26 de abril de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

El mandatario del Vaticano ha sido muy crítico contra Europa, la difamación y a favor de dotar a la Iglesia con un "estilo femenino"

Analizamos punto por punto la entrevista del Papa Francisco con Jordi Évole: desde la inmigración hasta la desinformación

El Papa Francisco habló de la acogida de inmigrantes, de feminismo y de memoria histórica en la entrevista con Jordi Évole
El Papa Francisco habló de la acogida de inmigrantes, de feminismo y de memoria histórica en la entrevista con Jordi Évole / Europa Press
No todos los días se tiene la oportunidad de escuchar al líder de la iglesia católica respondiendo las preguntas de un periodista durante una hora. ‘Salvados’ ha vuelto a enmarcar un momento de oro en la historia de nuestra televisión pudiendo entrevistar a Jorge Mario Bergoglio, más conocido como Francisco I.

No todos los días se tiene la oportunidad de escuchar al líder de la iglesia católica respondiendo las preguntas de un periodista durante una hora. ‘Salvados’ ha vuelto a enmarcar un momento de oro en la historia de nuestra televisión pudiendo entrevistar a Jorge Mario Bergoglio, más conocido como Francisco I. Un encuentro en el que a pesar de reconocer de que sus asesores le miden las palabras al máximo el Santo Padre ha hecho un repaso de la actualidad de nuestro mundo, siendo muy crítico con Europa y con las nuevas formas de comunicación.

En un sobrio salón del Vaticano, donde solo había una mesa y dos sillas, es era el lugar elegido para que Francisco y Jordi Évole charlaran durante una hora. Siendo la inmigración y las crisis migratoria de refugiados el eje vertebrador de la entrevista y el motivo de la misma, el Santo Padre aprovechó para valorar esta problemática como “una injusticia” y catalogó de “insensibles” a los que defienden la no acogida de los inmigrantes poniendo el ojo en el Mediterráneo donde cada día pierden la vida muchos seres humanos. Francisco recordó que el continente europeo está hecho de inmigrantes como su día fueron los vikingos, los godos o los árabes en el caso español. La explicación que da el líder de la iglesia a esta falta de solidaridad de los pueblos es que “Europa ha envejecido de golpe, se olvidó de que después de la Segunda Guerra Mundial sus hijos fueron a tocar las puertas de América”.

No pasó por alto el detalle del famoso muro de Trump y dijo que “el que levanta uno acaba siendo prisionero de él” y tampoco desaprovechó el momento para hacer la crítica sibilina a España por no quitar las concertinas de la valla de Melilla, agregando que “es lo más inhumano que hay”. Además puso en consideración la labor de la organización de Proactiva Open Arms que tiene su barco parado en el puerto de Barcelona, diciendo que la ciudad sí que tiene una actitud de acogida y criticando las trabas puestas por el gobierno nacional.

A pesar de reconocer que no ve la televisión y que no consume redes sociales, el Papa diseccionó la actualidad en cuanto a la nueva era de la comunicación. Esa donde “la información es tipo flash y donde el interés dura tres o cuatro días”.  Francisco ha enumerado los cuatro pecados de la comunicación donde está la desinformación, la calumnia, la difamación y la tendencia por la cosa sucia, lo que él ha definido como el escándalo. Y todo esto es el inicio de lo que puede ser la doctrina del miedo, el cual ha mantenido que es el material con que se edifican las dictaduras. El que fuera cardenal de Buenos Aires ha acarreado una especial responsabilidad a los medios de comunicación para no incurrir en dichos pecados, poniendo como ejemplo las guerras olvidadas que se han producido en lugares como África o en concreto en Bangladesh donde el conflicto se extiende durante años.

El Papa también ha valorado otros temas de actualidad. Como la inhumación de los restos de Franco, donde ha pasado de perfil, aunque sin embargo ha revindicado “el derecho a la verdad y a una sepultura digna” de aquellos que buscan a sus familiares caídos en la Guerra Civil. Ha puesto como ejemplo lo vivido en sus propias carnes en la dictadura militar de Argentina. Sobre el feminismo ha corregido sus propias palabras sobre unas declaraciones vertidas hace unas semanas, ha querido dejar patente la necesidad de dotar a la iglesia de “un estilo femenino” porque eso trae mucha riqueza. Además, ha hablado de los casos de las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia. Ha animado a aquellos que no lo hayan hecho a denunciarlo. Mientras que también ha comentado que entiende la insatisfacción de lo poco que salió de cumbre de mandamases que se celebró sobre este asunto hace unas semanas. Francisco ha argumentado que hace falta tiempo porque se han puesto en marcha procesos para extirpar esta lacra. De lo contrario, todo se diluiría en el tiempo.

Mención aparte hay que dejar para Jordi Évole. Se ha puesto el traje de gran entrevistador, igual no es cañero, pero para este tipo de personajes no es recomendable. ‘Salvados’ va a camino de ser una referencia en entrevistas mundial como en su día lo fue Larry King. Porque esta entrevista no ha dejado indiferente a nadie, seguro que las audiencias lo corroboran, este encuentro con el Papa Francisco ya es historia de nuestra televisión.

Como todo buen periodista mucho hemos soñado con hacer aquella entrevista que diera la vuelta al mundo, que supusiera un antes y un después en la historia de nuestro país y que fuera guardada para ser recordada dentro de 20 años. Por suerte, Évole nos está acostumbrando mal. Por su programa han pasado las figuras más relevantes, ahora era el Papa Francisco, pero no hace mucho fue la de Maduro metiendo al dirigente venezolano en más de un embrollo. Unos destacados que se colaron en noticiarios de todo el planeta.

Otras entrevistas históricas

Este tipo de momentazos televisivos se llevan produciendo desde los principios de la mal denominada ‘la caja tonta’. Uno de ellos fue llevado al cine en 2008. Estamos hablando del encuentro que tuvieron el periodista australiano David Frost con el vilipendiado Richard Nixon. El entonces expresidente de los Estados Unidos de América había pasado tres años en silencio desde su dimisión por el caso Watergate y quería rendir cuentas para tratar de volver a la vida política. Lo que parecía un escenario favorable ante un Frost que era personaje venido desde el mundo del  espectáculo y que no manifestaba dotes para ser un entrevistador agresivo, el resultado fue todo lo contrario. Nixon perdió los papeles y acabó admitiendo las culpabilidades en el mayor escándalo de corrupción que ha vivido la Casa Blanca.

Dentro nuestras fronteras también hemos vivido interesantes entrevistas donde la tensión se cortaba con un cuchillo. El 9 de enero de 1995 Iñaki Gabilondo inauguraba un espacio en TVE donde charlaba con los grandes líderes del momento, el primero en sentarse con el periodista era el entonces presidente del gobierno Felipe González. Fue muy tensa, vimos a un Gabilondo sin tapujos buscando respuestas certeras. González estaba agobiado por la corrupción y dicha entrevista no le estaba dejando en buen lugar, tenía esquivar golpes como si hubiese sido un boxeador. Los GAL, la guerra sucia contra ETA, el denominado señor X… González estaba en las últimas y un año después acabaría cediendo la presidencia a José María Aznar. Aquella entrevista es una pieza de visualización que debe ser vista en las facultades de periodismo.

En 2011 fue otro combate dialectico de altura. Esta vez la entrevista era realizada por alguien de la escuela de Gabilondo pero mucho más joven, hablamos de Ana Pastor. La periodista, entonces trabajando en TVE, se desplazó a Teheran para hacer preguntas al polémico del entonces presidente de la República Islámica de Irán Mahmud Ahmadineyad. La cabeza visible del régimen iraní, en un intento de mostrar una imagen aperturista en un momento complicado, tuvo que lidiar con una Ana Pastor que mostraba las credenciales de lo que es hoy en día, ya que muchos descubrieron la que es en la actualidad es un referente informativo. Ahmadineyad tuvo que solventar como pudo la papeleta ante las preguntas incómodas que surgían ante los acontecimientos de la Primavera Árabe. Una crisis en los países de creencias musulmanes que estaba poniendo en dificultades a vecinos como Libia, donde Gadafi se encontraba en el principio del fin. La verdadera polémica en aquella entrevista fue el hiyad (el velo islámico), por exigencias de los iraníes Pastor tuvo que ponérselo, pero durante el paso de los minutos este se fue cayendo. Aquello provocó ríos de tinta puesto que eso se considera una ofensa por aquellos lugares.

No obstante, tampoco hace falta interpelar a un gran político para pasar a la historia. Tal fue el caso de lo vivido por Irma Soriano en Canal Sur. El 4 de diciembre de 1997, Ana Orantes estremeció a España entera. Una mujer que vivía un infierno en casa se atrevió a denunciar los malos tratos en televisión. Un testimonio brutal en una España que no estaba acostumbrada a hablar de violencia de género. Pues bien, días después su marido acababa salvajemente con ella. Una entrevista que ha sido considerada por muchos como el inicio para la lucha ante este tipo de maltrato.

Y es que este género periodístico siempre tendrá hueco. Es la estrella, que más allá de la innovación, siempre sobrevive. Larga vida a la entrevista que nos deja estos grandes momentos.

COMPARTIR: