29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Corredores como Adrián Palomares, Antonio Piedra, Antonio Olmo o David Bernabéu vistieron el maillot de este equipo canario dirigido por Vicente Belda

Fuerteventura-Canarias Team: Cuando el ciclismo majorero fue grande en Europa

Adrián Palomares ganando una etapa en la Vuelta a Britania.
Adrián Palomares ganando una etapa en la Vuelta a Britania.
El Fuerteventura-Canarias Team ha sido, hasta la fecha, el único equipo profesional de la historia del ciclismo de las Islas Canarias. Abordemos la trayectoria de este recordado conjunto isleño desde sus orígenes hasta su reclasificación. Una aventura breve, pero muy intensa que empieza, como todas las grandes epopeyas, con los personajes más inesperados. En este caso, un arquitecto y un médico que comparten la pasión por el mundo de la bicicleta.

Las Islas Canarias constituyen un auténtico paraíso terrenal, un remanso de paz en pleno Atlántico y un destino turístico preferencial para cualquier visitante. A nadie se le escapa la belleza de sus parajes naturales o la riqueza de su cultura. En un escenario así, no es de extrañar que hayan surgido personajes maravillosos de nuestro país. Pérez Galdós, Alfredo Kraus, Javier Bardem … imposible citarlos a todos.

¿Qué pasa con el mundo del deporte? Exactamente lo mismo. Los deportistas canarios han representado a su tierra a nivel mundial. David Silva, Sergio Rodríguez o Carla Suárez son algunos ejemplos recientes. Teniendo en cuenta este éxito, resulta curioso que el ciclismo, un deporte amado con fervor en las islas, no haya gozado de una representación significativa al máximo nivel.

Hoy, no obstante, vamos a descubrir que esto no siempre ha sido así. Hace no demasiado tiempo, el nombre del Fuerteventura-Canarias Team hacía las delicias de los fieles seguidores del ciclismo canario. En su momento, el equipo se codeó con los grandes del pelotón y tuvo en sus filas a grandes corredores. Curiosamente, los promotores de aquel maravilloso proyecto fueron un arquitecto, Jorge Sastre y un médico, Eduardo Blasco Olaetxea, ambos ligados al mundo de la bicicleta por una pasión sin límite.

Pocas voces más autorizadas que la de Blasco-Olaetxea pueden hablar de la aventura del Fuerteventura-Canarias. A este majorero nacido en el País Vasco se le debe la concepción de la idea del equipo. Además, el proyecto no podría entenderse sin la conexión vasco-canaria.

Eduardo es un verdadero amante de la bicicleta. Su afición es de toda la vida y, por tanto, estaba más que introducido en el mundillo antes de que el equipo viera la luz: “Yo tenía una relación personal con lo que fue el Kelme. Tenía amistad con Vicente Belda y también con el entorno del equipo Comunitat Valenciana”.

Vicente Belda en su etapa como corredor.

Montar un equipo profesional de ciclismo en Canarias no era tarea sencilla, pero los astros parecieron alinearse en 2006: “Se unieron dos factores. Por un lado, la necesidad que tenía Canarias de tener un equipo profesional y, por otro lado, una situación convulsa como consecuencia de la Operación Puerto. Muchos ciclistas se estaban quedando sin equipo”, apunta Blasco-Olaetxea.

Teniendo en cuenta estas circunstancias, el proyecto parecía factible y tanto la Federación Canaria de Ciclismo como las autoridades isleñas consideraron que un equipo profesional ayudaría a “dar salida al tremendo talento que hay en Canarias en el mundo del ciclismo”, explica el médico. Un talento que, en palabras de Blasco-Olaetxea, no llega a pulirse del todo: “No hay un equipo que permita a los chicos jóvenes dar el salto. Aquí, el ciclista funciona fenomenal hasta los veinte años, pero faltan equipos de paso para alcanzar el profesionalismo”.

Con la Federación Canaria de Ciclismo, además, se llegó a un acuerdo para fomentar este deporte en las islas. El presidente de la institución en aquellos días, César Acosta, ha explicado a elcierredigital.com, que la “contraprestación” de este apoyo era la inclusión progresiva de ciclistas canarios al equipo. De este modo, la Federación seleccionaba a modo de premio a los jóvenes corredores canarios que más destacaban y los incorporaba al equipo por un tiempo limitado. Evidentemente, este aliciente animaba a muchos imberbes canarios a apuntarse a competiciones locales y a tratar de hacerlo lo mejor posible en ellas, pues sabían que la recompensa era grande.

En cualquier caso, además del objetivo deportivo, el equipo nacía con otra misión. Debía servir para promocionar el turismo de Fuerteventura y, por extensión, del conjunto del archipiélago canario: “Era una gran oportunidad para llevar el nombre de Fuerteventura y de Canarias por toda Europa. La afición al ciclismo en Francia, en Alemania o en Portugal es tremenda. Por tanto, era un gran reclamo publicitario”, comenta el médico de Fuerteventura.

Vicente Belda, la clave del engranaje

Todo era perfecto a falta de una última pieza, que no tardaría en llegar. Ésta no sería otra que Vicente Belda, exciclista profesional y director de equipos como el Kelme o el Comunitat Valenciana. De acuerdo con Eduardo Blasco, convencerle no fue difícil: “Vicente Belda es sinónimo de ciclismo. Lo lleva en la sangre”.

El alicantino aceptó la proposición de los canarios para asesorarles con el proyecto y se puso manos a la obra. “Consiguió amoldar un equipo dimensionado a las capacidades económicas que teníamos, que no eran enormes, pero que sí nos permitieron contar con grandísimos corredores”, comenta Blasco-Olaetxea. Además, a él se le debe el fichaje de Óscar Guerrero, ex del Kaiku, como director técnico del equipo. Por si fuera poco, esto permitió que Fuerteventura-Canarias pudiera contar con su propio equipo filial, el Azpiru-Ugarte Team de San Sebastián. Así se formó la conexión vasco-canaria.

La estructura del equipo anterior de Belda, el Comunitat Valenciana, estaba intacta y fue heredada por el Fuerteventura-Canarias, al igual que el Comunitat Valenciana la había heredado previamente del Kelme. Mecánicos, masajistas, furgonetas… todo estaba listo. En cuanto a la financiación, el propio Eduardo Blasco confiesa entre risas que se movieron como “gato panza arriba” para convencer a los inversores. El apoyo económico llegaría desde varios puntos. Tanto el gobierno de Canarias como el Cabildo de Fuerteventura ayudarían, así como diversos empresarios. La misión estaba conseguida.

Óscar Guerrero y su equipo.

Eso sí, el camino no fue fácil. El pasado del Kelme y su presunta implicación en la Operación Puerto seguían siendo una losa. Según recuerda Eduardo Blasco, la Unión Ciclista Internacional (UCI) no admitió en un principio al Fuerteventura Canarias: “nos pusieron muchas pegas que se solucionaron por la vía judicial. Vicente tuvo que ir a los tribunales suizos”.

Sin embargo, la historia tuvo un final feliz para los canarios, “conseguimos una cautelar y debutamos en la challenge de Mallorca con muy buenos resultados”. En aquel momento, nada impedía que este particular grupo de forofos de la bicicleta iniciara su andadura en el exigente mundo del velocípedo: “Teníamos a dos locos del ciclismo (Belda y Guerrero), un arquitecto (Sastre) y un médico (Blasco Olaetxea)”.

“Unos auténticos jabatos”

Cuando el conjunto canario comenzó a competir, allá por el año 2007, pronto se hizo evidente que no estaban dispuestos a ser una mera comparsa. Por las filas del Fuerteventura-Canarias desfilaron corredores de gran nivel. Adrián Palomares, Antonio Piedra, Manuel Lloret, David Belda, Antonio Olmo o David Bernabéu vistieron el precioso maillot del equipo canario. De este último, Eduardo guarda recuerdos muy especiales: “Con Palomares nos recorrimos Europa. Ganamos en Reino Unido, en Alemania… ganamos en todos lados”.

El ciclista Antonio Olmo tuvo una etapa en el equipo canario.

El desempeño del equipo en la Vuelta a Portugal 2007 fue realmente memorable: “La participación que tuvimos en la Vuelta a Portugal fue mítica. Nos felicitó hasta la organización. Ponías la tele a cualquier hora y los locutores hablaban de Adrián Palomares y el equipo Fuerteventura Canarias, es la campaña de promoción más barata que se ha hecho nunca de Canarias (risas)”, indica Eduardo.

Reino Unido también conoció la valentía de los canarios, pues en la vuelta a Gran Bretaña 2007, el equipo consiguió ganar etapas y quedó segundo en la clasificación general. En otras competiciones, tanto a nivel nacional (vueltas a Burgos, Madrid, País Vasco o Andalucía) como internacional (Tour Poitou Charetes en Francia o Vuelta Regio Tour en Alemania), dejaron su sello. Nadie como Eduardo Blasco define mejor el recorrido deportivo del equipo: “Éramos unos auténticos jabatos, la verdad es que sí”.

Final agridulce para un viaje inolvidable

Aunque todo iba viento en popa, el Fuerteventura-Canarias iba a sufrir un varapalo que obligaría al equipo a reclasificarse en la categoría Sub 23 élite. Tras un extraordinario 2007, estaban clasificados para correr la Vuelta España por méritos deportivos, pero en aquella época la sombra se cernía sobre el equipo nuevamente por el fantasma de la Operación Puerto.

“Fuimos vetados”, asegura Blasco-Olaetxea. “En aquel momento, el director de Vuelta a España era Víctor Cordero y de una manera unilateral nos prohibió correr la Vuelta. Esto supuso una pérdida enorme de sponsors que ya teníamos apalabrados para darle continuidad al proyecto. Fue una mala decisión deportiva de Vuelta a España. Teníamos a todo el mundo del ciclismo a favor”, añade.

Fuerteventura-Canarias Team.

Este fue el final de un proyecto en el que se invirtieron dosis ingentes de ilusión, pero solo representó un nuevo comienzo para gente como Sastre o Blasco Olaetxea. Ambos han seguido coordinando actividades y eventos relacionados al ciclismo. En el caso del médico de origen vasco, lleva 14 años organizando una carrera cicloturista contra el cáncer en Corralejo a la que han acudido periódicamente personalidades y equipos top del ciclismo mundial.

Sin embargo, es inevitable que la nostalgia invada a veces a nuestros protagonistas, que prometen seguir dando guerra y esperan que algún día el ciclismo profesional vuelva a Canarias, un lugar del que nunca debió salir. Hasta entonces, siempre podrán rememorar los gloriosos días en los que el azul y amarillo del maillot del Fuerteventura-Canarias lucían orgullosos por todo el viejo continente.

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