26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

PODEMOS IDENTIFICAR DIFERENTES TIPOS DE AFLICCIONES SEGÚN AFECTACIÓN, LOCALIZACIÓN Y PROBLEMA Y EXISTEN PRODUCTOS QUE ALIVIAN EL PUNTUAL Y CRÓNICO

Las soluciones para aliviar eficazmente el dolor muscular y articular

El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable. Así mismo y debido a que el origen y las causas del dolor son muy diversas, podemos realizar el manejo del mismo con medidas que comprenden tratamientos farmacológicos (uso de medicamentos) y no farmacológicos. Pero siempre debemos tener en cuenta que es nuestro médico el que nos debe indicar el más adecuado.

El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a un daño tisular (en un tejido de nuestro cuerpo) real o potencial o descrita en términos de tal daño. 

 

Lo primero que hay que saber para comprender por qué sentimos dolor, es que se trata de un sistema de protección de nuestro cuerpo que nos alerta de la presencia de lesiones. 

Pero ¿Cómo se desencadena el dolor? El dolor se genera a partir de un estímulo externo que activa determinadas células de nuestro cuerpo. Estas células transmiten, a través de médula espinal, la señal al cerebro. Se trata por tanto de un fenómeno controlado por el sistema nervioso.

- En nuestro cuerpo existen, por tanto, unos receptores del dolor, llamados nociceptores.

- Cuando un tejido se encuentra lesionado o inflamado, se generan unas sustancias que provocan que los nociceptores aumenten su sensibilidad, de manera que estímulos de muy poca intensidad son suficientes para generar una señal dolorosa.

- La señal es transmitida por determinadas fibras nerviosas que la llevan a las regiones cerebrales encargadas de la percepción del dolor.

- Los nociceptores, además de desencadenar la señal, liberan mediadores que, entre otras funciones, pueden inducir la producción y liberación de sustancias que favorecen el desarrollo de una inflamación.

Y... ¿Todas las personas lo experimentan? La respuesta es que tanto la prevalencia, como la intensidad del dolor, aumentan con la edad.

Además, hay que tener en cuenta que la presencia de dolor interfiere con las actividades de la vida diaria:

  • En el 14% de la población
  • Incrementándose hasta un 20% en los mayores de 65 años

Tipos de dolores

Debemos partir de dos tipo de dolor: Musculares y articulares.

Los dolores musculares, también denominados mialgias, pueden afectar a uno o varios músculos del cuerpo y, por lo general, no revisten gravedad y son limitados en el tiempo. No obstante, hay determinadas mialgias que pueden cronificarse, es decir, mantenerse temporalmente, lo que se traduce en un importante impacto sanitario, económico y laboral.

De hecho, se trata de la primera causa de dolor crónico en España, con una prevalencia estimada en la población general entre el 10 y el 15%.

Además de afectar a los músculos, este tipo de dolor también puede involucrar a ligamentos, tendones y fascias, que son los tejidos blandos que conectan los músculos, los órganos y los huesos.

El otro tipo de dolor, el dolor articular es aquel que se manifiesta en alguna articulación o alrededor de ellas. En función del número de articulaciones afectadas hablamos de dolor monoarticular (una), oligoarticular (de dos a cuatro) o poliarticular (más de cuatro).

Este tipo de dolor suele ser una causa habitual de limitación e incapacidad funcional. El dolor articular puede ser un signo principal de diferentes afecciones, siendo las más habituales la artrosis, la artritis reumatoide o la gota, entre otras.

Tratamiento del dolor

 

 Debido a que el origen y las causas del dolor son muy diversas, podemos realizar el manejo del mismo con medidas que comprenden tratamientos farmacológicos (uso de medicamentos) y no farmacológicos. Estos son los dos tratamientos:

Las intervenciones no farmacológicas las podemos utilizar como medida de primera línea o como complemento en un tratamiento con varias modalidades. Estas intervenciones incluyen estrategias rehabilitadoras y físicas, como la aplicación de calor o la neuroestimulación eléctrica subcutánea, entre otras.

Y dentro del tratamiento farmacológico se incluyen los medicamentos, que tienen como objetivos ayudar a controlar los síntomas, y mejorar la funcionalidad del paciente y su calidad de vida.

Recomendamos el uso de Dolifaes, una nueva gama de soluciones específicas formuladas para aliviar eficazmente el dolor muscular y articular, tanto puntual como crónico

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