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Persona sentada con jeans usando un teléfono móvil para comprar ropa en línea
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El nuevo consumidor digital en España: compras impulsivas y arrepentimiento

El auge del consumidor digital: compras impulsivas en segundos y con el móvil como principal aliado.

El consumidor digital en España, cada vez más influenciado por la inmediatez de la tecnología, se ha vuelto el protagonista de una marea de compras repentinas. Resulta curioso cómo el 35,44% de los españoles no solo compra por impulso al menos un par de veces al mes, sino que además experimenta después cierta montaña rusa de sensaciones. De hecho, el 30,33% suele confesar arrepentimiento justo tras finalizar la compra, como si de un pequeño choque emocional se tratara. Según el observatorio de Hostinger sobre la transformación digital de 2025, este patrón impulsivo define la dinámica del consumo en un entorno cada día más digital, y eso tiene mucho que ver con la manera en que Internet está cambiando la forma en la que sentimos y decidimos en segundos.

Por cierto, conviene advertir que este comportamiento no es casual ni fruto solo del azar cotidiano. Detrás de estos impulsos, hay tendencias culturales muy marcadas que se han acentuado porque rara vez los españoles sienten que sus compras digitales dependen únicamente de su voluntad. A veces, de hecho, parece que las plataformas tuvieran vida propia y nos empujaran a actuar casi sin darnos cuenta.

¿Qué plataformas y factores desencadenan las compras impulsivas?

No hay que ser un experto en psicología para notar que el entorno digital está perfectamente construido para hacernos comprar antes de que lo pensemos dos veces. Sin rodeos, los marketplaces mandan. Son como esos escaparates tentadores llenos de luces que, desde la pantalla, llaman nuestra atención cuando menos lo esperamos. De hecho, la mayor parte de estas compras espontáneas nacen ahí, en plataformas que conocen muy bien nuestros gustos.

  • Marketplaces como Amazon, Temu o Shein: Si imaginamos que la mitad de nuestros impulsos nacen en un solo lugar, no estamos exagerando. El 50,56% de los consumidores señala estos mercados digitales como la razón de sus compras imprevistas, y es fácil entender por qué: todo parece más fácil y rápido allí.
  • Redes sociales: TikTok, Instagram, YouTube... En estas plataformas el usuario cae a menudo en la tentación, ya que el 20,78% de los impulsos de compra procede directamente de su influencia. Es como si los algoritmos fueran pequeños vendedores que conocen nuestras debilidades, presentándonos justo lo que queremos en el momento oportuno.

Quizá lo que más asombre a quien observa estas tendencias es la velocidad con la que se pueden finalizar las compras, lo cual convierte el deseo en compra en solo un parpadeo. Un diseño irresistible unido a la facilidad de pago acaba por dar el empujón definitivo, dejando poco margen para la reflexión.

¿Quién es el comprador impulsivo en España?

Probablemente muchos imaginarían que solo los jóvenes practican compras espontáneas, pero el fenómeno atraviesa generaciones. Eso sí, la Generación Z va a la cabeza, aunque cada vez más personas mayores reconocen que no pueden resistirse a la tentación cuando están frente a una pantalla. En realidad, los hábitos digitales han conseguido romper viejos esquemas.

El perfil por generación

Aunque la Generación Z parece nadar como pez en el agua en el comercio online, los Millennials no se quedan demasiado rezagados. Incluso los Boomers empiezan a sentirse atraídos por la facilidad de comprar desde casa, aunque en menor medida. Claramente, el comercio digital ha convencido a muchos, no solo a los nativos tecnológicos.

GeneraciónPorcentaje que gasta más por la facilidad online
Generación Z64%
Millennials51%
Generación X32%
Boomers17%

Entre los detalles que sorprenden, destaca que el 67% de Boomers y la mitad de la Generación X admiten que, aunque su porcentaje de gasto es menor, han dado un salto notable en este tipo de compras durante los últimos años.

La influencia del nivel de estudios e ingresos

Sorprendentemente, el nivel de estudios y el dinero en el bolsillo siguen marcando el ritmo. Quienes tienen estudios superiores y altos ingresos disfrutan (y padecen) las ventajas de la compra digital con más frecuencia. Para quienes superan los 3.000 € al mes o han pasado bastantes años formándose, comprar por Internet se ha vuelto casi rutinario, mientras que en quienes tienen menos recursos o menor formación, la frecuencia cae notablemente. Además, cada vez son más las mujeres jóvenes que encabezan la estadística, lo que demuestra lo cambiante y abierto del panorama actual.

¿Qué productos se compran más y cómo se paga?

Sin dar demasiadas vueltas, hay un actor indiscutible en esta historia: el teléfono móvil. Es como la navaja suiza de cualquier comprador digital; todo cabe en su pantalla y, con un par de clics, puede convertir una tarde aburrida en una sesión de compras inesperadas.

¿Qué rol juega el móvil en este proceso?

Hoy, casi ocho de cada diez consumidores españoles son fieles a sus móviles para hacer compras. Y no es solo por moda: la comodidad y la rapidez juegan un papel insuperable, impulsando transacciones impulsivas como si fueran decisiones cotidianas y sin darle muchas vueltas.

¿Qué categorías de productos son las más populares?

El menú de tentaciones es amplio, pero hay clásicos que nunca faltan. Habitualmente, nos dejamos llevar por prendas de ropa, entradas para eventos, servicios de entrega de comida o alguna que otra suscripción digital.

  • Ropa
  • Entradas para eventos
  • Contenidos digitales
  • Cosméticos
  • Servicios de entrega de comida a domicilio

¿Se prefieren los pagos aplazados?

No podemos negar que la flexibilidad suena atractiva, sobre todo entre los más jóvenes. No obstante, la realidad es que solo un 34% suele decantarse por marcas que ofrezcan pagos a plazos; al parecer, los españoles todavía prefieren dejar el capítulo de la deuda para otras ocasiones, distanciándose de la media europea y dejando claro que el abono directo sigue reinando.

El consumidor español de hoy no solo es joven sino práctico, móvil y muy emocional. Vive rodeado de estímulos tecnológicos que transforman pequeños deseos en compras reales. Mientras tanto, empieza a florecer una conciencia mucho más clara sobre la necesidad de gestionar esos impulsos. De hecho, cada vez son más los que buscan recursos y trucos para evitar dejarse llevar, como si necesitaran tener un ancla firme en medio de una corriente tecnológica imparable. Seguro que estos vaivenes entre el impulso y el autocontrol marcarán el verdadero rumbo del consumo digital en los próximos años.

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