Logo El Cierre Digital
Ruinas de una estructura antigua tallada en roca roja bajo un cielo despejado.
OCIO

La historia de la ciudad de Termes, una 'joya' de la cultura rupestre en Soria

Esta ciudad ofrece una mezcla de arquitectura natural y artesanía rupestre que aún hoy sigue siendo enigmática

Termes, Termancia, Tiermes...son sinónimos de nombres que señalan una majestuosa ciudad excavada en roca que representa uno de los monumentos de arqueología y arquitectura rupestre más importantes de España.

Resulta sumamente curioso comprobar que, a pesar de estar convenientemente señalada en los mapas, pocas personas han oído hablar de la ciudad de Termes. Dicho emplazamiento se halla enclavado en el suroeste de la provincia de Soria, dentro del término municipal de Montejo de Tiermes, al norte de la Sierra de Pela (divisoria de aguas de las cuencas del Duero y Tajo).  Termes es algo más que unas ruinas como señalan arqueólogos e historiadores.

Su esplendor descansa en su propia construcción, en esa dinámica de formas naturales, cargadas de un sentido armónico preciso y perfecto, donde el realismo de sus formas pulidas artesanalmente en la roca, nos hablan de un enigma que, hoy día, todavía nos resulta ajeno. Hemos de sumergirnos en Termes (empleamos esta denominación porque creemos que se ajusta más ala propia realidad de esta ciudad, que los de Termancia o Tiermes que usualmente suelen designarla) por sus calles sabiamente talladas, marcadas con un sentido eminentemente práctico que nos hacen pensar en sus insignes constructores. Algo no encaja en Termes...

Termes, la ciudad milenaria de Soria

La historia tradicional, la ciencia oficial a través de la Arqueología nos habla, hasta el presente, poco acerca de su origen más remoto...que vamos a intentar descifrar. Para ello, es necesario situar con precisión las diversas etapas por las que ha pasado Termes. La primera de todas, la que ha guiado nuestro trabajo y consideramos más importante desde el punto de vista testimonial y vital de la historia, corresponde a momentos que se pierden en la tradición de nuestros ancestros. El enigma de sus constructores hemos de buscarlo y situarlo en su realidad:  los hombres daban un gran valor a la piedra, a su talla, pero permitiendo que conservara su armonía rítmica, esa propiedad natural que tan escasa resulta actualmente en las construcciones de modernos y “confortables” macroedificios

A pesar de la carencia de datos constatables, resulta una evidencia insuficiente la hipótesis celtibérica como génesis de la ciudad. Datos oficiales basados en restos arqueológicos de la necrópolis celtibérica (los Arévacos son los primeros pobladores registrados en Termes) datan a la ciudad de la segunda mitad del siglo VI a. C; Termes no sucumbe al yugo romano hasta el año 98 a. C. Es decir, posterior a la caída de Numancia. La historia parece ofrecer pocas dudas, apuntando a un origen troglodita en la esencia de Termes. Es posible reflexionar en el sentido de poder encontrarnos ante la mayor ciudad troglodita de España perdida hace miles de años.

No vamos a caer en el infantil sentido que usualmente suele darse al interpretar situaciones de las que existe carencia de datos. ¡Reconstruyamos el rompecabezas de una civilización que se pierde en la noche de los tiempos! Como indicábamos anteriormente, Termes es algo más que una ciudad, más que unas ruinas. En su seno se dan cabida a diferentes y variadas culturas. Por sus piedras, muros, edificios, calles, ha pasado el tiempo...y los hombres: trogloditas, arévacos, romanos, visigodos. ¡Cuanta riqueza encierra Termes! El humanismo de sus piedras respira paz y armonización con la naturaleza en un sentido cósmico de integración. Recorramos aquella parte de la ciudad apenas contaminada.

Un enclave único en Soria

El cerro donde se sitúa Termes es centro geográfico privilegiado de la zona. La parte sur la encontramos en un estado de tal grado de pureza y fidelidad a su primitiva construcción que pueden hacernos imaginar sino sería un componente iniciático que posteriores pueblos quisieron respetar y preservar. En la parte más alta del cerro y por extensión de la ciudad, se encuentra lo que pudo haber significado un centro de iniciación en los misterios de la naturaleza y del cosmos; dicho lugar, libre de objetos que puedan obstaculizar la perfecta visión del entorno –se siente la fuerza de la vida al unirse en cuerpo/alma/espíritu en armonía con la naturaleza- es propio al recogimiento y armonización interior.

A lo largo de nuestro recorrido encontramos calles, plazas, casas, probablemente un anfiteatro, acueductos o construcciones militares... ¡todas excavadas en la roca! Aún hay más. La parte alta del cerro posee comunicación con la parte sur por vía de una calle tallada en la propia roca. La “Puerta del Oeste” da entrada y comunicación a dicho cerro y por extensión a toda esta parte de la ciudad. El pasillo de la “Puerta del Oeste” comprende dos partes diferentes que permite el acceso a la totalidad del asentamiento de Termes.

La primera parte comprende un pasillo alargado, con una longitud aproximada de sesenta metros (señalamos el detalle de que aproximadamente en el centro de este primer tramo de la “Puerta del Oeste” se conservan huellas de la colocación de soportes de madera de una doble puerta que incomunicaba el exterior con el centro neurálgico de la ciudad). Por el contrario, el segundo tramo de la rampa (la “Puerta del Oeste” posee una significativa ascensión en rampa) tiene una longitud de veinticinco metros, siendo su anchura de tres metros hasta el final, donde alcanza los cuatro metros. Son algunos datos –de la gran cantidad que podíamos señalar- que creemos suficientemente interesantes para reflejar la importancia de la ciudad

La “Puerta del Sol” es la otra gran vía de entrada a Termes. Su orientación es Sureste y se halla excavada en la propia roca arenisca –constante en Termes- ¿Qué podríamos decir si observamos con detenimiento, si recorremos la monumentalidad que significa el edificio conocido como el “anfiteatro” de Termes? Su localización, junto a la “Puerta del Sol”, ofrece una amplia panorámica. Su construcción consta de una gradería labrada en la roca y dividida en varios tramos; representa sus gradas siguiendo la propia estructura del terreno (en contraposición a la forma semicircular de la cávea del teatro romano), conformando una línea compuerta de tramos rectos y otros un poco curvados; tiene una anchura de sesenta metros.

Fuera anfiteatro, teatro, lugar destinado a juegos, espectáculos o de sacrificios, lo que resulta evidente es su componente de utilidad pública. Quizás debamos buscar la respuesta más allá de la simple observación y quedarnos con el componente ritualista que respira toda la ciudad de Termes.

Vista aérea de un sitio arqueológico en una zona desértica.
Ruinas | El Cierre Digital

Todavía recordamos nuestros recorridos por la galería subterránea (antaño denominada por los naturales del lugar con el nombre de “cañón”) que para algunos iniciados en la cultura druida, significan puntos esenciales de un recorrido de progreso energético de fuerza superior. Por nuestra parte, no pretendemos afirmar tal postulado, pero bien es cierto que se percibe una sensación de quietud, posibilitando un estado de relajación físico-emocional considerable en puntos concretos de la galería. Quizás dicha galería sea parte de un acueducto realizado por los romanos...Quizás...Sólo quizás. Lo importante es poder sumergirse por su oscuro, estrecho, curvado y bajo pasadizo que puede hacernos evocar o desarrollar aspectos o momentos significativos de nuestra existencia.

La monumental ciudad de Termes es mucho más que unos fríos datos de contenido aritmético y arquitectónico. Queremos hacer hincapié en su posible simbolismo, en su componente energético y espiritual. Pero resulta difícil expresar el impacto que Termes despierta en las conciencias. El hombre contemporáneo, tecnológico, ubicado en el siglo XXI se aleja drásticamente de su contacto con la naturaleza y el cosmos integrador. Es necesario no olvidar el papel fundamental que el ser humano parece haber relegado: ser parte del todo en armonía. Respetar nuestro pasado, nuestro origen es comprender y dar sentido al presente, llenándolo de autenticidad. Dar sentido al presente es preparar un futuro lleno de esperanza y conocimiento positivamente constructivo.

Ciudades hermosas, armónicas e integradoras del hombre con la naturaleza y la energía de la vida son la única posibilidad de humanizar nuestra especie. Termes es, sin ninguna duda, una ciudad plenamente humanista. ¡Para sentirla y vivirla!.

Termes, Termancia, Tiermes...son sinónimos de nombres que señalan una majestuosa ciudad excavada en roca que representa uno de los monumentos de arqueología y arquitectura rupestre más importantes de España.

Resulta sumamente curioso comprobar que, a pesar de estar convenientemente señalada en los mapas, pocas personas han oído hablar de la ciudad de Termes. Dicho emplazamiento se halla enclavado en el suroeste de la provincia de Soria, dentro del término municipal de Montejo de Tiermes, al norte de la Sierra de Pela (divisoria de aguas de las cuencas del Duero y Tajo).  Termes es algo más que unas ruinas como señalan arqueólogos e historiadores.

Su esplendor descansa en su propia construcción, en esa dinámica de formas naturales, cargadas de un sentido armónico preciso y perfecto, donde el realismo de sus formas pulidas artesanalmente en la roca, nos hablan de un enigma que, hoy día, todavía nos resulta ajeno. Hemos de sumergirnos en Termes (empleamos esta denominación porque creemos que se ajusta más ala propia realidad de esta ciudad, que los de Termancia o Tiermes que usualmente suelen designarla) por sus calles sabiamente talladas, marcadas con un sentido eminentemente práctico que nos hacen pensar en sus insignes constructores. Algo no encaja en Termes...

Termes, la ciudad milenaria de Soria

La historia tradicional, la ciencia oficial a través de la Arqueología nos habla, hasta el presente, poco acerca de su origen más remoto...que vamos a intentar descifrar. Para ello, es necesario situar con precisión las diversas etapas por las que ha pasado Termes. La primera de todas, la que ha guiado nuestro trabajo y consideramos más importante desde el punto de vista testimonial y vital de la historia, corresponde a momentos que se pierden en la tradición de nuestros ancestros. El enigma de sus constructores hemos de buscarlo y situarlo en su realidad:  los hombres daban un gran valor a la piedra, a su talla, pero permitiendo que conservara su armonía rítmica, esa propiedad natural que tan escasa resulta actualmente en las construcciones de modernos y “confortables” macroedificios.

A pesar de la carencia de datos constatables, resulta una evidencia insuficiente la hipótesis celtibérica como génesis de la ciudad. Datos oficiales basados en restos arqueológicos de la necrópolis celtibérica (los Arévacos son los primeros pobladores registrados en Termes) datan a la ciudad de la segunda mitad del siglo VI a. C; Termes no sucumbe al yugo romano hasta el año 98 a. C. Es decir, posterior a la caída de Numancia. La historia parece ofrecer pocas dudas, apuntando a un origen troglodita en la esencia de Termes. Es posible reflexionar en el sentido de poder encontrarnos ante la mayor ciudad troglodita de España perdida hace miles de años.

No vamos a caer en el infantil sentido que usualmente suele darse al interpretar situaciones de las que existe carencia de datos. ¡Reconstruyamos el rompecabezas de una civilización que se pierde en la noche de los tiempos! Como indicábamos anteriormente, Termes es algo más que una ciudad, más que unas ruinas. En su seno se dan cabida a diferentes y variadas culturas. Por sus piedras, muros, edificios, calles, ha pasado el tiempo...y los hombres: trogloditas, arévacos, romanos, visigodos. ¡Cuanta riqueza encierra Termes! El humanismo de sus piedras respira paz y armonización con la naturaleza en un sentido cósmico de integración. Recorramos aquella parte de la ciudad apenas contaminada.

Un enclave único en Soria

El cerro donde se sitúa Termes es centro geográfico privilegiado de la zona. La parte sur la encontramos en un estado de tal grado de pureza y fidelidad a su primitiva construcción que pueden hacernos imaginar sino sería un componente iniciático que posteriores pueblos quisieron respetar y preservar. En la parte más alta del cerro y por extensión de la ciudad, se encuentra lo que pudo haber significado un centro de iniciación en los misterios de la naturaleza y del cosmos; dicho lugar, libre de objetos que puedan obstaculizar la perfecta visión del entorno –se siente la fuerza de la vida al unirse en cuerpo/alma/espíritu en armonía con la naturaleza- es propio al recogimiento y armonización interior.

A lo largo de nuestro recorrido encontramos calles, plazas, casas, probablemente un anfiteatro, acueductos o construcciones militares... ¡todas excavadas en la roca! Aún hay más. La parte alta del cerro posee comunicación con la parte sur por vía de una calle tallada en la propia roca. La “Puerta del Oeste” da entrada y comunicación a dicho cerro y por extensión a toda esta parte de la ciudad. El pasillo de la “Puerta del Oeste” comprende dos partes diferentes que permite el acceso a la totalidad del asentamiento de Termes.

La primera parte comprende un pasillo alargado, con una longitud aproximada de sesenta metros (señalamos el detalle de que aproximadamente en el centro de este primer tramo de la “Puerta del Oeste” se conservan huellas de la colocación de soportes de madera de una doble puerta que incomunicaba el exterior con el centro neurálgico de la ciudad). Por el contrario, el segundo tramo de la rampa (la “Puerta del Oeste” posee una significativa ascensión en rampa) tiene una longitud de veinticinco metros, siendo su anchura de tres metros hasta el final, donde alcanza los cuatro metros. Son algunos datos –de la gran cantidad que podíamos señalar- que creemos suficientemente interesantes para reflejar la importancia de la ciudad

La “Puerta del Sol” es la otra gran vía de entrada a Termes. Su orientación es Sureste y se halla excavada en la propia roca arenisca –constante en Termes- ¿Qué podríamos decir si observamos con detenimiento, si recorremos la monumentalidad que significa el edificio conocido como el “anfiteatro” de Termes? Su localización, junto a la “Puerta del Sol”, ofrece una amplia panorámica. Su construcción consta de una gradería labrada en la roca y dividida en varios tramos; representa sus gradas siguiendo la propia estructura del terreno (en contraposición a la forma semicircular de la cávea del teatro romano), conformando una línea compuerta de tramos rectos y otros un poco curvados; tiene una anchura de sesenta metros.

Fuera anfiteatro, teatro, lugar destinado a juegos, espectáculos o de sacrificios, lo que resulta evidente es su componente de utilidad pública. Quizás debamos buscar la respuesta más allá de la simple observación y quedarnos con el componente ritualista que respira toda la ciudad de Termes.

Es indudable que puede resultar no exento de dificultad discernir en algunos puntos concretos –diríamos que incluso estratégicos- de Termes los diferentes procesos culturales que se han dado cita a lo largo de la historia; es decir, sobre primitivos asentamientos florecieron culturas divergentes, celtíberos y romanos, principalmente, que transformaron su primitivo paisaje y característica esencial (trabajar es transformar la naturaleza). No obstante, existe una homogeneidad, claridad de diseño y construcción tan evidente que hacen de Termes una joya de la cultura rupestre.

Todavía recordamos nuestros recorridos por la galería subterránea (antaño denominada por los naturales del lugar con el nombre de “cañón”) que para algunos iniciados en la cultura druida, significan puntos esenciales de un recorrido de progreso energético de fuerza superior. Por nuestra parte, no pretendemos afirmar tal postulado, pero bien es cierto que se percibe una sensación de quietud, posibilitando un estado de relajación físico-emocional considerable en puntos concretos de la galería. Quizás dicha galería sea parte de un acueducto realizado por los romanos...Quizás...Sólo quizás. Lo importante es poder sumergirse por su oscuro, estrecho, curvado y bajo pasadizo que puede hacernos evocar o desarrollar aspectos o momentos significativos de nuestra existencia.

La monumental ciudad de Termes es mucho más que unos fríos datos de contenido aritmético y arquitectónico. Queremos hacer hincapié en su posible simbolismo, en su componente energético y espiritual. Pero resulta difícil expresar el impacto que Termes despierta en las conciencias. El hombre contemporáneo, tecnológico, ubicado en el siglo XXI se aleja drásticamente de su contacto con la naturaleza y el cosmos integrador. Es necesario no olvidar el papel fundamental que el ser humano parece haber relegado: ser parte del todo en armonía. Respetar nuestro pasado, nuestro origen es comprender y dar sentido al presente, llenándolo de autenticidad. Dar sentido al presente es preparar un futuro lleno de esperanza y conocimiento positivamente constructivo.

Ciudades hermosas, armónicas e integradoras del hombre con la naturaleza y la energía de la vida son la única posibilidad de humanizar nuestra especie. Termes es, sin ninguna duda, una ciudad plenamente humanista. ¡Para sentirla y vivirla!.

➡️ Turismo ➡️ Ocio

Más noticias: