El restaurante Casa Parrilla, el 'templo de la caza' en Ventas con Peña Aguilera
Fundado en 1992 por Guadalupe Cepeda y su hijo Álvaro Parrilla, es emblema de la provincia de Toledo.
Reconozco mi debilidad gastronómica por la caza. Ya desde pequeño corría a ponerme al lado de Venilde, esa cocinera de La Herrera en Albacete, que en sus pucheros con leña de carrasca, conseguía arroces de perdiz y liebre realmente sublimes en aquellas mañanas heladas de mi infancia albaceteña .
He seguido cultivando mi afición por la caza y sigo disfrutando del gran recetario que la gastronomía española ofrece en todas las versiones posibles, desde grandes asados de jabalí, venado, gamo, corzo, etc, hasta verdaderas delicias con la reina de la aves cinegéticas, la perdiz roja de monte como protagonista: escabeches, estofadas, con chocolate, rellenas, a la cazadora, etc.
Buen reflejo de ello es el recetario de caza de la gran cocinera manchega, Carmina Useros, imprescindible en una biblioteca que se preste, un verdadero compendio gastronómico de como la caza se transforma en arte en los fogones.
Un 'templo de la caza' en Toledo
En mis escapadas a Navalpino, pueblecito del corazón del Parque Nacional de Cabañeros, me gusta parar en Ventas con Peña Aguilera, cuna de los Montes de Toledo y otrora paraíso de los compradores de artículos de piel. Allí se encuentra un templo de la cocina cinegética y micológica, Casa Parrilla, de la familia Cepeda Parrilla.
Doña Guadalupe y su marido Alvaro Parrilla abrieron este local en 1992 y desde entonces de sus fogones salen a diario suntuosos y aromáticos platos basados en la caza y las setas del entorno con un toque de modernidad, que hacen las delicias del comensal: entrantes como níscalos y pato azulón en escabeche, boletus salteados con migas y huevos camperos, maravillosas cecinas de jabalí y venado aromatizas con tomillo. Sólo un pero, la ensalada de perdiz escabechada resultó algo insulsa y cubierta por una tortita de remolacha que no aportaba nada.
Con los platos principales, el festival es abrumador: melosas carrilladas de jabalí con puré de trompeta de los muertos, paletilla de jabalí asada a baja temperatura y terminada en carbón de encina, maravilla de sabor que destilaba aromas a bosque mediterráneo. Va acompañada de parmentier de escorzonera y chirivía, hortalizas de la zona que rematan un plato sublime. Muchos platos quedaron por probar, como el arroz meloso de conejo de campo y setas silvestres o un prometedor steak tartar de gamo y su tuétano asado, entre otros.
A la hora de los postres nos decidimos por el cremoso de azafrán manchego relleno de mango, crujiente de vainilla, lima y chocolate. Realmente delicioso. Me recordó aquel famoso helado de azafrán que el gurú de la cocina manchega, Manuel de la Osa, preparaba en Las Rejas de Las Pedroñeras.
Una extraordinaria tabla de quesos con mas de 40 variedades, para quien se atreva a seguir y una espléndida e inusual bodega de vinos y generosos, convierten esta experiencia en una de las más gratificantes de este raro invierno, donde las grullas del Parque de Cabañeros anuncian una adelantada primavera.
CASA PARRILLA
Puntuación: 7.5/10
Dirección: Avenida de Toledo 1 45127 Las Ventas con Peña Aguilera . Toledo
Teléfono: 925 418 207
Precio medio: 50 eu
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