26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

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Lucio Séneca

El discurso de "Las mil y una noches"

Felipe VI en su discurso de este 24 de diciembre
Felipe VI en su discurso de este 24 de diciembre
Analizamos a través de la opinión personal de nuestro analista Lucio Séneca el discurso pronunciado este 24 de diciembre por el Rey de España Felipe VI

Señores, estoy seguro que ni al propio Rey le habrá gustado el discurso que pronunció anoche como cierre del año 2018. Porque más que un discurso realista a la situación que vive España y a la encrucijada vital que se vive en Cataluña al menos a mí me pareció un cuento de los que aquella Princesa Sherezade le contaba al Rey para entretenerle. Miren ustedes, y lo digo en el uso de mi derecho a la libertad de expresión, el discurso de anoche fue el discurso del miedo. Se notó mucho que el Rey hablaba pensando en el rechazo ya descarado de los independentistas catalanes, no sólo a él sino a la Monarquía. Tal vez por ello el Rey sólo se atrevió a pronunciar la palabra España una vez y otra la Constitución, ¿Dónde ha quedado el discurso del 3 de octubre del año 2017?

Dio la impresión que el encantador de serpientes, el ambicioso Presidente Sánchez Castejón, le ha llevado a su terreno: el Poder a cualquier precio jamás es caro. Es verdad que el Rey sólo puede ser moderador y árbitro, pero en una situación tan grave como la que vive España y sabiendo que millones de españoles que no están de acuerdo con lo que está sucediendo en Cataluña esperaban otra cosa debió bajar más a la arena para tranquilizar los ánimos del "Tsunami" de españolismo que ya está en movimiento (como se ha demostrado en Andalucía en las Elecciones del 2 de diciembre) y que puede arrasar todo lo que amenace la Unidad de España.... y no me vale que mencionara la palabra convivencia 9 veces. La convivencia sólo es posible cuando los ciudadanos, todos, respetan las leyes y muy en especial la Constitución. Viendo anoche al Rey recordé a aquella abuela que viendo como sus nietos y sus amiguitos se peleaban los llamó al orden y les decía: "Niños, no seáis malos, que, si sois malos, llueve"... y los niños malos le respondieron:  "Que llueva, que llueva, Virgen de la Cueva". Miren ustedes, vamos a dejarnos de palabras bonitas y de mensajes de dulce. España anoche se merecía otra cosa y estoy seguro que muchos españoles dudosos van a levantar la bandera de España más que ayer y menos que mañana.                   

 Sí, anoche dijo:

"Hoy, que vivimos en una democracia asentada y que compartimos unos mismos principios y valores con otras democracias de nuestro entorno, es imprescindible que aseguremos en todo momento nuestra convivencia.

Una convivencia que se basa en la consideración y en el respeto a las personas, a las ideas y a los derechos de los demás; que requiere que cuidemos y reforcemos los profundos vínculos que nos unen y que siempre nos deben unir a todos los españoles; que es incompatible con el rencor y el resentimiento, porque estas actitudes forman parte de nuestra peor historia y no debemos permitir que renazcan; una convivencia en la que la superación de los grandes problemas y de las injusticias nunca puede nacer de la división, ni mucho menos del enfrentamiento, sino del acuerdo y de la unión ante los desafíos y las dificultades.

Una convivencia, en fin, que exige el respeto a nuestra Constitución; que no es una realidad inerte, sino una realidad viva que ampara, protege y tutela nuestros derechos y libertades. Todos los proyectos necesitan unos cimientos sólidos, y la España de hoy los tiene, porque están hechos de una voluntad decidida de concordia, de paz y de entendimiento.

Y esta es la reflexión que quería haceros llegar esta noche: que la convivencia —que siempre es frágil, no lo olvidemos— es el mayor patrimonio que tenemos los españoles. La obra más valiosa de nuestra democracia y el mejor legado que podemos confiar a las generaciones más jóvenes; y, por ello, debemos evitar que se deteriore o se erosione; debemos defenderla, cuidarla, protegerla; y hacerlo con responsabilidad y convicción. Así lo hemos demostrado durante estos últimos cuarenta años de libertad porque hemos creído en nosotros mismos y en nuestras propias fuerzas”.

Pero el 3 de octubre del 2017 (o sea hace un año, dos meses y 21 días) decía:

"Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática. Y en estas circunstancias, quiero dirigirme directamente a todos los españoles. Todos hemos sido testigos de los hechos que se han ido produciendo en Cataluña, con la pretensión final de la Generalitat de que sea proclamada −ilegalmente−la independencia de Cataluña.

Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno.

Con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado. Un Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en Cataluña.

Han quebrantado los principios democráticos de todo Estado de Derecho y han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando ─desgraciadamente─ a dividirla. Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada. Esas autoridades han menospreciado los afectos y los sentimientos de solidaridad que han unido y unirán al conjunto de los españoles; y con su conducta irresponsable incluso pueden poner en riesgo la estabilidad económica y social de Cataluña y de toda España.

Felipe VI en su discurso del 3 de octubre de 2017 (Vídeo)

Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante. Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos. Y lo son porque están basados en el deseo de millones y millones de españoles de convivir en paz y en libertad. Así hemos ido construyendo la España de las últimas décadas. Y así debemos seguir ese camino, con serenidad y con determinación. En ese camino, en esa España mejor que todos deseamos, estará también Cataluña [...] a todo el pueblo español, subrayar una vez más el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia, mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi compromiso como Rey con la unidad y la permanencia de España

En definitiva, todo ello ha supuesto la culminación de un inaceptable intento de apropiación de las instituciones históricas de Cataluña. Esas autoridades, de una manera clara y rotunda, se han situado totalmente al margen del derecho y de la democracia. Han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente su vida en común.

Por todo ello y ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía".

¡Dios, qué cambio! ¿Qué ha sucedido para que el Rey hace tan solo un año dijera a los españoles las palabras que aquí reproduzco y hoy, anoche, dijera las que dijo?. Pues, a buen entendedor con pocas palabras basta. Ha sucedido que los independentistas han ganado, o están ganando la guerra, y que ya será casi imposible detener la Independencia de Cataluña y la proclamación de la República catalana, al menos por la vía democrática, porque tal y como están las cosas ahora mismo, o donde las ha llevado el "traidor" Sánchez Castejón, ni el 155 sería suficiente Está claro que si con aquel discurso del 3 de octubre se ganó a muchos millones de españoles,incluyendo a los millones de catalanes que no quieren dejar de ser españoles, el discurso de anoche ha sido como un jarro de agua fría desfavorable para el Monarca. Tal vez por eso ya he leído que muchos ciudadanos han calificado el discurso como "el discurso de la desilusión".

Hay otro tema que resaltan muchos comentaristas, la dedicación especial que tuvo para los jóvenes. En realidad, casi todo el discurso estuvo dedicado a ellos. Lo que me hace pensar que al Rey ya le habrá llegado el Referéndum que se ha celebrado estos meses en algunas Universidades españolas. Según mis noticias en la Universidad de Madrid ha sido contundente. A la pregunta de "¿Monarquía o República?"  12.000 universitarios y profesores han votado a favor de la República y sólo 3.000, a favor de la Monarquía... y esto sí ha debido causar impacto en los ánimos del Rey (aunque sólo fuese como un juego de niños), de ahí tal vez su atención especial a los jóvenes en su discurso de anoche.

Lo siento, pero " Eppur si muove".

Tribuna de opinión de nuestro analista Lucio Séneca

 

El Cierre Digital no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta sección que se hacen a título particular.

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