26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

Patio de columnas

José Francisco Roldán

Acaparadores

/ Che Guevara.

Entre la pléyade de grupos repletos de voluntarios regalando tiempo y dedicación solemos encontrar una mala hierba sirviendo intereses ideológicos que se apropian de problemáticas sociales, evidentes y cuestionables, acaparando su protagonismo conformando burocracias para succionar recursos públicos y emplear militantes, que asegurarán sus futuros con imposturas interesadas. Una vez irradiada su influencia, perfectamente pergeñada, se dedican a divulgar datos sin rigor usando eslóganes diseñados por quienes regalan dinero.

Cuando la alternancia del poder coloca a esas mentes hipotecadas en el otro lado no tardan en movilizarse para minar el prestigio ajeno protagonizando espectáculos callejeros enarbolando banderas y cartelería que busca recuperar el control político. Cada iniciativa, aparentemente solidaria, está diseñada para gastar en beneficio de unos, en detrimento de otros, ofertando palabrería falsa que sirva para sus fines. Para alcanzar grandes cotas de protagonismo, se hace imprescindible la colaboración interesada de voceros e intermediarios publicitarios, adecuadamente instalados en medios de comunicación, enraizados con el poder político, dispuestos a gritar, menospreciar, insultar o difundir cualquier noticia o anécdota que pueda causar deterioro en la imagen del oponente.

Y todo, como es lógico, agarrados a la ubre generosa que, como dicen algunos, no es de nadie. Muchos expertos, ajenos a esos bandos interesados en amasar poder, se empeñan en estudiar las evoluciones sociales escudriñando determinadas iniciativas globales para derrumbar mitos perfectamente construidos con la propaganda más infecta, basada en falacias y seguidismos de adeptos justificando lo que consideran la reserva moral del mundo.

Muchos ignorantes idolatran al Che Guevara como ejemplo de virtudes, incluso reconocido como icono de la moralidad, sin detenerse en conocer su verdadero comportamiento frente a esos aspectos sociales que su ideología pretende acaparar y defender. Nadie se ha preocupado de conocer su modo de castigar a los homosexuales cubanos, como otros países controlados por la misma ideología excluyente y sectaria, que se arroga el protagonismo acaparando la defensa absoluta de los colectivos formados por ciudadanos que merecen mucho más respeto y atención que tanta monserga publicitaria, sin más interés que sumar dinero e influencia social.

Algunos grupos, disimulando en lo que consideran igualdad, muestran comprensión o callan cuando se trata de costumbres llegadas del exterior que atentan gravemente contra derechos disfrazados con herencias culturales. Acumulan despachos, mobiliario, material informático, dietas, gastos y puestos de trabajo regalados por adhesión y militancia sin someterse a requisitos legales como formación, mérito y capacidad, mostrando una inusitada eficacia para restar del presupuesto público. El objetivo esencial para el que debería destinarse la financiación obtenida queda pendiente, si llega.

Acaparan todo menos vergüenza. Y esos que se dedican a contrastar palabras con hechos nos recuerdan curiosidades palmarias, que muchos no se resisten a divulgar.  No se ha conocido relevancia mundial de mujeres en ese universo protagonizando el horror. Esos resortes del poder global siguen acaparando el pacifismo, pero en sociedades democráticas. Lo que llaman izquierda, aunque muchos no entienden ese modo de ubicar a los ciudadanos, como determinadas ideologías y religiones, persigue con rigor la contestación y diversidad en las ideas o comportamientos, sin embargo, donde los derechos sociales alcanzan cotas aceptables, esas banderas ideológicas se apropian del protagonismo social acaparando influencia para fiscalizar al oponente.

Las naciones más contaminantes son gobernadas implacablemente por ideologías excluyentes, pero en las democracias ejercen un ecologismo militante para fustigar y cobrar con denuedo. La solidaridad de verdad, la que da de comer y regala compasión, está en otras puertas, también denostadas por sectarios que protagonizan luchas falsas, porque no son más que acaparadores sociales.

El Cierre Digital no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta sección que se hacen a título particular.

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