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Un hombre con guantes de boxeo azules está de pie en un gimnasio de boxeo, vistiendo una camiseta negra con un diseño de un puño en el centro.
PIZARRA DEPORTIVA

Jero García, el excampeón de boxeo cambia la TV y el ring por la novela

El que también fuera 'Hermano Mayor' en Cuatro presenta hoy su segunda novela, 'Cola de Lagartija', a las 19.00 horas

Carabanchel, 1970. Un barrio humilde del sur de Madrid que comenzaba a ser testigo de la llegada de un infierno. Un infierno que se cobró la vida de muchos jóvenes que hoy en día integran la conocida como 'generación perdida'. En aquella barriada, en la que los niños jugaban entre jeringuillas, imperaba la ley del más fuerte. O comías o te comían. Fue en los ochenta, con diez años, cuando el excampeón de boxeo de España del peso medio Jero García  vio cómo muchos conocidos e incluso amigos sucumbían a los excesos. Unos excesos de los que él logró escapar gracias a su afición a esta disciplina deportiva. 

Hoy se enfrenta a un nuevo reto lejos del cuadrilátero. Y es que presenta 'Cola de Lagartija', su segundo libro, en un acto que tendrá lugar en Madrid, en la FNAC de la plaza de Callao a las 19.00 horas. El que fuera conductor de la tercera temporada del programa 'Hermano Mayor' y actualmente colaborador del espacio 'El Conquistador' emitido en Televisión Española, estará acompañado del autor  madrileño Pedro Simón y el periodista sevillano Roberto Leal

- Hoy presenta 'Cola de Lagartija', su segundo libro, en Madrid.

-Ya me puedo considerar hasta autor. Con el primero nunca me consideré autor, porque no soy de considerarme nada, al final soy demasiado polifacético para considerarme algo. Ahora es otra cosa, y editar con la Editorial Planeta ya es algo más serio. Presento el libro en el Fnac de Callao, junto a mis dos 'hermanitos' Pedro Simón y Roberto Leal. 

-En este libro retrata su infancia en el barrio  madrileño de Carabanchel durante las décadas de los setenta y los ochenta. Una infancia difícil para muchos niños que crecieron en esos barrios. En su caso, el boxeo fue una vía de escape. 

- Al igual que 'Cola de Lagartija', yo desgraciadamente viví la pérdida de muchos conocidos y de hermanos mayores de mis amigos porque al final nosotros somos de 1971 o 1972, que ya veníamos viendo un poco lo que estaba pasando. En cierta manera yo viví mucha delincuencia, pero no viví tanta droga. Yo vi las consecuencias de esa lacra infecta que fue la llegada de la heroína en esos arrabales. Pero si hay algo que me diferencia de los demás en aquella época es que hay un trastorno y un problema de salud mental.

A mí me diagnosticaron TDAH a los 36 años y, por tanto, en esa época yo iba a una velocidad completamente distinta a los demás, aparte de vivir en un barrio en el que imperaba el 'o quitas el bocadillo o te lo quitan a ti' y la ley del más fuerte. En esas circunstancias, yo llevaba muchas papeletas para que todo acabara mal. Pero, como le pasó a 'Cola de Lagartija', encontramos el deporte y eso fue esa luz que nos alumbró el camino.

- ¿Cómo ha  influido  ese diagnóstico en su vida?

- Es una característica más. Cuando no supe mitigarlo, mi vida iba directamente a favor del viento y 'al barranco'. Cuando empecé a canalizarlo empezó a ser lo que es ahora: un superpoder. Tengo cinco superpoderes que son los valores que me ha aportado el boxeo, constancia, sacrificio, disciplina, motivación y pertenencia de grupo. Luego tengo ese sexto superpoder que es mi TDAH, pero cuando sé canalizarlo. 

Es curioso porque a muchos periodistas cuando vienen a entrevistarme al barrio les digo: "Yo he escrito el libro aquí". En una mesa de un rincón del bar 'Mauricio' que está lleno durante todo el día y justamente ahí tengo la capacidad de estar durante veinte minutos complemente enfocado y concentrado. Tanto el primer libro como este los he escrito en bares, en los tiempos libres que me dan los saltos de la comba, porque yo estoy en el gimnasio y cuando empiezan a saltar a la comba le pido a mi ayudante que los caliente. Durante esos veinte minutos me pongo a escribir.

- ¿Cómo ha afrontado el  camino  para escribir este nuevo libro?

- Ha sido más duro que el primero y he disfrutado mucho el camino. Empecé a escribir el libro en plena pandemia, como terapia. Estaba deprimido y utilicé las primeras palabras para hacer terapia. No sabíamos que iba a pasar, teníamos miedo y cuando no sabes que va a pasar... aparece el negativismo.

En mi caso fueron un cúmulo de circunstancias. En primer lugar, mi TDAH, la responsabilidad de tener los gimnasios cerrados y estar a punto de abrir otro negocio, convivir con dos pequeños de dos años y, desgraciadamente, la muerte de mi mejor amigo, al que no le había llorado de verdad y al que, en plena pandemia, empecé a llorarle.

- 'Cola de  Lagartija' es un nombre muy especial.

- 'Cola de Lagartija' es el mote que tenía un chaval con el que ya llevo cincuenta años. Me llamaban así de pequeño. 

- Usted se convirtió en un  referente  en la disciplina deportiva del boxeo.

- El boxeo me cambió la vida. Empecé a practicarlo porque a mí siempre me ha gustado pelear. Yo no entré en un gimnasio para aprender a pegar... yo busqué un gimnasio especializado en deporte de contacto porque realmente amaba ese deporte. Cuando tenía cinco años, mi abuelo me llevaba a las veladas, y yo estaba enamorado de esas dos personas sin camiseta, con los guantes, sudando, encima de un ring... para mí eran verdaderos gladiadores. Yo siempre he estado enamorado del cuadrilátero y mi ídolo era Salvador Sánchez. Siempre digo que "si Dios hubiera boxeado, lo habría hecho como Salvador Sánchez". Para mí ha sido el más grande. 

- En 2015 salta a la televisión con el  programa  'Hermano Mayor', un programa que refleja problemáticas como la violencia o adicciones en la juventud.

- Lo que reflejó ese programa es la violencia filioparental o violencia ascendente, la que se da cuando un niño o joven acosa a sus padres. Esa violencia puede ser verbal o psíquica. En esos casos nos encontramos de todo, pero sobre todo era la verbal porque la física no se veía en el programa. Fue una experiencia fantástica y, para mí, una de las más gratificantes de mi vida, aunque yo no fuera feliz.

'Hermano Mayor' es un programa duro que te exige mucha presencia y concentración mental, hay mucho riesgo... a mí me han llegado a sacar una pistola, una navaja. Al final es una exigencia máxima, que no ves que te agradezcan. La audiencia no veía ni la mitad de lo que pasaba, si se hubiera emitido todo hubiéramos sido el programa más visto. Yo tengo que agradecer que Mediaset apostara por mí porque el hecho de contratar a un profesor de boxeo ayudó mucho al deporte de las 16 cuerdas.

- También ha trabajado como especialista en otros proyectos televisivos. 

- Llevo 25 años en televisión, empecé como especialista. A día de hoy sigo haciendo algunos trabajos como especialista, aunque ya no tanto... porque uno va teniendo una edad. Esas barbaridades que hacíamos en 'Águila Roja' o en 'El Internado' ya no las puedo hacer. Hubo una época en la que era muy raro que yo no saliera en televisión porque había muy poca gente que se dedicara al boxeo y que, además, supiera de cine.  A veces es un trabajo que está muy poco valorado. 

- En la  actualidad está inmerso en su nueva faceta de escritor, en la dirección de sus gimnasios y, además, ofrece conferencias en las que aborda problemáticas como el acoso escolar o la violencia.

-Yo soy conferenciante por ser padre, es decir, tengo legitimidad por ser padre en cuatro ocasiones y puedo hablar de 'tú a tú' con otros padres. De hecho, fui un mal padre. Fui un padre adolescente, era un desastre, casi delincuente, fumaba, bebía delante de ellos... En un momento dado, me di cuenta de que cometí un error y empecé a enmendarlo.

Fue en ese momento cuando mi cabeza hizo un 'click', me compré dos libros del pedagogo José Antonio Marina y empecé a formarme en educación. Creo que tengo legitimidad para poder hablar con los padres y decir: "Peor que yo no lo ha habido, pero si te pones y te formas aprenderás a educar". Para educar no hace falta hacer lo que te han hecho a ti, porque no es lo mismo haber educado a un niño en la década de los noventa o los dosmil que ahora. El tiempo cambia y los niños cambian, a nivel educativo no hay un éxito pleno. Cada niño tiene una personalidad distinta y lo que hay que hacer es estar, un buen padre es el que está. Yo intento ser un buen padre con mis hijos y creo que, al final, después de haberte caído tienes que saber levantarte. 

El otro día, en una conferencia, hablé de una metáfora para explicar un aspecto de la educación actual. Les dije a los padres: "Pensáis que un meteorito cayó en nuestro mundo hace 20.000 años y desaparecieron los dinosaurios, pero es que hace 30 años cayó otro meteorito y muchos de vosotros estáis en el pleistoceno. Ese meteorito se llama internet y si no sois capaces de formaros en las nuevas tecnologías, no podréis estar en la misma dimensión que vuestros hijos". Muchos padres están reticentes y siguen siendo unos dinosaurios. A un niño al que con 8 años le regalas un smartphone le das la llave para conocer al demonio, la mayoría de los pederastas están en internet.

Portada del libro
Portada del libro 'Cola de Lagartija'. | El Cierre Digital

- ¿Veremos nuevos proyectos?

- Me gusta ir piano piano. Yo voy a disfrutar de este momento y quiero que la gente me cuente cuál ha sido su reacción, qué ha sentido, si le ha tocado el corazón... Ahora mismo me apetece seguir en mis gimnasios, con el programa 'El Conquistador', en el que hemos hecho un grupo fantástico aunque me meto mucho con Jaime Nava. Me lo paso muy bien y eso que cuando salí de 'Hermano Mayor' pensé que la tele no me iba a volver a sacar una sonrisa y, a día de hoy, estoy sonriendo. 

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