VOX perfila su final de campaña gracias a las agresiones en Cataluña
Como dice una de las máximas del marketing: “Que hablen bien o mal de ti. Pero que hablen”. Eso es lo importante. Aunque pueda parecer sorprendente en el mundo de la publicidad una mala campaña puede lograr una notoriedad a una empresa más productiva que lo que se planteó en un principio.
Lo mismo le está ocurriendo a Vox en esta ocasión. La campaña de desprestigio de los agresores es la herramienta perfecta, por duro que parezca, para Abascal. Y está decidido a utilizarlo. Sabe que le da minutos de prensa, radio y televisión. Toda la ideología extrema que le define ya era conocida antes de la campaña por eso pretende agitar las pasiones y mostrar cómo son agredidos.
La última táctica empleada para que la contienda no pierda interés la ha centrado en la policía catalana. Les acusa de su supuesta inacción cuando van a los actos. Con esto también señala a la Generalitat de permitir los ataques. Otro damnificado de rebote ha sido el diario ABC. El portavoz del partido, Espinosa de los Monteros, ha acusado al diario de no recoger correctamente las agresiones y ha pedido a sus suscriptores que se den de baja del periódico.
