnica revolucionaria en el mundo de la medicina, los editores de bases, consigue remitir la leucemia linfoblástica aguda de células T en dos adolescentes que ya no disponían de más tratamientos posibles. El ensayo clínico fue llevado a cabo en la Unidad de Trasplante de Médula ósea (BMT) del Great Ormond Street Hospital de Londres y supone todo un hito en el tratamiento de leucemia.

Dos adolescentes de Reino Unido han podido recuperarse de una leucemia muy agresiva, para la que no existían más opciones de cura, gracias a una técnica revolucionaria en el mundo de la medicina: los editores de bases. Esta herramienta de edición genómica viene derivada de CRISPR (Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas Regularmente Interespaciadas, por sus siglas en inglés) y ha conseguido remitir totalmente el cáncer en estos pacientes.

En el año 2022, conocíamos el caso de Alyssa, una adolescente británica de 13 años, que conseguía recuperarse de un tipo de leucemia linfoblástica aguda de células T. Un año antes, se le diagnosticó la enfermedad y, poco tiempo después, los tratamientos convencionales actuales, tales como la quimioterapia, ya no eran efectivos.

La enfermedad regresó, incluso tras un trasplante de médula ósea, y Alyssa se inscribió en un ensayo clínico. En mayo de 2022, la joven ingresó en la Unidad de Trasplante de Médula ósea (BMT) del Great Ormond Street Hospital de Londres, mayormente conocido como GOSH, y en diciembre del mismo año, el equipo responsable anunció el éxito del proceso en el congreso anual de la Sociedad de Hematología de Estados Unidos.

En el mes de junio, la revista científica The New England Journal of Medicine publicó los primeros resultados del ensayo en el que participó la joven. Además, la investigación incluía los casos de otros dos jóvenes, dos chicos de 13 y 15 años.

Los tres adolescentes padecían leucemia linfoblástica de células T con una recaída, un pronóstico mortal y los cuidados paliativos como única opción. Los pacientes que recaen tras el trasplante de médula ósea cuentan con una tasa de supervivencia menor del 15% a largo plazo, según el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras.

Un hospital financiado por la obra 'Peter Pan'

El equipo de médicos estaba encabezado por Waseem Qasim, experto en terapia celular y génica, y recurrió a los revolucionarios tratamientos CAR-T, una terapia que consiste en reprogramar linfocitos T para que reconozcan y ataquen al cáncer. Para ello se extraen glóbulos blancos de los enfermos, se rediseñan en el laboratorio, multiplicando su capacidad para destruir células cancerosas, y se vuelven a introducir en los pacientes.

Las células T son células del sistema inmunitario que se forman a partir de células madre en la médula ósea. También se llaman linfocitos T y su función principal es participar en la protección del organismo frente a infecciones, aunque también pueden combatir contra las células cancerígenas, como explica la Clínica Universidad de Navarra.

Por tanto, la terapia con células CAR-T o terapia de linfocitos T con receptor de antígeno quimérico (CAR-T, por sus siglas en inglés) consiste en modificar genéticamente estas células inmunes para dotarlas de herramientas suficientes con las que poder reconocer y destruir de manera más eficaz a las células tumorales. Es una técnica que combina la terapia celular con la terapia génica.

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ADN

En el caso de Alyssa y los otros dos jóvenes, los expertos utilizaron glóbulos blancos de donantes sanos, pero emplearon los editores de bases, capaces de modificar el ADN en posiciones específicas sin romper la cadena de ADN, para convertirlos en “superglóbulos blancos” universales. Una especie de “lápiz genético” milagroso que pudo diseñar unas células sanas que han eliminado las cancerígenas de la sangre.

Como señalan los resultados del estudio publicados por The New England Journal of Medicine, el joven de 15 años consiguió la remisión completa de la leucemia después del tratamiento. Sin embargo, el adolescente de 13 años falleció por una infección galopante del hongo Aspergillus niger en sus pulmones, a pesar de haber respondido de manera adecuada a la terapia CAR-T.

El hospital en el que han tenido lugar los tratamientos de los adolescentes, el Great Ormond Street de Londres, ha sido parcialmente financiado gracias al personaje ficticio Peter Pan. Su creador, el novelista escocés James Matthew Barrie dono en 1929 los derechos de autor del mismo al centro.

Así, Alyssa se ha convertido en la primera persona del mundo que ha sido tratada a partir de las células de un paciente sano, reelaboradas genéticamente en un laboratorio, lo que demuestra el gran avance que vive la medicina en los últimos tiempos. El objetivo del estudio es completar el ensayo clínico con una decena de pacientes, de entre 6 meses y 16 años.

Los inicios

El origen de este avance médico relacionado con la genética se remonta a 2003. El español Francisco Juan Martínez Mojica, que firma sus artículos científicos como Francis Mojica, es considerado padre de la técnica de edición genética CRISPR. El científico ilicitano estudió, en los años 90, la arquea Haloferax mediterranei, un microorganismo de las salinas de Santa Pola que presentaba una tolerancia extrema a la sal. Observó unas secuencias repetidas en su genoma.

Más adelante, en 2003, se percató de que se trataba de fragmentos de ADN de virus insertados en el sistema inmunológico del microbio, a modo de herencia de contactos de sus antecesores con patógenos. Descubrió así las conocidas “tijeras moleculares”.

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Tijeras genéticas

Una década después, en 2012, las las bioquímicas Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna crearon una de las herramientas más ingeniosas de la tecnología genética, que les otorgaría el Premio Nobel de 2019: las tijeras genéticas CRISPR/Cas9, que permiten realizar cambios específicos y precisos en el ADN contenido en las células vivas. Es decir, “cortar” y “pegar” secuencias de ADN de una manera rápida, precisa y eficaz.

El hallazgo de estas tijeras genéticas fue inesperado. Se produjo durante un estudio que realizaba Charpentier sobre la bacteria Streptococcus pyogenes, una de las que más daño causan a la humanidad. La investigadora encontró una molécula previamente desconocida, el ARNtracr (o ARNcr trans-activado). Su trabajo desveló que este ARN es parte del antiguo sistema inmunológico de las bacterias, CRISPR/Cas, que desarma los virus al escindir su ADN.

En 2016, el el químico David Liu inventó los editores de bases, una herramienta capaz de modificar el genoma. La creación va un paso más allá de la técnica CRISPR y permite modificar el ADN con precisión; un lápiz simbólico que permite borrar una sola letra del ADN y sustituirla por otra.

El caso de Alyssa es una clara muestra del gran avance científico que vive la medicina y, sobre todo, de la decisiva importancia que tiene la investigación. Los sorprendentes hallazgos que hemos presenciando durante los últimos años arrojan luz y esperanza sobre historias cuyo final podría cambiar y ofrece soluciones que parecían impensables.

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