Quién es Jacky Dejo, la controvertida influencer que posaba en bikini con solo 15 años
La neerlandesa Jacky ha crecido en redes sociales y se ha enfrentado a riesgos de acoso por parte de sus seguidores
Vivimos en una era donde las redes sociales han revolucionado la interacción y la autoexpresión de los jóvenes. La influencer Jacky Dejo, una snowboarder y modelo de trajes de baño neerlandesa, se ha convertido en una figura polémica cautivadora.
A sus 18 años, Jacky ha atraído la atención de miles de seguidores a través de su contenido en línea. Sus seguidores son en gran medida estadounidenses masculinos. Sin embargo, su ascenso en el ámbito digital ha estado marcado por desafíos y controversias.
Sus inicios como cautivadora influencer
Jacky Dejo inició su carrera en las redes sociales desde muy joven, aprovechando su habilidad en el snowboard y su atractivo físico. Fueron sus padres quienes la abrieron una cuenta de Facebook cuando apenas tenía 6 años. La principal intención era mostrar sus logros en el deporte que practicaba.
A medida que fue creciendo, comenzó a publicar imágenes más insinuantes en Instagram y a comercializar fotos. Esto la llevó a convertirse en una figura destacada en el ámbito de las influencers infantiles. A los 15 años ya estaba participando en la venta de contenido en línea, lo que marcó su entrada en una industria digital que a menudo presenta riesgos.
Desde el principio ha sabido conectar con su audiencia, creando contenido que combina su pasión por el deporte con su vida cotidiana. A medida que su popularidad aumentó, también lo hicieron las expectativas y la presión de sus seguidores.
Una plataforma de influencers controvertida
Recientemente Jacky ha liderado una plataforma de influencers que ha atraído muchos seguidores, incluidos menores. Aunque su sitio ha generado ingresos considerables, con Jacky recibiendo un 20% de las ganancias, la naturaleza del contenido ha generado polémicas. En su pico más alto de éxito, la plataforma llegó a recaudar hasta 100.000 dólares al mes, aunque la joven ha confesado solo cubrir costos.
A pesar de su éxito, Jacky se ha enfrentado a numerosos obstáculos. La presión de los padres y la preocupación por la seguridad de las menores han generado críticas sobre el tipo de contenido que se publica.
Jacky ha denunciado lo que ella denomina 'extorsión financiera' por parte de algunos padres, quienes buscan beneficiarse económicamente a expensas de sus hijas. En una entrevista, afirmó: “Todos quieren dinero y si algo sale mal, señalan hacia otro lado, nunca a sí mismos”.
La exposición en redes de los menores es un tema que particularmente en España es muy criticado. Son muchas las madres influencers que exponen la vida de sus hijos como parte de su contenido. O que incluso aparecen con ellos en colaboraciones con marcas.
En la aplicación de mensajería Telegram, hay multitud de acosadores que comparten entre ellos fantasías sexuales sobre menores. Perfiles de pederastia en estado puro.
Jacky ha tomado medidas para proteger a las chicas que publican en su plataforma. Pero la delgada línea entre lo legal y lo ético es difusa.
En un incidente, cuando una de las chicas publicó contenido explícito, Jacky lo eliminó. Pero antes, un chantajista tuvo acceso a las imágenes y las compartió en el colegio de la menor.
Una férrea lucha contra esos abusos
Jacky ha sido muy activa en la lucha contra el abuso en redes. Ha denunciado a las autoridades a varios depredadores y ha trabajado para proteger a las menores en su plataforma.
Sin embargo, ha expresado su frustración con el sistema, indicando que nos “enfrentamos a psicópatas todos los días” y “a nadie le importa”. Su experiencia con la policía ha sido decepcionante y carga con el peso de la responsabilidad de proteger a las jóvenes.
¿Moralidad en el mercado digital?
La creación de un mercado en línea para la venta de fotos de adolescentes ha sido otro aspecto controvertido de la carrera de Jacky. A través de plataformas como Upwork, Jacky contrató a un programador para construir su plataforma. Basada en un modelo similar a SelectSets, una plataforma que ha sido objeto de críticas por su contenido.
Jacky ha reclutado a chicas para unirse a su web, además de asesorarse por expertos en el campo. Aunque este enfoque ha sido cuestionado por muchos.
Pese a las críticas, Jacky ha defendido su trabajo y ha expresado que su intención es crear un espacio seguro para las chicas. Sin embargo, su contenido, aunque no incluye desnudos, es a menudo sexualizado. Lo que cuestiona la ética y moral de su plataforma.
Jacky ha admitido que sus clientes, en su mayoría hombres de Estados Unidos e India, han pagado sumas significativas por el acceso a su contenido. Factor que de nuevo plantea interrogantes sobre la explotación y la moralidad en el mundo digital.
El futuro incierto de Jacky
Con la reciente decisión de Jacky de cerrar su web, muchos se preguntan qué le deparará el futuro. A medida que navega por el complejo mundo de las redes sociales, Jacky ha demostrado ser una figura resiliente y astuta ante las adversidades. Sin embargo, su historia también sirve como un recordatorio de los peligros y desafíos que enfrentan los jóvenes en la era digital.
Jacky Dejo es un ejemplo de cómo las redes sociales pueden ofrecer oportunidades, pero también plantear riesgos significativos. Su historia refleja la lucha entre la libertad de expresión y la protección de los más vulnerables en un mundo cada vez más interconectado.
Aparte de la objeción en su contenido, muchos de los influencers recurren a tomarse tiempos de desconexión de sus redes. Esa exposición diaria que suelen llevar de manera generalmente propia lleva a que inevitablemente no concuerde con todos aquellos usuarios que lo consumen.
Surgen las críticas de los llamados haters. En ocasiones, más que constructivas resultan destructivas para la salud mental de la persona que se expone. Y más aún teniendo en cuenta el volumen de seguidores que mueven las redes.
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