Mucho cuidado: la multa que te pueden poner por conducir el coche de un fallecido
Estamos hablando de una sanción de carácter 'grave', según expone el Reglamento General de Circulación
Conducir un coche registrado a nombre de una persona fallecida puede parecer una situación inofensiva, especialmente si el vehículo pertenecía a un familiar cercano.
Sin embargo, es importante saber que la Dirección General de Tráfico (DGT) puede imponer una multa significativa por hacerlo. Hoy, te explicamos qué implica esta situación y cómo puedes evitar sanciones innecesarias.
¿Qué sucede con un coche cuando fallece su titular?
Cuando el propietario de un coche fallece, el vehículo no puede seguir circulando legalmente bajo su nombre. La ley establece que, tras el fallecimiento, el coche debe pasar a nombre de un nuevo titular. Este será el responsable de cumplir con las obligaciones legales: pago de impuestos, seguros y las posibles multas que puedan surgir.
El vehículo de una persona fallecida debe ser registrado nuevamente en la DGT, a nombre de uno de sus herederos. Este trámite es obligatorio y, si no se realiza, el coche no podrá circular legalmente por las vías públicas.
La multa de la DGT si te pilla conduciendo un coche a nombre de un fallecido
Si conduces un coche cuyo titular ha fallecido y no has realizado el cambio de titularidad en la DGT, te expones a una multa. La DGT considera que el coche está circulando de forma irregular, ya que su situación administrativa no es la correcta. La multa por este incumplimiento es de 200 euros.
Además, es importante mencionar que este tipo de situaciones también pueden tener consecuencias legales más serias. Hablamos si el vehículo se ve involucrado en un accidente o infracción de tráfico. Al no estar correctamente registrado, podría complicarse la resolución de cualquier problema legal que surja a raíz del uso del coche.
Así puedes evitar la multa de la DGT
La mejor manera de evitar una multa por conducir un coche de un fallecido es realizar el trámite de cambio de titularidad lo antes posible. Este proceso debe hacerse en la Jefatura Provincial de Tráfico correspondiente. Y se requiere la documentación que acredite el fallecimiento del titular y la adjudicación del vehículo a uno de los herederos.
Es fundamental no dejar pasar mucho tiempo antes de realizar este trámite y el coche no debería circular hasta que se cambie la titularidad. Esto no solo te protege de una multa, sino que también asegura que el coche cumpla con todos los requisitos legales para circular. Hablamos del seguro obligatorio y el pago del impuesto de circulación.
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