26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Este psicotrópico es legal en el país pero la falta de reglas claras que lo regulen da lugar a múltiples interpretaciones de la norma

Confusión en México con la Ley del consumo de marihuana: Aprueba su uso pero no su comercialización

Mujer con planta de marihuana
Mujer con planta de marihuana
El Tribunal Supremo mexicano declaró inconstitucionales las leyes que prohíben el uso de marihuana. Lo hizo después de que los legisladores rechazaran una normativa que tenía como objeto regular el consumo. Un escenario de fuerte confusión que deja a los consumidores en un limbo administrativo.

En México, técnicamente, cualquier persona mayor de edad puede consumir cannabis gracias a una sentencia del Supremo. Pero con condiciones muy difíciles de cumplir, como importar semillas desde el extranjero por 140.000 pesos (5.833 euros), tramitar un permiso sujeto a un largo proceso burocrático o correr el riesgo de ser detenido por llevar más de cinco gramos, el límite marcado el Código Penal.  Esto último ha sido duramente criticado por activistas y oenegés, por dejar a la intemperie a los usuarios.

En 2018, el Supremo dictaminó que la prohibición del consumo atenta contra el libre desarrollo del individuo y le dio un año al Congreso para que hiciese cambios en las leyes. Los legisladores, sin embargo, han pedido tres prórrogas desde entonces. La última venció el 30 de abril de 2021 sin que se hayan modificado las normas, pues los senadores se negaron a discutir en el pleno el dictamen que aprobaron los diputados en marzo. Esta circunstancia llevó al Alto Tribunal a declarar la inconstitucionalidad. 

Estos incidentes han provocado confusión entre los ciudadanos pues aunque la marihuana es legal no existen reglas claras que regulen su consumo, pudiendo dar lugar a múltiples interpretaciones. Ahora con el fallo, el regulador de medicamentos Cofepris tendría que entregar directamente permisos de consumo a los usuarios. 

Esta es la teoría, sin embargo, la práctica deja mucho que desear según Frida Ibarra, directora de incidencia de la organización México Unido Contra la Delincuencia. Ella cree que el organismo no estará por la labor: “Cofepris ha hecho una estrategia burocrática para no dar respuesta a las autorizaciones”.  Por su lado, el organismo rechaza las acusaciones y asegura que “como autoridad regulatoria nacional no toma decisiones discrecionales y respeta los marcos regulatorios”.

Frente al Senado se encuentra el Plantón 420, un campamento que se instaló hace poco más de un año y que, tras un breve recorrido se tiene la impresión de estar en un jardín botánico de marihuana. Los 20 activistas implicados ya han cosechado sus propias victorias legales. Tras recibir una notificación para ser desalojados, promovieron un recurso de amparo que ganaron. El juez interpretó que el desahucio habría vulnerado el derecho a la protesta de los integrantes del movimiento.

En la tienda principal, Pepe Rivera, uno de los principales portavoces de la asociación, es severo y critica a todos los bandos: “A mí no me han garantizado mis derechos ni la Corte ni el Congreso”. 

Presión

El movimiento 420 comenzó a ejercer presión cuando ya comenzaba a vislumbrarse que el Congreso no tenía voluntad de regular la marihuana. Rivera se ríe por la cantidad de senadores que se le han acercado “para hacerse la foto”, cuando pasan por el campamento, pero no “hacen nada para garantizar los derechos humanos de los consumidores”. 

México sale a las calles para pedir la legalización del consumo de cannabis

Manifestación para la legalización de la Marihuana.

La historia viene de lejos. El proyecto que el Senado había dado por bueno pasó al Congreso donde se aprobaron varios cambios, cosa que no gustó en el Senado. De acuerdo con el coordinador de los senadores del oficialista Morena, Ricardo Monreal, el documento de los diputados, donde Morena también es mayoría, habría cambiado muchas cosas y es por ello por lo que se dejó pasar el tiempo obligando a que el Supremo se posicionara. 

Alejandro Madrazo, director del Centro de Investigación y Docencia Económicas, cree que la actitud del partido en el Gobierno se debe a la falta de voluntad del presidente Andrés Manuel López Obrador, muchas veces ambiguo en el tema: “Tenemos un presidente profundamente conservador, moralista e ignorante en materia de drogas”. Además, agrega que desde el Gobierno federal hay intereses creados por los Departamentos encargados de la seguridad, como el Ejército, que suelen llevarse un buen pedazo de la tarta en los Presupuestos por la guerra contra el narcotráfico, que en 2020 se cobró 34.554 vidas en México. 

Desde un banco de Plantón 420, Pepe Rivera se queja de cómo todo se desplomó tan rápido. “Nos ven como enfermos mentales”. Y lanza una propuesta en caso de que el tema vuelva al Congreso: “Primero nuestros derechos y luego el mercado (de la marihuana)”.

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