26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El psicólogo Jorge López Vallejo explica para 'Elcierredigital.com' los peligros de la adicción a las redes y cómo combatirla

La reciente caída de las redes saca una realidad, la necesidad de desintoxicación tecnológica

La semana pasada la caída de Facebook, Instagram y WhatsApp provocó ataques de pánico a mucha gente y demostró lo fuerte que es la adicción a las redes sociales, elementos sin los que algunos no saben vivir. Por ese motivo, el psicólogo Jorge López Vallejo explica para Elcierredigital.com este nuevo problema social y su verdadera gravedad y, por otro lado, cómo detectarla y cómo intentar poner freno a esta adicción.

La realidad virtual ha ofrecido un mundo fácil porque uno puede sentir las mismas emociones y reacciones que experimentaría en una situación real sin moverse de su casa. Además, ha proporcionado un factor de desinhibición y absoluta libertad, ofrece la posibilidad de alejarse del mundo para quien no se siente a la altura y permite exponerse con la certeza de no ser visto pudiéndose cultivar intereses personales (casino, ir de tiendas, ciber-sexo…). Pero ahora nos encontramos con las consecuencias de estas supuestas ventajas, ante el moldeado de una personalidad o estado anímico en función de la aceptación que recibimos de los demás. En definitiva, podemos encontrarnos en internet con personas que crean un "yo" ideal, una personalidad tóxica y adictiva, escapando de su mundo real. 

Jorge López Vallejo. 

En este caso, tanto los adolescentes como los adultos e incluso algunos niños, buscan satisfacer y llenar el vacío de una vida que les es difícil de manejar, adentrándose en estos medios y creando poco a poco su mundo ficticio, más fácil, que les aporta más placer y satisfacciones que su propio mundo real. Cuando este mundo ficticio se cae o lo que es lo mismo, Instagram u otras redes desaparecen, la ansiedad y los miedos afloran creando estados de ánimo que pueden llegar y han llegado al ataque de pánico.

Hoy tenemos identificadas patologías asociadas al uso de internet, compulsiones basadas en la búsqueda del placer y en el control de una realidad, que conducen a un desinterés hacia la interacción real y, en muchos casos, a una huida de la realidad para olvidar los problemas. Tanto el exceso de control como la huida se convierten en adicción, obsesión, el problema se va haciendo mayor a medida que dedican más y más tiempo a esta interacción que compensa las carencias de las que huyen ,buscando la aceptación de los demás con chats, tweets, fotos, juegos o publicaciones en Facebook. Cuando esto tambalea, aparece el miedo a la realidad y a enfrentarse a una comunicación diferente o el miedo a no poder comunicarme si no se tiene WhatsApp o Instagram.

Las redes han potenciado la creación virtual de una vida superficial que es tanto más exitosa cuanto más gusta a los demás, dando lugar a problemas más profundos. Un ejemplo de moda es la selfimanía, el gusto por publicar continuamente autofotos buscando la reacción positiva del otro, el me gusta o el comentario, que escriban guapo o guapa o que digan que les encanta la ropa que llevas... si no puedes llevar ese control, porque ha desaparecido tu vida en la red, la ansiedad te atrapa.

El proceso de una persona enganchada a redes

Las personas que se encuentran en esta situación entran en un bucle de pensamientos y acciones que hacen que cada vez se sientan más y más atrapados en la red. Cuando esta desaparece, sufren graves consecuencias psicológicas como:

- Sistema de control: es la tendencia a controlar lo que se publica con tal de conseguir un me gusta, llegando incluso a realizarse cientos de fotos antes de la publicación definitiva. En ese momento, se entra en un entorno tóxico, preguntando a los demás su opinión antes de subir una foto, visionando obsesivamente la imagen, ampliando, retocándola, hasta conseguir la publicación que suponen inmediatamente llevará el me gusta. Si esto no se consigue o no se puede controlar porque la red cae, la ansiedad con ataques de pánico o incluso la depresión puede atrapar a la persona.

- Sistema de evitación: no sólo controlan la imagen también evitan enfrentarse a lo que no les gusta, lo que saben que no va a gustar a los demás, llegando a ocultarlo obsesivamente o escondiéndose. Cuando pierden el control de sus publicaciones porque las redes han desaparecido, la ansiedad y la paranoia hacen que pierdan el control imaginando la peor de sus pesadillas, que alguien pueda descubrir algo o encontrar algo que tienen escondido y que creen de su propiedad.

- Sistema de escape y huida: por último, se llega a sufrir frustración cuando lo que publican no recibe la aceptación que buscan o no saben dónde está porque han perdido el control de su publicación, apareciendo de nuevo la ansiedad, la pérdida de control y otra vez, los ataques de pánico.

Comportamientos asociados

La gravedad del caso se hace patente cuando aparecen los siguientes comportamientos sin necesidad de que se caigan las redes sociales para que nos demos cuenta de que tenemos un problema:

- Dispersión, falta de atención en clase, en la familia o en el trabajo, con los riesgos que eso supone, suspensos, despidos laborales, accidentes...

- Agobio constante: queriendo controlar lo que se publica y el impacto social de su publicación, a la espera continua del me gusta.

- Repeticiones constantes de fotos antes de colgar la final, entrando en una espiral obsesiva de control  del gesto, maquillaje, pelo, ropa o luz... en resumen,  lo que a los demás pueda gustar.

- Necesidad de estar siempre conectados para recibir de inmediato el me gusta o el comentario agradable.

La adicción y/o obsesión los atrapa cuando abandonan sus obligaciones para dedicar todo el tiempo que tienen a internet, y si las circunstancias les impide hacerlo viven los síntomas de abstinencia, que también aparecen cuando se caen las redes y que los lleva a un estado de angustia y ansiedad que los convierte en personas malhumoradas, irritables, disminuyendo la capacidad de concentración y de acción necesaria para llevar a cabo sus vidas con normalidad.

Instagram. 

También encontramos adictos a buscar todo tipo de información para "solucionar" un problema personal en internet, incluso la receta perfecta para educar a sus hijos/as. ¿Qué ocurre si no podemos acceder internet? En resumen, la adicción, lla obsesión o el problema puede ser muy variado, pero las consecuencias son comunes, se sufren de trastornos psicológicos y de comportamiento que han de tratarse pues estas personas pueden llegar a convertirse en individuos ansiosos, inseguros, introvertidos, con miedo al rechazo y la desaprobación social, desarrollando una personalidad con baja autoestima.

¿Cómo lo tratamos?

Habitualmente es la familia la que solicita la ayuda, ya que ellas y ellos niegan la existencia del problema. Desde la Terapia Breve estratégica podemos empezar el tratamiento de forma indirecta con la familia, sin que asista a consulta el propio afectado.

Desde el enfoque de la Terapia Breve Estratégica es bastante común esta intervención y lo tratamos sin prohibiciones, con resultados de superación de problema en un 98% de los casos. Nuestra intervención se centra en transformar el mecanismo de placer en una experiencia desagradable, anulando el ritual y paralelamente interviniendo sobre las dificultades personales y de relación que han facilitado la dependencia.

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