29 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Con el equipo en puestos de descenso, esta oportunidad da esperanzas a una afición que hace tiempo que ve cómo su club se hunde poco a poco

El Valencia CF solicita la declaración de 'Bien de Interés Cultural' como salvavidas ante la gestión de Peter Lim

La afición valencianista manifestándose en las afueras del estadio
La afición valencianista manifestándose en las afueras del estadio / Levante-EMV
El Pleno del Ayuntamiento ha acordado, con la unanimidad de todos los grupos políticos, solicitar a la Generalitat la protección institucional de los dos clubes de fútbol centenarios de la ciudad. Esta propuesta del ejecutivo local pide la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del Levante UD y del Valencia CF “con el fin de preservar el fuerte vínculo identitario que han arraigado y reforzado entre la ciudadanía durante más de un siglo”.

El Pleno del Ayuntamiento ha acordado, con la unanimidad de todos los grupos políticos, solicitar a la Generalitat la protección institucional de los dos clubes de fútbol centenarios de la ciudad. Esta propuesta del ejecutivo local pide la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del Levante UD y del Valencia CF “con el fin de preservar el fuerte vínculo identitario que han arraigado y reforzado entre la ciudadanía durante más de un siglo”.

El acuerdo aprobado asegura que “estos dos clubes centenarios han representado desde su nacimiento los valores del deporte, y la fuerza del asociacionismo y del esfuerzo colectivo, además de convertirse en referentes de la identidad de los valencianos y valencianas que ha sido transmitida generación tras generación”.

Han sido continuas las manifestaciones de protesta y también con las instituciones públicas ante la falta de cumplimiento de los compromisos adquiridos, como acabar el nuevo estadio que solo es un esqueleto de hormigón desde hace una década. El objetivo de los valencianistas es encontrar la forma de forzar al máximo accionista a salir del club, algo que manifiesta que no va a hacer. Mientras, la afición piensa que lo estrangula hasta poner en peligro su supervivencia.

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Acto en el césped del campo del Valencia. Twitter

En este camino, la asociación Libertad VCF, promotora de las últimas protestas, ha encontrado una fórmula poco explotada en el fútbol español y con un único precedente. Obligados a convertirse en empresas con dueños, los clubes no han dejado de tener un papel vertebrador en sus sociedades, con arraigo histórico y cultural y, por tanto, con valores dignos de proteger como manifestación que son del patrimonio cultural de una ciudad o una región.

En el caso del Valencia, es la entidad civil valenciana más importante por número de seguidores y relevancia internacional. “El Valencia CF es más que una sociedad mercantil; es un bien inmaterial, expresión de la tradición del pueblo valenciano en su manifestación deportiva”. Así lo recoge esta asociación, que busca que la Generalitat declare al club BIC inmaterial y ha logrado que el pleno del Ayuntamiento de Valencia, por unanimidad de todos los grupos políticos, impulse la catalogación. Arranca así un proceso que puede durar entre 12 y 18 meses y que acabará con un decreto del Gobierno valenciano.

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Escudo del Valencia. Twitter

Esto impondría a Lim una obligación “de conservación y protección” del Valencia, y debería impedirle adoptar “decisiones o posturas que comprometan el futuro del club o pongan en peligro su supervivencia”, pero abre aún una puerta más interesante: “Se podría recurrir a herramientas legales, como es proceder a la expropiación de las acciones del máximo accionista en base al artículo 21 de la precitada Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano”. 

La tramitación de la declaración BIC no debe contar necesariamente con el beneplácito de la institución protegida, si bien no suele ser lo habitual. Basta con que lo solicite una entidad para que al menos se inicie la tramitación. Existen precedentes en España de otros clubs que se han declarado BIC y en el caso de uno de ellos, el Recreativo de Huelva, esta declaración posibilitó que el Ayuntamiento expropiara las acciones de una empresa que era propietaria de la entidad y que la tenía sumida en impagos.

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