15 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

La vuelta ciclista al país galo ha cautivado a la audiencia televisiva tras el duelo de titanes que ha mantenido con el corredor esloveno Tadej Pogaca

Jonas Vingegaard, el ciclista danés nuevo ganador del Tour de Francia que levanta sospechas de dopaje

El duelo entre los dos ciclistas del momento, el esloveno Tadej Pogacar y el danés Jonas Vingegaard, ha vuelto a protagonizar un Tour de Francia apasionante. En la edición pasada ya protagonizaron una batalla épica, ahora el danés ha dado un golpe sobre la mesa tras una exhibición histórica en la contrarreloj. Unos registros que le han servido para recibir miles de halagos, al mismo tiempo que despertaba los viejos fantasmas del dopaje, sin embargo, el danés se ha pronunciado: "No tomo nada ".

A falta de una etapa para que el Tour de Francia ponga el broche final a su edición número 110 con su llegada a la capital gala, París. Jonas Vingegaard Rasmussen se ha proclamado ganador y alzado con su segundo Tour de Francia y de manera consecutiva, tras el triunfo de la edición de 2020. Son más de siete minutos, 7:35 concretamente, la ventaja que el ciclista danés mantiene sobre Tadej Pogacar.

Vingegaard y Pogacar, los dos grandes ciclistas del momento, durante una etapa. 

Jonas Vingegaard puso su nombre en la historia del ciclismo el año pasado. El danés logró arrebatar el título a su defensor, el esloveno Tadej Pogacar. Sin embargo, hay que retroceder hasta 2021 para entender la irrupción del oriundo de Hillerslev, Dinamarca. En 2021 partía como gregario del compatriota de Pogacar, Primoz Roglic, pero el esloveno sufrió una caída que le obligó a retirarse y colocaba a  Vingegaard como primer espada del Jumbo Visma para pelear por la general de la vuelta gala. El inició de un campeón metódico y “tímido”, según su compatriota Michael Rasmussen.

El escalador de una tierra llana

El Mollehoj no es la ciudad natal de Jonas Vingegaard, es el punto más alto del país nórdico con sus 171 metros de altura sobre el nivel del mar. Tierra de vikingos en el pasado y que carece de montañas de grandes alturas, es el país que ha dado a un magnífico escalador. Un ciclista que se ha criado en las extensas llanuras daneses y que ahora domina los cielos del Pirineo y los Alpes.

Hay que remontarse a la niñez del protagonista para lograr entender de donde nace su amor por la bicicleta. Porque antes que la bicicleta, el danés probó fortuna en otros deporte como el fútbol, la natación o el balonmano. Pero a sus 10 años sintió que había encontrado una actividad deportiva más afín a él, cuando sus padres le llevaron a ver el Tour de Dinamarca. “Jugaba al fútbol pero no me iba demasiado bien y no tenía mucha motivación, así que mis padre me llevaron a ver una etapa. En el club ciclista local tenían un rodillo con una bici y me dijeron que probaba, que era muy bueno. Supongo que se lo decían a todo el mundo para tener nuevos miembros. Al final funcionó y ésa fue mi primer contacto con la bici”, así lo contaba el propio Vingegaard en una entrevista con Eurosport.

Vingegaard con su primer equipo profesional, ColoQuick. 

Su primer club ciclista fue ‘Thy Cycle Ring’, pero su físico no le permitió despegar a hasta una edad más tardía. Las carreteras llanas del país danés, sumado a las fuertes corrientes de viente impedían al ligero Vingegaard demostrar su potencial. Sin embargo, un par de vacaciones al sur de Francia, cerca de los Alpes, en la región del Ródano, le abrieron las puertas al mundo de la montaña. "Descubrí mi primera subida cuando tenía 16 años en Italia. Después me di cuenta de que no se me dio mal para nada", explicaba el propio Vingegaard.

Más tarde comenzaría a encaminar su carrera rumbo al profesionalismo y fichó por el equipo referencia de su tierra natal, el ColoQuick. Pero antes de dar la sorpresa en marzo 2018, Vingegaard trabajaría un factoría de pescado. Así contaba su experiencia en Eurosport: “Terminé la escuela en 2016 y luego tenía que trabajar. Primero fue en la lonja de pescado y trabajé allí casi un año. Después tuve una lesión y no pude trabajar por un tiempo. Cuando me recuperé trabajé en la fábrica de pescado y ése es probablemente el vídeo que se ha visto. Estuve allí hasta el verano de 2018 y me uní al Jumbo-Visma en 2019, así que medio año antes de fichar por ellos todavía estaba trabajando”.

Además, un año antes de impresionar a propios y extraños en la subida al Coll de Rates, se encontraba disputando uno de las cerraras más importante del norte europeo, como el Tour de los Fiordos, cuando sufrió una caída y se fracturó la pierna. Una lesión que podría haber condicionado su carrea, no volvió hasta el primer trimestre de marzo.

Las concentraciones invernales cerca de Calpe para preparar la temporada, fueron el lugar donde Vingegaard demostró su poderío físico al pulverizar los tiempos de subida al Coll de Rates. Así lo recuerdo el propio Micheal Rasmusse, otro gran escalador: "recuerdo que la primera vez que oí hablar de él fue cuando rompió el récord de la subida al Coll de Rates".

Unas actuaciones que le llevaron a fichar por Jumbo Visma, uno de los grandes equipos. El Tour de Francia de 2021, tras la retirada del favorito, Primoz Roglic, el danés acabó segundo en la general. El chico que había sido elegido como el gregario del líder, pasó a ser la cabeza visible del equipo. Es más, un año más tarde se coronaba en París, un hito que está apunto de repetir.

Vingegaard en la contrarreloj del Tour. 

En la presente edición, se marcó una prueba contrarreloj en la que metió un minuto y 38 segundos a Pogacar, su principal rival, y la gran estocada para llevarse el maillot amarillo por segunda vez consecutiva.

Una actuación histórica que levanta sospechas

La brutal exhibición física de Vingegaard en los 22 km de la contrarreloj batiendo e igualando récords el mismísimo Miguel Indurain, hizo que el mundo se rindiese a al talento del danés. Pero también levantó sospechas por presunto dopaje, viejos fantasmas que mancharon una de las grandes del ciclismo. El caso de una leyenda que descendió a los infiernos como Lance Armstrong.

El propio Vingegaard salió a despejar las dudas: “para mi es difícil decir algo más, comprendo que es duro para la gente confiar en el ciclismo a causa del pasado que tiene, pero ahora todo el mundo lo practica de forma diferente de hace diez años. No tomo nada y no tomaría nada que no daría a mi hija”.

Mientras Pogacar se paseaba por Europa ganando un sinfín de clásicas como la París – Niza, el Tour de Flandes, entre otras. Vingegaard se concentraba en altura para llegar al Tour de Francia con la mejor forma posible.

El Jumbo Visma ha marcado un ritmo feroz durante muchas etapas, un trabajo de épico para que su líder mantuviese a raya al perseguidor y feroz Pogacar. Tras el varapalo de la contrarreloj,  la fatiga acumulada y el ritmo infernal de Jumbo terminaron con el esloveno en la larga subida al Col de la Loze. El ciclista de UEA Team Emirates soltó la rueda de Vingegaard y comentaba por radio una frase para la historia: “no puedo, estoy muerto”. El mazazo definitivo para asegurar el maillot ante un ciclista que había acostumbrado a ser indestructible.

El trabajo en equipo y la preparación tan metódica que sigue Jonas Vingegaard son las claves que le acercan a conseguir su segundo Tour de Francia. Tras llegar al ciclismo, casi de rebote, haber compaginado las dos ruedas con el trabajo en un fábrica de pescado y haber sorprendido al mundo en Coll de Rates, estará a una etapa de ser una leyenda.

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