03 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

Solo con una vida equilibrada, alimentación sana, disciplina del sueño, deporte y buenas relaciones sociales lograremos tener a raya este mal

Cómo combatir el estrés, el enemigo número uno de nuestra salud y bienestar

El estrés puede apoderarse  de nosotros si no ponemos límites
El estrés puede apoderarse de nosotros si no ponemos límites
Hoy día, todas las sociedades están acechadas por un enemigo común. El estrés es un mal del que pocos se escapan, está en el origen de muchas enfermedades y cada día se descubre que es causa de muchas más.

Los ritmos y exigencias del trabajo, los problemas personales, familiares, económicos, la ansiedad por alcanzar las metas marcadas o la frustración por no lograrla, la incertidumbre ante el futuro… Todo puede generar estrés, dependerá de cada persona el efecto que tenga en su salud, en su vida y también en su belleza.

No es de extrañar que los profesionales de la medicina estén cada día más obsesionados con combatir un mal silencioso e implacable, que se va colando en los cuerpos y hace estragos si no es combatido eficazmente y a tiempo. En muchas ocasiones, el estrés es la antesala o el compañero de viaje de cuadros de ansiedad y, llevado al extremo, puede contribuir o desembocar en la llegada de una depresión.

Trabajo, vida personal, incertidumbres... todo puede generar estrés si no lo evitamos.

El estrés se puede combatir, pero lo conveniente es impedir que se apodere de nosotros, evitar que llegue a conquistar nuestras vidas o parcelas de ella. Y para eso, es necesario un correcto y equilibrado estilo de vida en las personas que tengan especial propensión a estos inconvenientes. Introducir en la dieta un amplio surtido de alimentos naturales junto a la páctica de una actividad física moderada y frecuente,  ayudará  a estar más relajados y tener calidad de vida.

Cómo llega el estrés a nuestras vidas

Pero ¿qué es exactamente esta especie de termita abstracta que pasa como una apisonadora sobre el ánimo y el bienestar de las personas?  El estrés es una respuesta natural que genera el cuerpo ante situaciones de tensión y alerta. Es un mecanismo de defensa natural que ha servido siempre para salvar la propia vida ante una amenza. Sin embargo, en la actualidad, el estrés no es algo ocasional. El ser humano hoy “ve leones y panteras” a todas horas. Reaccionamos continuamente a estímulos que realmente no ponen en peligro nuestras vidas pero que sí lo tomamos como amenazas. Dotamos de una dimensión extraordinaria a eventos cotidianos o sucesos triviales que, sin embargo, nos catapultan a una situación de estrés desencadenando con ello toda una seria de mecanismos fisiológicos (liberación de adrenalina... ) que, repetidos con frecuencia a lo largo del día, ponen en riesgo nuestra salud.

El contacto con la Naturaleza nos devuelve el equilibrio. 

Así, cuando las situaciones de tensión son permanentes y comienzan a amenazar la salud del paciente, el estrés es un problema. Una persona estresada suele denotar síntomas físicos y anímicos. Se le puede complicar mucho la vida con su entorno, laboral o familiar, si presenta estos síntomas: ansiedad, irritabilidad, cambios repentinos de ánimo, dificultad para concentrarse, también para conciliar el sueño, olvidos, espasmos musculares, preocupación permanente, risa nerviosa, trato brusco, aumento o disminución de las ganas de comer, ingesta compulsiva o desgana...

El estilo de vida que propone uno de los máximos expertos en la materia como es Sergio Rada, es el asentado y forjado tras casi 30 años de experiencia trabajando estos problemas. Hay muchas vías de escape para el estrés, por ejemplo, las escapadas campestres a lugares que nos ayudan a evadirnos. Pero el equilibrio debemos forjarlo y cocinarlo en el día a día con una alimentación correcta, horas de sueño suficientes y de calidad, y actividad física.

Un esfuerzo diario para mantener el estrés a raya


En el día a día existen también algunos hábitos que nos ayudan a alcanzar el objetivo de cero estrés. Diez minutos dedicados a una respiración profunda, manteniendo cinco segundos el aire dentro de los pulmones, o una meditación cerrando los ojos y pensando cosas agradables. Tan sencillo y tan eficaz para relajar músculos y así ahorrarnos una migraña. Si tenemos el cuello muy rígido podemos acudir a la ducha y alternar agua fría con agua bien caliente. Los cambios de temperatura ayudan a que los vasos sanguíneos se abran y liberen el exceso de acido láctico.

Por último, una técnica tan simple como recomendada por los médicos cuando de intentar conciliar el sueño se trata. Muchas personas apagan la luz y encienden la agenda de problemas y trabajo en su mente. Esto nunca se debe hacer. Los expertos nos dicen que con la luz se debe apagar también la mente y parar cualquier tipo de pensamiento. No es difícil. Podemos probar a hacer un nudo en un paquete imaginario donde se alojan sus preocupaciones y cuando se den la vuelta para dormir,  propínenle una buena patada, imaginaria también, por supuesto.

 

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