26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La identificación temprana de los abusos y un buen plan de actuación son fundamentales para frenar este problema globalizado

Día Internacional Contra el Maltrato Infantil: Fecha clave para visibilizar la violencia en el menor y concienciar de sus consecuencias

El 25 de abril se celebra el Día Internacional de la lucha contra el maltrato infantil.
El 25 de abril se celebra el Día Internacional de la lucha contra el maltrato infantil.
Cuando hablamos de maltrato infantil nos referimos a todos los comportamientos por parte de los padres, tutores o instituciones que causan daños emocionales o físicos a un menor, como el abuso sexual, las agresiones o el abandono. Para muchas víctimas, el maltrato tendrá consecuencias crónicas en su vida adulta. Por ello, una correcta identificación de esta situación es fundamental para su desarrollo vital.

Según los expertos y múltiples estudios, como el de la Asociación Nacional de Psicólogos Clínicos y Residentes (anPIR), las víctimas de agresión y maltrato en la infancia sufrirán un gran impacto como consecuencia de estos hechos en su vida adulta. 

El maltrato infantil se convierte en una problemática alarmante cuando se conocen las cifras precisas de la magnitud de estas agresiones. Desde la asociación anPIR, se indica que en España se registran más de 15.000 avisos por sospecha de maltrato infantil  al año. Tan solo en el año 2020, el Registro Unificado de casos de sospecha de Maltrato Infantil (RUMI) estableció 15.688 casos y, en el año 2019, se registraron 15.365 notificaciones.

Se trata de un problema evidente, latente, y cuya identificación y prevención terapeuta a tiempo puede evitar las consecuencias y efectos que tiene para las víctimas en un futuro.

¿Qué es el maltrato infantil?

Abordar el maltrato infantil debe hacerse desde una perspectiva globalizada ya que es un problema universal, que se puede analizar a partir de diferentes factores. Vivimos en una sociedad repleta de violencia y los niños también sufren los daños del odio y las agresiones presentes en la sociedad.

Cuando un menor sufre maltrato físico o emocional -o ambos a la vez- o una falta de atención de sus derechos básicos como persona, de forma intencional, por parte de los adultos que están a su cargo, ya sean sus padres o tutores legales, se está estableciendo una negligencia denominada maltrato infantilPor tanto, se trata de todo acto con intención de ejercer daño que perjudique el desarrollo normal de un niño en su infancia.

Los menores de edad que sufren estas agresiones, de forma puntual o repetida, padecen daños en sus funciones psicomotrices, y se reduce el desarrollo de sus facultades básicas y son personas que se desarrollan con una vulnerabilidad e inseguridad mayor, lo que afecta en todos los campos de su entorno vital o general.

Según los estudios, los agresores suelen ser adultos deprimidos, neuróticos, ansiosos, con poca tolerancia y muy hostiles. Muchos presentan antecedentes de maltrato en su infancia y, generalmente, tienen pocos recursos económicos. Por otro lado, las víctimas generalmente son niños que presentan alguna enfermedad (congénitas en su mayoría), menores hiperactivos, de bajo rendimiento en el ámbito educativo y, sobre todo, menores no deseados por su progenitores.

“Los niños que han sufrido situaciones de abusos, en las que se les ejerce un daño físico, abusos sexuales, maltrato emocional o abandono físico y emocional, se enfrentan a formas de violencia que resultan irreversibles en el niño. Quiénes padecen este trato negligente durante la infancia se verán gravemente perjudicados en relación al desarrollo de sus habilidades y capacidades mentales y emociones, o incluso físicas, en un futuro", comenta Grecia Arranz, trabajadora social especializada en la violencia en la infancia.

Menor llorando.

¿Cómo repercute esto en su futuro?

Cuando un niño en su infancia se ve afectado por una situación de maltrato desarrolla en su vida adulta trastornos de conducta, como problemas mentales (depresión, ansiedad, bipolaridad), se producen repercusiones en su interacción social y existe una mayor frecuencia en el abuso de sustancias tóxicas. Todos estos factores pueden derivar al alcoholismo o la drogadicción y, en algunos casos, el suicidio.

La identificación de estos elementos y el inicio de un tratamiento efectivo, tanto para el agresor como para la víctima, resulta fundamental para frenar las consecuencias. Reconocer el problema, actuar sobre los patrones de conducta, sobre el trauma, integrar al menor en la interacción social y el desarrollo educativo y aplicar un plan de reforzamiento positivo son algunas de las estrategias claves para el tratamiento del maltrato infantil.

Profesional tratando a un menor.

“La triste realidad es que en muchas ocasiones estos niños quedan desamparados, y no pueden acceder a un buen plan de prevención y actuación porque resulta complicado identificar estas situaciones. Existe un vacío legal, donde estos patrones se van a seguir repitiendo en los núcleos familiares o, incluso, en las instituciones que deberían protegerlos ya que nuestro sistema todavía no cuenta con los suficientes expertos, psicólogos, educadores y trabajadores sociales capaces de identificar y tratar cada una de estas situaciones”, comenta Grecia Arranz, trabajadora social. 

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