16 de junio de 2024
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FIN DE SEMANA

Este tratamiento, apoyado en el método Creighton tiene como objetivo la concepción en base a “la naturaleza del acto conyugal y del ciclo de la mujer”

La Naprotecnología, el método de fertilidad de la Iglesia católica que sigue Tamara Falcó

Tamara Falcó junto a Iñigo Onieva.
Tamara Falcó junto a Iñigo Onieva.
Tras su reciente boda con el empresario Íñigo Onieva, la aristócrata Tamara Falcó expresa su interés por la Naprotecnología, un método incipiente utilizado para favorecer la fertilidad femenina de manera natural y nada invasiva. El proceso basa su efectividad en una metodología que sigue la vía natural de planificación familiar y estudia en profundidad el flujo cervical de la mujer para poder quedarse embarazada.

Poco después se su boda con el emprresario Íñigo Onieva, la aristócrata Tamara Falcó ha expresado sus deseos de formar una familia con su marido, en una reciente entrevista a la revista ¡Hola!. La marquesa de Griñón ha negado que se esté sometiendo a ningún tratamiento de fertilidad. Sin embargo, admite que, desde hace algunos años, está siguiendo un método para asegurarse de que “de que está bien”.

La hija de Carlos Falcó habla así de un tratamiento natural: la Naprotecnología. Lo define, además, como un proceso “muy bonito”. Este método no invasivo está implantado desde hace años en países como Polonia, Estados Unidos, Canadá, Irlanda, Reino Unido o Alemania. En España su presencia es más limitada y su aplicación se lleva a cabo fundamentalmente en clínicas privadas de fertilidad.

Qué es la naprotecnología

La Naprotecnología, también conocida como Tecnología de la Procreación Natural o Natural Procreative Technology es un concepto acuñado por el Doctor Thomas Hilgers, un ginecólogo y obstetra norteamericano, que da nombre a unestudio y tratamiento concreto de la infertilidad, especialmente femenina.

El método, con sus diferentes estudios y tratamientos médicos, se fundamenta en el registro del ciclo menstrual con el método Creighton, de modo que se lleve a cabo la concepción de un hijo respetando “la naturaleza del acto conyugal y del ciclo de la mujer”, como explica la Asociación Naprotec.

Esta, que desde el año 2015 ha atendido más 3.000 casos, puntualiza, además, que la medicina restaurativa de la fertilidad es una especialidad que se encuentra en continua evolución. Incluye y va más allá de la Naprotecnología, la cual se puede considerar su origen.

El modelo Creighton

El creador de este modelo, el doctor Hilgers, trabajó durante varios años en el análisis del ciclo menstrual de la mujer con problemas para tener hijos. De este modo, pudo elaborar una metodología basada en una vía natural de planificación familiar, el estudio, en profundidad, del flujo cervical de la mujer.

Para llevar a cabo el modelo Creighton la mujer debe realizar un registro ginecológico diario de su ciclo de ovulación, poniendo atención en los días en los que el moco cervical es más elástico, lubricante y transparente. Es decir, los días fértiles o más propicios para mantener relaciones sexuales que finalicen en un embarazo.

La medicina restaurativa de la fertilidad nace de la Naprotecnología, pero tiene una visión más holística. Es decir, implementa perspectivas de medicina funcional e integrativa, con el objetivo de favorecer la salud general de las personas de ambos sexos con esterilidad o baja fertilidad, que además presentan problemas digestivos, nutricionales, metabólicos, inflamatorios, infecciosos, tóxicos... que pueden estar condicionando su dificultad para ser padres de modo natural.

Imagen del proyecto 'Conoce tu ciclo' de Naprotec. 

 

Con ello, esta clase de procedimientos, originados en EE.UU en la década de los noventa, son una alternativa a las técnicas tradicionales de reproducción asistida: inseminación artificial, fecundación in vitro, etc. Estas técnicas de reproducción asistida implican, en muchos casos, la manipulación de los espermatozoides y los óvulos o de los embriones en un laboratorio con el objetivo de lograr un embarazo. Por ello, la Naprotecnología se ha vuelto un método muy popular entre grupos más conservadores de la población, vinculados a la religión. Estos buscan evitar procedimientos que se perciban desvinculados del acto sexual y prefieren actuar en armonía con el el ciclo natural de la mujer.

Varios estudios realizados en el último relacionan la Naprotecnología con priorizar y diagnosticar de manera efectiva las causas de la infertilidad, tanto en el hombre, como en la mujer. De este modo, se busca mejorar la salud y, sobre todo, recibir a un hijo sin la necesidad de haber pasado por el debate moral que presentan, para muchos, las técnicas de reproducción.

Además, se buscan las diversas alteraciones que se estén dando en el ciclo fértil de la mujer, proporcionándole, en consecuencia, una terapia médica que devuelva las condiciones óptimas a la mujer. Por su parte, también se estudian las posibles causas de infertilidad en los hombres.

Factor religioso

La Naprotecnología se fundamenta en el Magisterio de la Iglesia Católica, que cuenta con la experiencia de más de 2.000 años de historia ayudando a los matrimonios, como explica Naprotec. Pues son sus textos la razón de ser de un método que persigue la menor intervención en un proceso sagrado.

Según las enseñanzas de la Iglesia, “el acto conyugal, por su íntima estructura, al asociar al esposo y a la esposa con un vínculo estrechísimo, los hace también idóneos para engendrar una nueva vida de acuerdo con las leyes inscritas en la naturaleza misma del varón y la mujer". Por ello, la fecundación artificial es entendida como una separación entre los bienes y los significados del matrimonio. Quedaría, de este modo, “privada de su perfección propia, desde el punto de vista moral, cuando no es querida como el fruto del gesto específico de la unión de los esposos”.

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