Xu Jiayin, fundador de Evergrande, ha sido detenido
Xu Jiayin, una vez el hombre más rico de China, está ahora bajo arresto domiciliario.
El empresario chino Xu Jiayin, fundador y presidente del gigante inmobiliario chino Evergrande, que llegó a ser el hombre más rico de China, ahora se encuentra bajo arresto domiciliario al tiempo que se escenifica el inminente colapso de su empresa, que ya venía presentando problemas de liquidez y anunciando impagos millonarios desde hace varios años. Aunque el magnate Xu ha sido noticia en multitud de ocasiones por sus obras filantrópicas, su fortuna se encuentra ahora en un nivel crítico, desde que en 2021 Evergrande comenzara su actual crisis económica.
Xu, también conocido como Hui Ka-yan, ha sido puesto "bajo vigilancia" en un lugar designado, según informaron fuentes del diario Bloomberg. El negocio de Xu, Evergrande, la inmobiliaria más grande de China, lleva dos años enfrentando problemas financieros, lo que ha afectado seriamente a la reputación de la empresa en el país y a la confianza de los inversores, un círculo vicioso que ha ido devorando desde dentro al gigante inmobiliario, que en su día llegó a representar el 2% del PIB de China. Se estima que la cuantía aproximada de la deuda de Evergrande ronda los 300.000 millones de dólares.
La situación actual de Evergrande y Xu contrasta con el fulgurante ascenso económico que el magnate chino había protagonizado desde la fundación del coloso inmobiliario en 1996. En poco más de 20 años, concretamente en 2017, Xu se convirtió en la persona más rica de China, con una fortuna de alrededor de 42.500 millones de dólares (37.197 millones de euros), según publicó en su momento Forbes.
Sin embargo, su posición en la lista de los más ricos ha ido cambiando en los últimos años, situándose en puestos mucho más bajos desde entonces. Así, en 2021 ocupaba el puesto número 44, y en 2022 ya no figuraba en la lista debido a los problemas financieros de Evergrande.
La caída de Evergrande
Los problemas de Evergrande comenzaron en 2021, cuando la empresa incumplió sus compromisos comerciales dejando numerosas deudas 'offshore' y causando un gran impacto en los mercados financieros globales. No es para menos, pues el sector inmobiliario representa aproximadamente el 25% de la economía china, según apuntan diversos medios de comunicación.
Por su parte, Xu y Evergrande saltaron a las primeras planas de los medios de comunicación como símbolos de la grave crisis inmobiliaria que amenaza la economía china. Desde aquel fatídico 2021, con una enorme carga de deuda, la empresa ha tratado de reunir efectivo a través de la venta de activos y acciones para pagar a proveedores y acreedores.
Quizá el mayor problema para Evergrande y en particular para China sea el hecho de que la mayor parte de la deuda del gigante inmobiliario pertenece a ciudadanos chinos que invirtieron en propiedades que aún no se han completado. Esta situación puede encontrar parentesco con la crisis que vivimos en nuestro país en 2008, en la que muchas personas pagaron por viviendas que nunca llegaron a construirse por las quiebras de las constructoras, generando situaciones límite en multitud de familias.
Sin embargo, la totalidad de la deuda no es china pues una parte de ella pertenece a prestamistas extranjeros. Ahora, para evitar que la situación empeore aún más, la empresa está siendo dirigida por un "comité de gestión de riesgos" dominado por funcionarios estatales que intentan evitar un colapso total a través de un plan de reestructuración. Si este plan falla y Evergrande no puede llegar a un nuevo acuerdo con sus acreedores, podría enfrentar la suspensión de todas sus operaciones. La detención del magnate chino y su puesta bajo vigilancia ha vuelto a hacer tambalear el plan de supervivencia de Evergrande, que cada día está más cerca de desaparecer.
La historia de Xu Jiayin: de campesino a multimillonario
Jiayin nació en 1958 en una pequeña aldea de Henan, una de las provincias más afectadas por las hambrunas generadas por El Gran Salto Adelante, la fallida campaña de industrialización china. Jiayin perdió a su madre poco después de nacer y su abuela paterna tuvo que hacerse cargo de él pues su padre, que había sido soldado en el pasado, consiguió trabajo en un almacén.
Según recogen diversos medios de comunicación, durante la infancia de Jiayin sus ropas y sábanas estaban llenas de remiendos y su dieta consistía en batata y masa de pan hervida. Soñaba con dejar el campo, encontrar trabajo en la ciudad y comer mejor. Durante la Revolución Cultural, abandonó temporalmente los estudios después de terminar la escuela secundaria, pero los retomó en 1978 cuando las universidades reabrieron. Estudió Metalurgia y trabajó en el sector durante una década, durante los años de cambio post maoísta y la apertura y reforma de China.
Tras algunos ascensos laborales en su empresa decidió mudarse a Shenzhen en 1992, coincidiendo con que este pequeño pueblo de pescadores, vecino de Hong Kong, había sido seleccionado para convertirse en la primera Zona Económica Especial (ZEE) de China, un área donde se probarían enfoques capitalistas para impulsar el crecimiento. Finalmente, la transformación fue un éxito y en 1992, la ciudad que se convertiría en la capital tecnológica de una China en crecimiento ya estaba floreciendo y rebosante de energía. Cuatro años después nacería el gigante Evergrande.
El origen de Evergrande y los lazos de Xu con la política
En 1996, Xu fundó Evergrande en Cantón, la capital de la provincia homónima y vecina de la floreciente Shenzhen. Inicialmente la empresa se enfocó en promociones modestas en áreas con precios asequibles. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que podía aumentar su apuesta. El sector de la vivienda en las grandes ciudades chinas tenía una demanda masiva insatisfecha, y las promociones se vendían rápidamente en el país más poblado del mundo, donde además el hecho de ser propietario de una vivienda era fundamental para que un hombre pudiera casarse, según las convenciones sociales de la época.
Los precios continuaron subiendo sin cesar en las principales ciudades, lo que llevó a cientos de millones de chinos a invertir en segundas, terceras o incluso cuartas viviendas como una inversión segura. Esta efervescencia del mercado inmobiliario permitió que Evergrande se expandiera por toda China y que ahora esté presente en más de 240 ciudades en todo el país.
En 2009 Evergrande comenzó a cotizar en la Bolsa de Hong Kong. Un año después, Xu asumió el control del equipo de fútbol de Cantón, que pasó a llamarse Guangzhou Evergrande y dominó el deporte en China, ganando ocho campeonatos de liga. El club también firmó acuerdos de colaboración con la fundación del Real Madrid. Luego vinieron otras inversiones en diferentes sectores, desde agua embotellada hasta turismo, e incluso una fábrica de vehículos eléctricos que aún no ha lanzado ningún modelo al mercado.
Este empresario no solo se hizo conocido en el país por su fortuna, sino también por su estilo de vida ostentoso. Los medios de comunicación locales lo describen como el representante de una nueva generación de empresarios chinos que, a diferencia de sus predecesores, no tienen problemas para mostrar su riqueza.
Xu ha manejado hábilmente sus conexiones políticas y ha elogiado públicamente al Partido Comunista. Según apuntaron las investigaciones del Financial Times, el empresario se benefició de una estrecha relación con el vicepresidente de China, Zheng Qinghong, y su familia durante los primeros años del siglo XXI.
Además, se sabe que en 2018 Xu estaba entre los participantes del Congreso del Partido donde el presidente chino, Xi Jinping, logró que se eliminasen los límites formales a su mandato, permitiéndole permanecer en el poder durante el tiempo que desee.
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