El Atlético Tetuán: El único equipo marroquí que jugó en La Liga española de fútbol

La ciudad de Tetuán formó parte del Protectorado español en Marruecos desde 1913 hasta la independencia de este país en 1956. Por la peligrosidad de entonces en la zona, durante los primeros quince años estuvo habitada únicamente por militares que dedicaron su tiempo libre al fútbol. Crearon los primeros equipos en el protectorado y, en un primer momento, únicamente competían entre ellos.

En el año 1933, Fuerte de Villavicencio, un militar de carrera y exjugador del Atlético de Madrid, decidió crear un equipo de fútbol profesional aprovechando a los buenos futbolistas que el servicio militar llevaba a este lugar. Con estos jugadores, así como con algunos militares que eran hábiles en el deporte, conformó el equipo. Recordando sus raíces rojiblancas decidió vestirlo con estos colores y denominarlo Atlético. En cuanto al escudo, se observaron influencias del Athletic Club de Bilbao, pues uno de sus compañeros era aficionado del club vasco. En él aparece la imagen de la Mezquita Sidi Baraka sobre los tejados de la Medina y una estrella.

Escudo del equipo durante su temporada de ascenso a segunda división

En marzo de 1933 se legalizó al Athletic Club de Tetuán y se le afilió en la Federación Hispanomarroquí de Fútbol. El equipo comenzó su ascenso meteórico desde la Segunda Regional hasta la Segunda División española, en la temporada 1948-49, al quedar campeón de un grupo en Tercera División.

En su liguilla había otros tres equipos del norte de África: El Ceuta, España de Tánger y Larache. Después de una temporada de adaptación de la categoría, el Atlético Tetuán conseguiría en la campaña 1950/51 su ansiada llegada a la mayor competición del fútbol español. Se proclamó campeón de segunda superando por tres puntos al Salamanca.

El ascenso del Atlético Tetuán otorgaba la clasificación automática para los cuartos de final de la Copa. El emparejamiento que le tocó fue el Barcelona de Kubala. Su enfrentamiento en el partido de ida en el estadio de Tetuán es uno de los momentos más importantes de la historia del club. El Barcelona ganó esta eliminatoria frente al Atlético Tetuán. El futbolista Chicha de la entidad norteafricana llamó la atención del club catalán pero este no quiso salir de su tierra de origen.

Kubala regateando a un futbolista del Atlético Tetuán durante el partido de Copa

La estancia en la máxima categoría del fútbol español solo duró un año. Durante la temporada, el Atlético Tetuán ganó siete partidos y empató cinco. La Cultural Leonesa y el Huesca son los únicos equipos que han ganado menos partidos. Pese a esta actuación discreta en la competición, su lucha y pundonor dejaron alguna que otra gesta. Golearon 4-1 al Atlético de Madrid de Ben Barek y empataron a tres con el Real Madrid. Este segundo partido estuvo enmarcado por la polémica arbitral. El club norteafricano se fue al descanso ganando 3-1. En el segundo tiempo el Madrid consiguió el empate. Al árbitro se le penalizó por escandalosa parcialidad con una sanción de 500 pesetas.

El Atlético Tetuán permaneció en segunda división hasta que en 1956 la independencia de Marruecos salpicase al club. La directiva firmó la disolución del equipo y su fusión con el Ceuta. Se creó de esta forma el Atlético Ceuta. No obstante, otros crearon el Mogreb Atlético Tetuán, equipo actual de la Liga de fútbol marroquí que se quedó con el nombre, los colores y el campo del anterior Atlético Tetuán.

Un ejemplo de integración

Históricamente el norte de África ha sido una región en la que los conflictos religiosos han estado al orden del día. El hecho de que tanto musulmanes, como judíos y cristianos vivan en esta región provoca algunas disputas.

El Atlético de Tetuán demostró durante sus años de historia que la religión no debía suponer un problema para la convivencia. En su plantilla se juntaron musulmanes, judíos y cristianos y lucharon por los mismos objetivos sin problemas internos. Este equipo fue un ejemplo de integración para el fútbol español.

Aficionados musulmanes, judíos y cristianos durante un partido del Atlético Tetuán en 1950

La humildad de este club es también importante destacarla. Algunas de sus características hoy parecen inconcebibles para la práctica del fútbol. Los jugadores jugaban con botas por encima del tobillo que se ajustaban con cordones porque el césped estaba muy alto. Los aficionados musulmanes, judíos y cristianos compartían las gradas. Los jugadores se desplazaban a partidos en campo ajeno con un vehículo de once plazas. Para poder ir a jugar a la península tenían que montar siempre en ferri.