26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

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Máximo González

Menos juegos y más calle

/ Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.

En la nueva etapa de acercamiento a la sociedad de nuestro presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sus asesores le están llevando a correr con unos coleguitas en Canarias, a jugar a la petanca a la vuelta de Davos con algunos jubilados socialistas en Torrejón de Ardoz al medio día en un parque casi vacío (pues ya me dirán qué padres, madres, niños y niñas están a esas horas en el parque y cuando casi todos los jubilados también en ese horario deberían estar comiendo en sus casas), al ajedrez con la gran maestra iraní Sara Khadem en la Moncloa y ahora, a la vuelta de Marruecos tras la cumbre entre ambos países con la notoria ausencia del Rey de Marruecos Mohamed VI a la misma, a jugar al baloncesto en silla de ruedas con jugadores de la Fundación FDI Villa de Leganés y el IMF Smart Education Getafe BSR.

La verdad es que enternece y mucho ver este nuevo giro de los asesores de Moncloa en búsqueda del camino perdido aunque sea a través de veredas abandonadas antes pero tan necesarias ahora en vista de lo que se les viene encima, que no es ni más ni menos que la posibilidad de oír a través de las urnas la voz libre y voluntaria de un pueblo maduro que ya no calza alpargatas y que es capaz de tomar sus propias decisiones a tenor de como le va la vida a él y a los que les rodean.

El hortelano siembra para recoger su cosecha, pero sabe muy bien que si no la cuida del calor del verano y de los fríos del invierno, su trabajo de todo un año no le dará los frutos deseados por mucho que se esfuerce. Para ello, no debe dejar de regarla día a día para que crezca y madure y así con ello, garantizarse su sustento y las semillas para seguir sobreviviendo el próximo año.

Nuestro gobierno, ha tenido cuatro años para sembrar y cuidar su siembra y de ello presume muy a menudo, pero ha olvidado, que no solo ahora y al final del recorrido, debe hacerse notar y acercarse a la gente para que vuelvan a confiar en las promesas que hizo cuando fue elegido tiempo atrás, pues olvidar que la gente tiene memoria, es un suicidio político.

Por ello, no debería esforzarse tanto en hacer cosas anti natura; las personas son sencillas, humildes, trabajadoras, buenas personas la mayoría de ellas, muy luchadoras por cierto y necesitando tan solo que les den las herramientas necesarias para buscarse la vida, disfrutar de su esfuerzo y ser el ejemplo para su familia y los que les rodean.

No estaría de más, que si de verdad quisiera acercarse a la sociedad, pasease por las calles, por los parques llenos de gente, por los mercados, por las tiendas y que además de jugar a tan distintos juegos –pues aún le quedan unos cuantos– se acercara a algún bar o pequeña empresa de algún sector productivo que se mantiene vivo –y con el agua al cuello porque apenas si llegan a final de mes tanto el empresario como sus trabajadores– y pasase una jornada de trabajo con ellos comiéndose un bocata en la hora de descanso para descubrir lo difícil que resulta mantenerlo abierto. Eso sí que sería ponerse en la piel de los demás para comprender la realidad de la calle a modo del Sultán otomano Solimán “el Magnífico” que se vistió de pobre para mezclarse con la gente y así conocer la realidad de su pueblo.

Quizá, cuando descubriera los paupérrimos beneficios que tienen dichos negocios, entendería la cantidad de cierres de los mismos por la imposibilidad de mantenerlos abiertos ante la infinidad de gastos que deben acometerse mensualmente entre unas cosas y otras.

Y no estaría nada mal que también llevara Ud. a algunos de los miembros de su gobierno que no han trabajado nunca en su vida, que disfrutan de un buen sueldo y una cómoda forma de vivir y que tanto se quejan. Además de los empresarios que crean puestos de trabajo y riqueza al país pagando impuestos, a darse el paseíto con Ud. para que valoraran lo que hay que trabajar y las horas que hay que echar al día para poder pagar alquileres, luz, teléfono, seguros, mercaderías, publicidad, reparaciones, permisos, gestoría, cuota de autónomo, nóminas y seguros sociales de los trabajadores, impuestos, etc. Y que claro está, algo le quede al autónomo/empresario para sí mismo como beneficio del cual vivir.

Las cumbres, no con doce ministros como los que se ha llevado a Marruecos, sino con todos los miembros de su gabinete, debería tenerlas aquí en su propia casa y en contacto con toda la sociedad española que es a la que todos Ustedes representan, no lo olvide.

Ni tampoco olvide lo que el gran Antonio Machado escribió en su libro “Campos de Castilla” y que tan famoso hizo Juan Manuel Serrat: “Caminante, no hay camino: se hace camino al andar”.

El Cierre Digital no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta sección que se hacen a título particular.

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