26 de abril de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

El psicólogo Jorge López-Vallejo da las claves para entender los actos que han acabado con la esposa del productor de televisión en prisión

Análisis de Angela Dobrowolski, exmujer de Mainat: Narcisismo, maquiavelismo y psicopatía, algunos de sus rasgos

Angela Dobrowolsky. /Mediaset
Angela Dobrowolsky. /Mediaset
El psicólogo Jorge López-Vallejo hace un análisis del comportamiento y personalidad de Angela Dobrowolski, mujer del productor Josep María Mainat a la que han ingresado en prisión después de que rompiera la orden de alejamiento que tenía de su marido y sus hijos. Angela está diagnosticada psiquiátricamente y alega enfermedad mental para "escudarse en este tipo de conductas disruptivas". Para López-Vallejo "es bastante complicado entenderlos, porque siempre culpan a otros de lo que les ocurre".

El juez ordenó el pasado 6 de enero el ingreso en prisión de Angela Dobrowolski, la expareja del productor televisivo Josep Maria Mainat. La mujer fue detenida el lunes por cuarta vez en menos de medio año, acusada de intentar entrar en la casa del productor televisivo de Barcelona, de quien tiene una orden de alejamiento. Ambos arrastran diversos litigios, el peor, por el intento de homicidio del empresario, el pasado mes de junio, del que está acusada Dobrowolski.

La mujer fue detenida el lunes 4 de enero cuando varios vecinos la vieron intentando entrar por la azotea de la vivienda de Mainat en Barcelona. La Guardia Urbana la encontró ya en un patio, y la detuvo. El miércoles pasó a disposición judicial y finalmente se decretó su ingreso en prisión comunicada y sin fianza, por parte del juzgado de instrucción 28 de Barcelona, en funciones de guardia. 

Dobrowolski no ha cumplido las medidas cautelares de alejamiento impuestas por el juzgado que instruye la tentativa de homicidio y era la tercera vez que lo hacía según el juez.

Angela Dobrowolsky y su anterior abogado Jorge Albertini.

La mujer alegó desconocer que seguía teniendo la orden de alejamiento de sus hijos, aunque sí sabía que la medida seguía vigente para Mainat, que reside en el domicilio en el que intentó acceder.

Hasta ahora, Dobrowolski había esquivado la cárcel, a pesar de ser acusada de un intento de homicidio de su pareja. También fue arrestada posteriormente por la falsificación de unos talones a nombre de Mainat, y dos ocasiones más por intentar entrar en casa del productor, primero en Canet de Mar y este pasado lunes, en Barcelona. Ahora mismo está encarcelada en Brians.

¿Pero cómo ha llegado  Angela Dobrowolski a esta situación? El psicólogo Jorge López-Vallejo lo explica:

"Son personas capaces, inicialmente y en las primeras fases de cualquier relación sentimental o laboral,  de conectar con los demás pero con la habilidad de poder desconectar de sus emociones de forma deliberada y estratégica. Poseen un conjunto de rasgos, narcisismo, maquiavelismo y psicopatía, que construyen mentes perversas capaces de conductas con graves consecuencias sobre la sociedad, incluso de llegar al asesinato como objetivo final cuando hay celos o amor obsesivo.

En su polo más extremo, estos individuos con celos u obsesión llegan a convertirse en auténticos criminales y se pierden en el amplio espectro de la enfermedad mental, sin ningún diagnóstico o con diagnóstico equivocado, que les permite justificar sus conductas porque en un momento dado tuvieron un informe psiquiátrico  en alguna etapa de su vida.

Pero también hay individuos que no satisfacen los criterios para un diagnóstico psiquiátrico y que conviven día a día entre nosotros sin síntomas aparentes por lo que no pueden anticiparnos que serán futuros delincuentes o asesinos, pero llegan a serlo. Presentan rasgos y formas de comportamiento que no tienen por qué ser identificadas como patológicos pero que tienen un fondo oscuro, mostrándose insensibles, egoístas y malévolos en sus relaciones con los demás.

Jorge López-Vallejo.

Una de sus características más peligrosa, es la parte narcisista,  que significa “A mí todo me está permitido” o “Los demás solo existen para adorarme”. Personas egoístas, con un sentido egocéntrico del derecho y con una autoimagen positiva, aunque poco realista si tenemos en cuenta la visión de aquellos que les rodean. Esta característica los convierte en “encantadores de serpientes”. Al principio, son muy queridos por los demás, por sus parejas -sus comportamientos son agradables y atractivos-, pero con el paso del tiempo pueden llegar a ser muy peligrosos. Incluso, pueden dejar ver, sin querer, cuáles son sus verdaderas intenciones, que van más allá de conseguir más admiración y poder.

Una de sus fortalezas es la gran capacidad de convicción que poseen al carecer de empatía, no les resulta complicado: no son nada escrupulosos con los medios y estrategias que tengan que poner en marcha para lograr sus objetivos.

El interés y preocupación de las personas narcisistas por los demás es cero, a pesar de su gran teatralidad. De modo que no experimentan remordimientos y se muestran impasibles ante las necesidades y sentimientos de las personas que les rodean.

Ahora bien, su talón de Aquiles es su autoestima. Los narcisistas suelen tener una autoestima muy pobre, lo que hace llevarles, cuando se enamoran y tienen celos, a las peores de las reacciones.

El rasgo maquiavélico es “el fin justifica los medios”, independientemente de las consecuencias que se puedan derivar. Suelen ser personas muy calculadoras y frías, destruyendo cualquier tipo de conexión emocional genuina con los demás.

Se muestran tal y como son y prefieren ver las cosas con claridad porque de esa forma pueden manipular mejor. De hecho, se focalizan en las emociones de las personas que quieren manipular para conseguir así lo que se proponen. Si se anticipan a sus sentimientos, será más fácil elegir la mejor estrategia a poner en marcha.

Las emociones para ellos son tan desconcertantes que cuando sienten ansiedad no suelen saber diferenciar si se sienten tristes, cansados o simplemente mal. Sin embargo, suelen presentar una gran capacidad para sentir lo que piensan los demás sin ninguna emoción o empatía y engañar sin límites".

COMPARTIR: