26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El cunsumo de cocaína, de bebida alcohólicas, sus hijos secretos y su complicado carácter llevaron al caos al ídolo del balón más amado en Argentina

Un cuarto de siglo de la retirada de Maradona: La difícil vida extradeportiva de un genio

Diego Armando celebrando la Copa del Mundo
Diego Armando celebrando la Copa del Mundo
Hace 25 años colgaba sus botas como deportista profesional. El encuentro que enfrentó a Boca Juniors contra River Plate, el superclásico, fue el último partido que disputó. Cuando se calzó las botas para saltar al terreno de juego desconocía, sin embargo, que en aquellos noventa minutos (cerca de 45 para él) se escondía una despedida. Un jugador con más sombras que luces que en muchas ocasiones destacó más por su vida extradeportiva que por sus genialidades dentro del campo.

Maradona nació el 30 de octubre de 1960, en Lanús, cerca de Buenos Aires, Argentina. Fue el quinto de los ocho hijos de Diego Maradona y Dalma Salvadora Franco, conocida como Tota. Se crió en Villa Fiorito, provincia de Buenos Aires, entre los potreros y la pobreza.

Hace 25 años colgaba sus botas como deportista profesional. El encuentro que enfrentó a Boca Juniors contra River Plate, el superclásico, fue el último partido que disputó. Cuando se calzó las botas para saltar al terreno de juego desconocía, sin embargo, que en aquellos noventa minutos (cerca de 45 para él) se escondía una despedida.

Tras el descanso el capitán se quedó en el banquillo. Regresó al terreno de juego para celebrar la victoria tras la remontada de su escuadra. A los cuatro días, con el rumor de que había dado positivo en un control 'antidoping' sonando, anunció que se iba. “No puedo más. Así no tiene sentido que siga jugando. Prefiero retirarme ahora y no pagar con la vida de mi viejo los rumores de algunos inconscientes que tienen un micrófono”, protestó.

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Maradona controlando un balón con la cabeza.

“Con todo el dolor del alma, ha llegado el momento de anunciar mi retiro. Se terminó el jugador de fútbol. Nadie está más triste que yo”, reconocía en una declaración que muchos creyeron que no sería definitiva pero que, en efecto, lo fue. Atrás dejaba un palmarés envidiable.

Maradona jugó 91 partidos con la Selección Argentina entre 1977 y 1994 y marcó 34 goles. Fue campeón del mundo en México 1986, subcampeón en Italia 1990 y ganador del Mundial Juvenil en 1979. Su carrera deportiva sumó 724 partidos y 358 goles.

En cinco ocasiones se proclamó máximo goleador y obtuvo multitud de títulos en su carrera deportiva: el Scudetto, la UEFA, la Copa de Italia, la Copa del Rey, además de sus triunfos como internacional.

Su vida fuera del terreno de juego

Diego llegó a Europa procedente del Argentino Juniors y Boca Juniors, sus equipos de referencia. La directiva del Barça perseguía el fichaje del jugador aunque la llegada de éste al equipo blaugrana se retrasó un año, por el que pagó seis millones de euros.

La vida cotidiana del jugador no era la apropiada de un deportista, de un astro de su categoría. Las fiestas que celebraba no terminaban hasta el amanecer, modelos y admiradoras del 'Pelusa' se paseaban por las habitaciones de la casa y Diego Armando no perdía la oportunidad de acostarse con ellas.

Al poco tiempo, a Maradona le diagnosticaron una hepatitis, lo que provocó que se ausentase durante tres meses de su actividad futbolística. Ahora se sabe que la tal hepatitis no era sino una contagiosa enfermedad venérea, que se ocultó a la afición del Barça por motivos fácilmente comprensibles.

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Maradona de fiesta.

Lo peor vino en un decisivo encuentro del Barça contra el Athletic de Bilbao: resultó lesionado por una violenta entrada de Goicoechea. Y allí se quebró la estancia de Maradona en el equipo blaugrana. El presidente del club, José Luis Núñez, estaba harto de todo lo que le sucedía a su estrella, en el campo y fuera del césped, así que acordó traspasarlo al Nápoles por mil doscientos millones de pesetas.

Por él, hubiera seguido viviendo en Barcelona, donde fue muy feliz y su familia se había adaptado a la vida barcelonesa. Allí, éxito deportivo aparte, es cuando comenzó su bajada a los infiernos, no ya por su relación constante con mujeres, sino por su inicio en la adicción a sustancias que iban a llevarlo después, en Nápoles, a ser un drogadicto.

Un jugador con más sombras que luces que, en muchas ocasiones, destacó más por su vida extradeportiva que por sus genialidades dentro del campo. A pesar de ello, dejó momentos para el recuerdo y será siempre recordado como uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol.

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