26 de abril de 2024
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Patio de columnas

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Felicísimo Valbuena

Cuatro años después: ¿Quién fue Gustavo Bueno?

Gustavo Bueno.
Gustavo Bueno.

Hace cuatro años que falleció el filósofo español Gustavo Bueno.

Juan Luis Galiacho, director de El Cierre Digital, me pide que dé a conocer, en forma breve, quién fue y qué hizo en su vida. Él tuvo ocasión de conocerle y tratarle, hace años, en un curso en Santo Domingo de la Calzada. Acepto y estoy convencido de que Bueno estaría muy interesado en averiguar el crecimiento tan espectacular de este diario y que está llamando la atención de quienes saben algo sobre el mundo de lo digital.

Bueno vivió 92 años y su vida es fácil de resumir: Después de demostrar sus méritos como Catedrático de Instituto y ejercer en Salamanca (1949-1960), fue Catedrático de Universidad en la Universidad de Oviedo (1960-1998).

Tres líneas que podríamos aplicar a muchos funcionarios en España.

Entonces, ¿cómo es que Bueno fue tan conocido? Intervino en muchos programas de televisión y fue el conferenciante más solicitado en España, porque como me dijo el organizador de un Congreso: “Bueno llena los salones”.

Todos hemos conocido a alguna persona que sale mucho en televisión; al mes y medio de abandonar ese medio, pocas personas la recuerdan. Y lo mismo podemos decir de los conferenciantes que pasan de moda.

Gustavo Bueno dejó de aparecer en público diez años antes de fallecer. Se dedicó a cuidar de su mujer, Carmen, que estaba enferma. Y sin embargo, él seguía desarrollando una gran actividad en la Fundación que lleva su nombre, dedicándose a seguir irradiando en escritos y en videos de Youtube su sistema filosófico e interpretando los problemas de España, de Europa y del mundo.

Para Bueno, el siglo XX ha estado sometido a dos mitos que han causado millones y millones de muertos: El Mito de la Hermandad de la Clase Obrera, cuya manifestación política fue el Comunismo; El Mito de la Raza Aria, cuya manifestación política fue el nacional-socialismo o nazismo. Pero el filósofo español se dio cuenta de que, en el último cuarto de siglo XX estaba surgiendo con fuerza un tercer Mito, el de la Cultura. Su manifestación política es el mundo de los nacionalismos, indigenismos, etc. Dedicó a este asunto un libro: El mito de la Cultura (1996). Primero, la Guerra de Yugoslavia; después, el genocidio de Ruanda-Burundi son muestras de sus sangrientas consecuencias-

He dicho ya que Bueno fue filósofo. Cualquiera le clasificaría como si fuera “de Letras”. Aunque la pregunta obligada es: ¿quién, que sea de Letras, ha dominado las disciplinas de su tiempo? Él, sí: Matemáticas, Física, Química, Biología, Medicina… y Filosofía, Historia, Literatura, Derecho, Ciencia Política…

Entonces, ¿por qué, en lugar de dedicarse a ser un buen profesor, incluso un profesor fuera de serie, admirado por miles y miles de estudiantes, Bueno dedicó innumerables horas a dominar el saber de su tiempo? Porque se había propuesto crear su propio sistema: El materialismo filosófico. Con un pequeño detalle: Si alguien quiere echar el sedal aguas arriba, comprobará que en toda la Historia de la Filosofía española, no hay autor alguno que haya ofrecido un sistema tan completo como el suyo.

¿Cuándo acabó Gustavo Bueno de crear su sistema? En 1976. No dispongo espacio para explicar esa afirmación tan rotunda. También en 1976, Bueno, en la Universidad de Verano Menéndez Pelayo, en Santander, Bueno se expresaba así: «No pretendemos quitar a nadie la ilusión, si la tiene, de llamar científica a su tarea, ni de borrar títulos pomposos tales como “Facultad de Ciencias humanas”, “Ciencias de la Información” o “Ciencias Morales o Políticas”. Pero sí queremos poder precisar en cada caso, qué puede querer decir el que utiliza la palabra “Ciencia”. 

Desde su sistema, empezó a ver las grandes insuficiencias de la Universidad española. Esperó unos años para ver si cambiaban las cosas. Se fijó en las Facultades de Ciencias Políticas y escribió el «Primer ensayo sobre las categorías de la     ciencia política». ¡Vaya con el ensayo! Nada menos que 460 páginas. Demostró que llevaba y lleva mucha ventaja a los profesores de esas facultades. Años después, facilitó, en un lenguaje accesible, qué son las izquierdas y las derechas en dos libros: El mito de la izquierda y El mito de la derecha.

Después de dejar a la Ciencia Política en su sitio, Bueno se ocupó de la Historia.      

En 1997, la Real Academia de la Historia editó un libro titulado España. Reflexiones sobre el ser de España. Un título grandilocuente para los pobres resultados que aparecen en esa obra. El historiador Carlos Seco Serrano escribió un capítulo en el que planteaba la siguiente pregunta: “España, ¿estado plurinacional o nación de naciones?

En las 15 páginas del capítulo, Seco Serrano se propone explicar su concepción sobre España. Es un artículo erudito, en el que el autor muestra sus grandes conocimientos de hechos, que él pone al servicio de su concepción de España. Sin embargo, Seco muestra que la filosofía no es su fuerte. Y como decía D. José Ortega y Gasset: “Estamos demasiado obligados a convencer y a concretar. Así que se hace literatura como Valle o Rubén Darío, se hace precisión como Ramón y Cajal, o se calla uno”.

Un año después, Bueno pronunció su célebre conferencia España, que ahora es posible ver en Youtube. Y en 1999, publicó España frente a Europa. En este libro sabe sistematizar filosóficamente las diversas maneras en que los españoles y los estudiosos entienden España. Es algo que los historiadores no habían hecho anteriormente ni han vuelto a hacer. Bueno reduce educadamente al absurdo que España sea una «nación de naciones», como sostenía Seco y que ha hecho suya una persona tan ignorante como Pedro Sánchez.

Carlos Seco fue un buen profesor. ¿Cómo se metió a filósofo sin serlo? Fui testigo de cómo, siendo un persona muy vanidosa, le molestó la crítica de Bueno, pero su capítulo erudito es una reunión de hechos con una teoría muy pobre y simple. Y no sigo hablando: Ha muerto víctima de esta desgraciada pandemia a los 97 años. Descanse en paz.

 Bueno publicó España no es un mito en 2005.

La Academia de la Historia ha demostrado que es una organización que no ha estado presente cuando ha habido que pronunciarse sobre asuntos muy importantes. Sólo los historiadores, a título individual, se han manifestado sobre Hernán Cortés en 2019 o sobre las campañas iconoclastas contra Cristóbal Colón y Fray Junípero Serra.

Bueno sí se hubiera pronunciado sobre estos asuntos. Lo demostró cuando demolió filosóficamente al zapaterismo y lo que representaba, en dos libros: Zapatero y el pensamiento Alicia: Un presidente en el país de las maravillas (2006) y El fundamentalismo democrático. La democracia española a examen (2010).

¿Qué será de la Fundación Gustavo Bueno? Hace años escribí un artículo sobre la falta de categoría de los adversarios y enemigos de Bueno. Los hechos me han dado la razón. Siguen dando muestras de una bajeza que hace reír por su simplismo y por ser malas personas a lo bruto.

En cuanto a los seguidores de Bueno, han surgido varios jóvenes de una fuerza filosófica extraordinaria, si se me permite hablar así.

La Fundación ya ha hecho muchas cosas, sobre todo en el campo digital y audiovisual. Sin embargo, su gran asignatura pendiente es publicar las Obras Completas de Gustavo Bueno. No hace falta una cantidad extraordinaria de dinero. Sólo, creer en este proyecto, que puede expandir la obra de Bueno hasta límites que no podemos imaginar.

Un riesgo a tener en cuenta es que la Fundación pueda caer en el «groupthink (pensamiento o mentalidad de grupo)», que tan bien estudió Irving Janis hace cincuenta años y que muchas empresas del mundo han tenido presente para no hundirse desde dentro.

Ahora, lo que compruebo es que Gustavo Bueno sigue irradiando. Sólo hace falta ser un receptor original, creativo y con energía. Y eso que solo he presentado parte de la Filosofía de Bueno. Sigue emitiendo respuestas para muchos de los problemas que encontramos en la vida.

El Cierre Digital no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta sección que se hacen a título particular.

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