04 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

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Felicísimo Valbuena

¿Quién manda en la Asociación de la Prensa de Madrid?

Juan Caño.
Juan Caño.

Hace tres años, por estas fechas, asistí a una Asamblea de la APM. Los presentes podríamos pasar por los asistentes a una Junta de Vecinos de seis pisos. Por tanto, la capacidad de convocatoria de la APM no es de las que pueden crear un titular. Además, los pocos asistentes eran “amigos de Peter” (luego veremos quién es Peter).

Han pasado esos tres años y la situación, en lo importante, sigue siendo igual: No quieren retransmitir la Asamblea que se celebra hoy. Así, cualquier socio/a no puede seguirla e intervenir. Muchas organizaciones están retransmitiendo sus encuentros, reuniones de Claustros universitarios, Juntas, etc., precisamente para informar mejor sobre sus actividades y contribuir a la transparencia. El ordenador personal recoge la señal y el usuario puede seguir el acontecimiento desde su casa. E intervenir.

Claramente, la APM va con retraso. Entre otras cosas, porque priva a sus asociados de la banda verbal y no verbal de la Asamblea. Es decir, del contenido de cada intervención y del lenguaje corporal y del paralenguaje de quienes intervienen. Y, muy importante, no facilita que los asociados se diviertan. Porque las Asambleas de cualquier tipo pueden ser una fuente de humor. La de la APM, también. Sobre todo, si están presentes dos fulanos tibetanos: Fernando González Urbaneja y Nemesio Rodríguez López.

Cuando Juan Caño se presentó a Presidente de la APM y vi que iba apoyado nada menos que por los cuatro Presidentes anteriores, pensé que su comienzo no era el mejor. Más bien, como dicen los andaluces, “un poquito pésimo”.

Los edificios firmes no necesitan puntales. Sólo están apuntalados los edificios inseguros o en ruinas. Lo mismo pasa con las candidaturas. Y la de Juan Caño estaba apoyada por los dos tibetanos que he citados. Es más, Nemesio formaba parte de su candidatura.

Mi hipótesis es que Nemesio ha podido mover los hilos de ese apuntalamiento. Tiene toda la pinta de un muñidor.

Ni Fernando ni Nemesio tienen estudios universitarios de Periodismo. Se les nota muchísimo. Son dos individuos a los que les gusta el poder y mandar. Pero mandar, ¿para qué?

El fulanismo es una palabra que surgió en la primera Restauración y que consisten en: a) confiar en un personaje al que se le considera capaz de conseguir cualquier cosa; b) prescindir de las normas porque el fulano dirigente se encarga de interpretarlas y c) despreocuparse del contenido de las leyes, debido a lo señalado en  a).

Un “tibetano” cultural es, siguiendo al Ortega, quien piensa que hay que aislar a España de las influencias externas; Menéndez Pidal llamó “misoneísmo” al rechazo de las novedades.

Los dos tibetanos no sólo se oponen a las retransmisión de las Asambleas, También están en contra del derecho al recurso que hay en las Asociaciones europeas. Entonces, un nivel intelectual mediocre unido a un ansia del poder por el poder da como resultado una vaciedad ridícula. Una vaciedad que se presta a la risa. Si contamos con que, en cada Asamblea, puede haber “urbanejadas” y  “nemesiazos”, la pregunta más pertinente es: ¿Por qué hemos de pagar la entrada de un teatro si podemos divertirnos más siguiendo cualquier Asamblea de la Asociación de la Prensa de Madrid?

Veamos una “urbanejada”. Mientras la cuota de los menores de 40 años, parados de larga duración, es de 6 euros al trimestre, los mayores de 40, también parados y de larga duración, pagan 66 euros al trimestre, es decir, 248 euros. Los jóvenes pedían una reducción. Comprensible, ¿no?

Nemesio Rodríguez López.

Es en ese momento cuando salta Fernando. Quiere apoyar a los jóvenes e, incluso, ir más allá que ellos. Revela: a) que él, por llevar cuarenta años en la APM, no paga cuota; y b) que, durante su etapa como Presidente de la APM, se redactaban dos actas: la manifiesta y la oculta. En ésta constaban los favores que Fernando hacía a determinadas personas y que no convenía que saliesen publicados para no perjudicar la imagen de los favorecidos. Es lo típico de cualquier “urbanejada”. Y para rematar esas revelaciones, Fernando ejecuta un pase de pecho y un paseíllo con sus ¿130? ¿140? ¿150 kilos?

Le comenté a un periodista y Doctor, que estaba a mi lado, y que es un experto en el campo audiovisual: “Toma nota por si te encargan o decides por tu cuenta hacer un documental sobre Chesterton. A Urbaneja cada vez se le está poniendo más cara de Chesterton. Con un 0´5 de inteligencia comparándole con el genio inglés, pero ¿qué importa eso en un documental?”

En la última campaña electoral para Presidente de la APM, concurrió José Antonio Vera y, en su propaganda electoral, hacía constar la gran cantidad de cuotas que existía. Pues claro: La APM, bajo Urbaneja, recibía una subvención de 8,6 millones de euros anuales que la Comunidad aportaba al Servicio Médico. ¿Resultado?  Urbaneja estableció ese sistema de cuotas porque tenía bien cubierto el flanco del Servicio Médico. Muchísimos socios estaban en la APM por la excelente cobertura médica. Con lo cual, la escena, cómica de verdad, es que a la Asamblea en la que estuve presente, asistían, sobre todo, los “amigos de Peter”, es decir, de Urbaneja, que supuestamente trabajaban en una revista de Urbaneja y que, muy probablemente no pagaban cuota. ¿Es, o no, surrealista esta situación, aparte de ridícula?

Vamos con los “nemesiazos”. Nemesio emplea un paralenguaje que evoca el timbre y tono de las órdenes militares: “Fiiiiirrrrmess... arr!, acompañado con un lenguaje corporal en el que activa los músculos de la ira, el desprecio y el odio en forma de rechazo. ¡Con lo que se hubieran divertido los asociados viendo y oyendo a Nemesio en el ordenador!.

Podríamos haber obtenido fotos y haber escrito sobre este fulano, que no da información sino que se limita a la función expresiva del lenguaje, por emplear el término de Karl Bühler. Al fin y al cabo, ¿quién es este señor? En serio, ¿quién es Nemesio? Pues ahí le tenemos, con un pie en la directiva de la APM y con otros como Presidente de la FAPE (Federación de las Asociaciones de la Prensa de España). Y ¿cuánto paga la APM a la FAPE? ¿Supuestamente, 100.000 euros? ¿O con la pérdida de 1.200 socios, la APM ha disminuido esa contribución? 

En una Asamblea posterior a la que no asistí, intervino Javier Fernández-Villacañas, periodista, empresario y profesor de la Universidad Complutense. Expuso que no encontraba periodistas que conocieran bien el mundo digital.

Propuso un Laboratorio de Investigación –Medialab- para encontrar soluciones a estos problemas que tienen planteados las mil empresas editoras.

Respuesta: Urbaneja le dijo que fundase una empresa y que tuviera el apoyo de la APM. Urbaneja, que siempre interviene en estas Asambleas, le propuso reunirse con él después de Semana Santa. Y cuando parecía que “Habló Blas (Urbaneja) y punto redondo”, dieron la palabra a un asociado, Carlos Díaz Güell. Podríamos decir que salvó el honor de la Asamblea. Apoyó la propuesta de Fernández Villacañas y dijo que esta Asociación necesitaba reinventarse de cara al futuro.

Y entonces es cuando sobrevino el “nemesiazo”. Nemesio, con su voz gritona y su falta de argumentos dijo que lo que estaba proponiendo Fernández-Villacañas era una propuesta empresarial, un vivero de empresas, y los periodistas no tienen por qué meterse en proyectos empresariales.

“La misión de la APM no es buscar trabajo a informáticos. Si resulta que los que salen de las Facultades no están preparados a los periodistas, antes hay que cambiar los planes de Estudio. No hay que buscar trabajo a los informáticos. “Hay cientos de Facultades, más que botellines”.

Nemesio en estado puro. Este tibetano es como los globos: “Tanto  más sube cuanto menos peso tienen”.

El problema del liderazgo en la APM. Victoria Prego ganó las elecciones, pero el equipo que se presentó con ella, no las ganó. Lo que ocurrió en la APM, y puede estar ocurriendo ahora, es que hay tres tipos de líderes, que Eric Berne distinguió con toda claridad.

El líder responsable era la mujer que estaba al frente, la que ocupaba el lugar de líder en la estructura organizativa: Victoria Prego. El líder efectivo era el que tomaba las decisiones reales: Nemesio. Demostró que mandaba más que Victoria Prego. Y lo hacía saber. El líder psicológico era el más poderoso en la estructura privada de los miembros y ocupaba el puesto de liderazgo en las imágenes de los grupo: Fernando, el de las “urbanejadas”. 

Es el gran desafío que tiene ante sí Juan Caño. ¿Es él quien manda realmente en la APM? Y sin oposición. José Antonio Vera se retiró a sus asuntos después de no salir elegido. ¡Qué mal se llevan en España ciertas travesías de desiertos!

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