16 de junio de 2024
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FIN DE SEMANA

El doctor Darío Fernández explica que en un paseo de un minuto una persona pisa entre 50 y 60 cigarros, que tardan en desintegrarse entre 10 y 12 años

La 'cara b' del tabaco: Las colillas en el suelo de las calles, una amenaza para los árboles de las ciudades

El Cierre Digital en /Los árboles también fuman.
/Los árboles también fuman.
El consumo de tabaco no solamente es dañino para la salud de las personas, sino que también tiene un efecto importante en el ecosistema. Las colillas son un residuo que se halla a lo largo y ancho del mundo, y sus consecuencias en el medio ambiente son preocupantes. Desde la contaminación del aire y el agua hasta la generación de residuos tóxicos, fumar cigarrillos tiene un impacto significativo en la calidad de vida del planeta y en la salud de las personas.

En medio de la lucha global contra la contaminación y la búsqueda de un mundo más limpio y saludable, existe un problema cotidiano que a menudo pasa desapercibido pero que tiene un impacto significativo en el medio ambiente y la sociedad: las colillas de los cigarros.

Estas pequeñas piezas de basura tóxica se han convertido en una amenaza oculta que causan estragos en nuestros ecosistemas y rompen la calidad de vida de las comunidades en todo el mundo. Hoy, en elcierredigital.com hablamos con el doctor Darío Fernández, psicólogo clínico, médico de familia, doctor en medicina, puericultor con más de 40 años de experiencia, y autor de la guía práctica para dejar de fumar.  

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Colillas de cigarrillo en el suelo.

"El tabaco contamina al medio ambiente, no solamente cuando está saliendo el humo del cigarrillo,  sino también cuando terminamos con el cigarrillo y arrojamos la colilla", explica Fernández.

El impacto ambiental de las colillas

Las colillas de los cigarros, a primera vista, pueden parecer insignificantes, pero su impacto ambiental es sorprendentemente grande. Estas pequeñas piezas de basura, compuestas principalmente de acetato de celulosa —un tipo de plástico—, pueden tardar entre 10 y 12 años en descomponerse por completo. 

“El peligro está en que cada colilla tarda entre 10 y 12 años en desintegrarse.  Al tratarse de microplástico, tarda muchísimo en degradarse. Esta colilla representa entre el 30 y el 40 por ciento de los residuos recogidos en las actividades de limpieza de las calles y de las costas", comenta Darío Fernández a elcierredigital.com.

La colilla es un residuo muy contaminante y muy peligroso del tabaco. Y es que dos de cada tres colillas de tabaco acaban en el suelo. "Es lo que se conoce como tabaco de cuarta mano", explica el doctor. 

"En las ciudades se acumulan las colillas y, normalmente, andando un minuto por la acera de cualquier calle de Madrid puedes encontrar  entre 50 y 60 colillas, lo  que significa que vas pisando una colilla por segundo casi sin darte cuenta", comenta Fernández.

Una acumulación de colillas que se pueden ver a la entrada de determinados establecimientos como bares, farmacias, terrazas, peluquerías, incluso organismos sociales, como hospitales y centros de salud, pero sobre todo en los alcores de los árboles. “Estamos echando nicotina en los árboles: sería interesante si se pudieran analizar las hojas de los árboles y comprobar si existe cotinina en los propios árboles”, plantea el doctor.

Alrededor de 4,5 billones de colillas son tiradas cada año

Durante ese tiempo, liberan sustancias químicas tóxicas al medio ambiente, contaminando el agua y el suelo. Las lluvias arrastran estos elementos hacia los cuerpos de agua, poniendo en peligro la vida acuática y perjudicando negativamente los ecosistemas naturales. La Asociación Española contra el Cáncer afirma que cada año se tiran 4,5 billones de colillas, siendo esta la parte más tóxica del cigarrillo. 

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Una colilla en la arena de una playa.

Se calcula que una colilla puede contaminar hasta 50 litros de agua potable. Esto se debe a que el filtro conserva la mayoría de la nicotina y el alquitrán que contiene el cigarrillo, dos contaminantes muy peligrosos, que permanecen en ella.

"Estos contaminantes se quedan en el agua, de tal forma que se puede analizar la cantidad de nicotina que hay en las aguas residuales de las poblaciones. “No solamente se ha analizado la cantidad de nicotina, sino también la cotinina, que se produce durante el metabolismo de la nicotina", detalla el doctor Fernández. Y es que la  nicotina se transforma en cotinina y a través de los análisis se puede ver cuánto fuma una población concreta según las aguas residuales que vierten.

Problemas en el ecosistema

Además, la colilla es una de los causantes de los incendios forestales por culpa de los fumadores que tiran las colillas sin apagar en el medio ambiente. 

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Las colillas mal apagadas pueden provocar importantes incendios.

Y es el principal residuo recogido en el medio ambiente que afecta y daña la biodiversidad, ya que la colilla, además de las sustancias anteriormente mencionadas, contiene plomo, mercurio, Zenón y amoniaco. Al ser de reducido tamaño, pasa los filtros de las depuradoras y alcanza los cursos fluviales, llegando al mar, donde liberan sus sustancias tóxicas, contaminando a animales como pájaros y peces. “Estas sustancias pueden ser ingeridas por peces pequeños, los peces pequeños son comidos por los peces grandes y más tarde nosotros nos comemos el atún o el pez espada, que son peces grandes, de tal forma que la colilla que salió de los labios de un fumador, vuelve al aparato digestivo de un no fumador al cabo de 10 o 12 años, que es lo que tarda en degradarse”.

"Es por ello que podemos decir que fumar no es un acto de libertad, porque una persona puede decir: 'yo democráticamente fumo y hago daño a mis pulmones', pero no es así. Usted, al fumar, está haciendo daño al medio ambiente con el humo de su cigarrillo, produciendo daño al fumador pasivo, pero es que también está haciendo daño a través de los residuos de la colilla a otras personas", explica Fernández.

Medidas a corto y largo plazo

Conscientes de la magnitud del problema, muchas ciudades y países han comenzado a tomar medidas para abordar el impacto de las colillas en el medio ambiente y la sociedad. Algunas iniciativas incluyen la implementación de campañas de concienciación para educar a los fumadores sobre la correcta eliminación de las colillas y la instalación de más papeleras y ceniceros públicos.  “Se han distribuido ceniceros de mano gratuitamente, campañas de concienciación ciudadana, recogida de colillas por las playas, incluso en algunos chiringuitos, si llevas una determinada cantidad de cerillas recogidas, te dan una consumición gratis", comenta el doctor Fernández.

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También algunas comunidades han impuesto multas y sanciones más severas para aquellos que arrojen colillas en lugares públicos. Aunque, según comenta Darío Fernández a elcierredigital.com, “el mejor residuo es el que no se produce, es decir, lo mejor es no fumar”. En la campaña de 2015 se acumularon 67.423 colillas en 376 actividades diversas en mares y océanos en el Golfo de Vizcaya y en las costas ibéricas se recogieron 15.288 colillas. 

En cuanto a las soluciones a largo plazo, se están explorando opciones innovadoras, como el desarrollo de filtros biodegradables para cigarrillos o incluso la eliminación completa de los filtros, aunque las cerillas no son el único contaminante, y es que el cartucho del fumador por vapeo puede llegar a ser, incluso, más peligroso al estar formado por plástico y contener nicotina.

También se están llevando a cabo investigaciones sobre la posibilidad de reciclar las colillas para evitar que se conviertan en residuos perjudiciales. 

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