26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Su estudio para la UCAM concluye con grandes avances para la creación de un tratamiento contra esta enfermedad degenerativa

El doctor Pedro Guillén y la artrosis: “Mi actual objetivo es intentar enriquecer y rejuvenecer los genes de los ancianos"

Pedro Guillén.
Pedro Guillén.
Los científicos han conseguido revertir el proceso por el cual disminuyen los niveles del gen CLOCK, cuyo deterioro afecta a la célula del cartílago. Este hallazgo tiene el potencial para la creación de tratamientos contra enfermedades ligadas al envejecimiento, como es el caso de la artrosis.

La lucha contra la artrosis ha escrito un nuevo capítulo. Un equipo de científicos de todo el mundo en el que tomaron parte los catedráticos de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), Juan Carlos Izpisua y Pedro Guillén ha realizado una investigación que revela un posible modo de evitar en cierto modo el envejecimiento celular. En este sentido, el hallazgo podría derivar en la creación de un método para tratar trastornos vinculados al deterioro que provoca el inexorable paso del tiempo en los tejidos, como pueden ser el desgaste del cartílago articular o, en último término, la artrosis.

Para obtener información sobre un estudio de tal entidad, elcierredigital.com se ha puesto en contacto con Pedro Guillén, que ha atendido amablemente a este medio. El prestigioso investigador de la Clínica CEMTRO de Madrid incide en la gran diferencia que hay entre el tejido de las personas mayores y los jóvenes. En lo que concierne a esta realidad, él y su equipo llevan años indagando sobre la artrosis “la enfermedad más prevalente en el ser humano”, afirma. Esta tipología de dolor articular es una de las más comunes en el hombre a partir de los 50 años. 

El catedrático murciano ya había realizado otras investigaciones en esta línea: “En julio del año pasado, la revista Nature publicó un trabajo en el cual descubrimos que, aplicando una molécula, el EGCDR8, las células recuperaban su juventud”. Este trabajo ha llegado a un punto de desarrollo tal que la Agencia Española del Medicamento y la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) ya ha autorizado su aplicación en personas humanas. Otro estudio, publicado esta vez por la revista Cell Research, lo desarrollaron en enero de 2020. En esta ocasión, haciendo uso de dos moléculas que permitían que las células también se revirtieran más jóvenes.

En cualquier caso, la última investigación, publicada también por Cell Research y coordinada por el propio Pedro Guillén (Clínica CEMTRO de Madrid) y Juan Carlos Izpisua (Instituto Salk de California), tenía por objetivo “controlar el gen del ciclo circadiano”, sostiene Guillén. Este ciclo consiste, según la definición del National Institute of General Medical Sciences, en los “cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario, y que responden, principalmente, a la luz y la oscuridad en el ambiente de un organismo”. En definitiva, en palabras de Guillén se trata de “qué ocurre en tu organismo al cabo del día”. Las modificaciones en estos ritmos circadianos pueden derivar en el surgimiento de enfermedades. Sin embargo, según el estudio, cambiando la expresión de un gen (el gen CLOCK) se puede revertir el envejecimiento celular.

Las conclusiones del estudio podrían derivar en tratamientos con los que mejorar la calidad de vida de los pacientes de artrosis.

Cuando los investigadores estudiaron los genes de tejidos de personas mayores, descubrieron que estos estaban envejecidos: “generaban pocos estímulos, les faltaba mucha sustancia dentro”, aclara el catedrático. Esto se explica porque, durante el envejecimiento, se producen cambios en la célula del cartílago (el condrocito), al disminuir los niveles del gen CLOCK; un descenso que en el caso de la artrosis se produce de forma ostensible. El llamado “gen CLOCK”, en personas jóvenes y, especialmente en niños, manda estímulos a los tejidos para su regeneración “a una velocidad terrible”. Teniendo en cuenta esto, lo que persiguió el estudio es “intentar enriquecer y rejuvenecer” los genes de los ancianos.

Para ello, aplicaron una molécula al gen de un ratón artrósico de avanzada edad. Los resultados fueron favorables, puesto que se revirtió el envejecimiento del mismo. Al haber rejuvenecido, esta unidad de información recuperó las funciones que habría podido desempeñar antaño, entre ellas la reparación de tejidos: “empezó a reparar tejidos porque esa misión la conocía, aunque estuviera olvidada por la esencia del envejecimiento”, subraya el catedrático. Este descubrimiento podría tener un enorme potencial terapéutico, puesto que, según el investigador, su aplicación podría extenderse a otras partes constituyentes del organismo, como los músculos. El procedimiento que han seguido para lograrlo consiste en inyectar en la rodilla de los ratones un lentiviral. Cuando este penetraba, el gen “despertaba y comenzaba a funcionar”. Es decir, los genes que intervienen en la formación del cartílago se activaron al tiempo que la respuesta inflamatoria se reducía.

Según Pedro Guillén, para seguir avanzando en el estudio, la segunda fase del proceso deberá tener lugar en China, puesto que tanto en Europa como Estados Unidos las autoridades competentes no permiten al equipo de trabajo realizar la experimentación con primates, los seres más próximos al hombre. Una vez que el tratamiento se confirmase en estas criaturas, se solicitaría a instituciones como las diversas Agencias del Medicamento la aplicación humana. Pese a lo esperanzador del descubrimiento, Pedro Guillén advierte que no se trata en ningún caso de recuperar la juventud, sino de “morir joven lo más tarde posible”. “Aquí no se regalan décadas de vida, se permite tener un tejido mejor y disfrutar de una senectud más agradable”, añade.

En lo que se refiere a la financiación del proyecto, el respaldo económico del mismo ha recaído en instituciones como la Fundación MAPFRE, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) o la Fundación Telefónica. El Instituto Salk estadounidense, la Clínica CEMTRO y la Universidad Católica de Murcia (UCAM) han sido las entidades de aportar los numerosos investigadores que han tomado parte en el estudio.

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