27 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

Patio de columnas

Gabriel Araceli

¡¡Tengo hambre!!

Yo no sé si serán mis 80 o el calor insoportable que está haciendo este año (ayer en la puerta de mi casa 52 grados al mediodía y 44 al anochecer), pero esta noche pasada no he podido dormir...¿Insomnio?...lo que me faltaba. El caso es que me he pasado la noche recordando lo del bozal que mi padre le ponía a los mulos y mi vecino Bartolo, a su perro y en una anécdota que contaba Don Ramón (para mí siempre Don Ramón Serrano Súñer) sobre el miliciano de la Cárcel Modelo de Madrid que sólo dejaba de fusilar a la hora de comer. Así que en cuanto me he levantado y me he sentado ante este chisme (¿será posible que todavía recuerde a mi vieja Hispano Olivetti "Pluma 22"?) le he preguntado a mi Google particular por el bozal y esto me ha contestado:

" El bozal es un utensilio que se utiliza para cubrir el hocico de un animal con el fin de que éste no pueda comer o morder. El bozal consiste en una estructura de cuero, plástico o metal que se adapta al hocico del animal al cual se fija por una cinta que pasa por detrás de las orejas. El bozal se ajusta al hocico para impedir que el animal abra la boca pero es lo suficientemente abierto para permitirle respirar.

Los bozales se usan en diferentes situaciones:
-- En los animales de carga cuando trabajan en el campo para evitar que se paren a comer.
-- Se usa a menudo en las carreras de caballos.
-- Por razones de seguridad, se ponen a los perros considerados agresivos cuando se sacan de paseo.

El uso del bozal es obligatorio en las razas consideradas como potencialmente peligrosas siempre que el perro se encuentre en un espacio público y en otras razas el uso del bozal  también es obligatorio en ciertas situaciones, como, por ejemplo, para viajar con él, en metro o tren en el caso de las ciudades y países que lo permiten (salvo que el perro sea muy pequeño y pueda ir en un transportín).  Pero, no se extrañen, porque los bozales metálicos ya existián en tiempos de los romanos."
 
Bueno, en realidad me he acordado del bozal porque es en lo que pienso cada vez que me pongo la mascarilla esta del coronavirus. No sé por qué siempre pienso que lo que quieren es que no hable y menos que hable para hablar de los asesinatos que ha cometido impunemente (¡hasta ahora!) el  Presidente(o lo que sea, porque ya no se sabe si es Presidente, Vicepresidente, un cara o el Rey) señor Sánchez y Pérez- Castejón (¿me explicará alguien algún día de dónde le viene ese Castejón como apellido?) desde que llegó el veneno chino que nos ha jodido a los vivos y a los muertos. Eso es lo que quieren: un país con bozal, 47 millones de españolitos con su bozal a cuestas y en el paro...en la miseria y en el hambre (dicen que el bajonazo del PIB de este trimestre ha recordado el del año 1936...¡¡Dios, ya estamos!!).

Por cierto, que de hambre va la anécdota que contaba Don Ramón, o al menos me contó a mi, sobre la matanza de Agosto del 36 en la Cárcel Modelo, sí, el día que fusilaron a Don Melquiades Álvarez, José Martínez, Julio Ruíz de Alda, Fernando Primo de Rivera, Rafael Esparza, Manuel Rico Avello, Francisco Javier Jímenez, Ramón Álvarez, José María Albiñana, los generales Capaz y Villegas, Santiago Martín, Enrique Matorras, Ignacio Jiménez, entre otros.  Aquel día, a eso del mediodía, el jefeciillo de los milicianos que se habían hecho con el control de la prisión mandó bajar a todos los "presos políticos" para "ajustar cuentas".. y tras una larga perorata sobre la vida y la muerte (y el sujeto se regodeaba hablando de la muerte y de lo bien que se pasaba en el otro mundo, rodeados de "tías buenas", de gambas y cigalas, y jamones patanegra,  y piscinas de amontillado y con toda la pasta del mundo para gastar), y cuando eran casi las dos de la tarde, y ya había mandado al paredón a los de la primera fila, de pronto sacó una de las diez pistolas que llevaba sobre su cuerpo, además del fusil en bandolera, y disparó al techo y gritó:

----  Señores...¡¡¡¡ TENGO HAMBRE !!!!... Vámonos a comer...Luego seguiremos.

Y a comer se fue con los salvajes que le acompañaban, eso sí, sin dejar de disparar al aire o donde fuese (porque más de uno de los presos cayó por esos tiros de alegría)... y gracias a que se fueron salvé yo mi vida, decía Don Ramón, pues ya estaba en la primera fila... y el muy cabrón mandaba "al patio" por filas (el "patio" era ciertamente un patinillo que había al lado de donde habían montado su Tribunal y donde fusilaban sin ni siquiera sacar los cadáveres de los que caían, que ya se apiñaban unos sobre otros).

Pero, afortunadamente, no volvieron...¡Gracias a Dios no volvieron, decía Don Ramón, porque si hubiesen vuelto seguro que yo no estaría aquí para contarlo. Es verdad que después llegaron otros que también fusilaban, pero no tanto ni con la saña que lo hacía aquel individuo, del que nunca me podré olvidar.

¿Y por qué -se preguntarán-- he recordado hoy esta historia?. Lo juro (y ya saben que jurar es pecado) ¿Por qué?...¡Ah, mi Dios!, porque he leído que Don Pedro y su Gobierno se van de vacaciones y enseguida me he dicho: sí, sí, que se vayan de vacaciones ¡¡¡¡ que se vayan!!!, pero, por Dios, por Alá, por Buda, por Zeus, por Júpiter, por María Santísima... ¡¡¡ que no vuelvan!!! ... (que no vuelvan, como aquellos milicianos que se fueron a comer y no volvieron)

--- Señores... ¡¡¡ TENGO HAMBRE... ME VOY DE VACACIONES !!! Luego, seguiremos.----dijo Don Pedro, inflado como un pavo Real en el Congreso.

¡Ay, que más quisiéramos los españoles que no volvieran estos golfos!!... Porque en ello nos va la vida. Seguro que si estos (sobre todo el Pedro y el Pablo) vuelven...¡¡ adios España !!.

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