La vida de José Bono en la República Dominicana: El nuevo ‘Zapatero’ de Luis Abinader

La relación entre José Bono, exministro socialista español, y la República Dominicana, especialmente con su presidente Luis Abinader, ha generado críticas y sospechas. 

Lejos de ser una mera colaboración entre amigos. Esta conexión plantea serias preocupaciones en diversos sectores sobre la influencia indebida y los posibles conflictos de interés en la gestión del gobierno dominicano. 

Algunos se han tomado la libertad de calificar a Bono como  el ‘Zapatero’ de Abinader. En referencia a la relación entre el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero  y Nicolás Maduro en Venezuela.

La amistad entre José Bono y Luis Abinader se ha convertido en un vínculo que va más allá de lo personal. De hecho es un vínculo que ha acabado afectando la política y los negocios en la República Dominicana. 

La última gran polémica suscitada por la relación Bono-Dominicana surgió el pasado viernes. Durante la toma de posesión para su segundo mandato, Luis Abinader contó con la compañía del exministro español.

De hecho, Bono vistió blanco. Bono también asistió a la conmemoración del 161 aniversario de la Guerra de la Restauración en el país.

El color blanco tiene un simbolismo especial para el presidente Luis Abinader y su partido, el Partido Revolucionario Moderno (PRM). El blanco es el color oficial del PRM. Ha sido utilizado ampliamente en las campañas políticas de Abinader para representar la pureza, la transparencia y el compromiso con la lucha contra la corrupción.

Aunque Abinader ha defendido públicamente la relación, argumentando que Bono aporta experiencia valiosa. La realidad es que  esta relación ha permitido al exministro español disfrutar de un acceso privilegiado al poder en el país caribeño.

Este acceso no es sólo simbólico. Fuentes del país caribeño señalan que Bono ha estado implicado directamente en la asesoría de políticas estatales.  Una situación que inevitablemente plantea la cuestión de hasta qué punto sus consejos están motivados por el interés público o por su propio beneficio personal. 

Más aún, Bono  ha aprovechado su cercanía con Abinader para introducir a otros políticos y empresarios españoles en el mercado dominicano. Lo que ha sido criticado como un claro conflicto de intereses.

Desde 2020, Bono ha constituido al menos cuatro sociedades ‘offshore’ en el país caribeño: Teivelpir RD, Veleta Sociedad, Vetapir, y Grupo Tiseck. Estas empresas, registradas en Santo Domingo, tienen un enfoque en la consultoría empresarial. 

Incluyen asesoramiento técnico, económico, fiscal y financiero. Así como servicios de posicionamiento estratégico y desarrollo de negocios a nivel nacional e internacional.

Estas sociedades también incluyen en su objeto social la adquisición y gestión de bienes inmuebles, y servicios relacionados con la publicidad y medios de comunicación.

Bono ha mantenido un perfil relativamente bajo en la sociedad dominicana. Aunque se sabe que ha contado con el apoyo de empresarios españoles radicados en el país. Lo que ha facilitado su incursión en el ámbito empresarial local.

La participación de Bono en la economía dominicana a través de diversas sociedades offshore levanta serias banderas rojas. 

Estos negocios, que supuestamente se dedican al asesoramiento técnico y económico, han sido vistos por muchos como vehículos para la evasión fiscal.  También para la explotación de los beneficios legales que ofrece la República Dominicana a inversores extranjeros. 

La creación de estas sociedades justo después de que Abinader asumiera la presidencia en 2020 no parece ser una mera coincidencia. Más bien una estrategia calculada para maximizar las ganancias personales de Bono bajo la protección de su amigo en el poder.

Bono ha obtenido beneficios fiscales y legales en el país. Estos incluyen exenciones de impuestos y reducciones significativas en las tasas hipotecarias y de dividendos, son una clara señal de cómo los lazos políticos pueden ser manipulados para el enriquecimiento personal. 

Esto no solo mina la confianza pública en las instituciones dominicanas, sino que también pone en duda la integridad del gobierno de Abinader.  Más aún cuando el presidente ha hecho de la transparencia y la institucionalidad los pilares de su mandato.

La actividad política de Bono en República Dominicana

Tal y como ya informó este medio, Bono pidió ser nombrado Cónsul Honorario en Albacete. Una posición que, aunque simbólica, le otorgaría ciertos privilegios diplomáticos.

Aunque finalmente no consiguió su cometido. A estas alturas,  algunos se atreven a calificar a Bono como el "nuevo rey" de República Dominicana, debido al poder y acceso que disfruta.

Además de su actividad empresarial, Bono ha sido instrumental en la colocación de otros políticos y empresarios españoles en posiciones clave dentro del gobierno dominicano. 

Un ejemplo notable es el de Juan Segovia, exdiputado socialista español. Segovia fue designado para desempeñar roles importantes en la administración dominicana, gracias a la intervención de Bono. 

Segovia, considerado un aliado cercano de Bono, se ha convertido en un nombre influyente en el país caribeño. Esto refuerza la percepción de que la influencia española en República Dominicana está creciendo de manera preocupante. En concreto, Segovia ha formado parte de un grupo de trabajo junto con José Bono. 

Según varias fuentes,  Segovia trabaja en temas de asesoría y desarrollo empresarial en el país.  En parte relacionado con las sociedades que Bono ha establecido en República Dominicana​

A lo largo de los años, Bono ha recibido varias condecoraciones de parte del gobierno dominicano.Algunas de las cuales datan de su tiempo como ministro del PSOE. 

Estas distinciones, que en su momento fueron vistas como un reconocimiento a su contribución en las relaciones bilaterales, ahora se reconsideran bajo la luz de su creciente influencia en el país. 

Críticos argumentan que estas condecoraciones podrían haber sido parte de una estrategia a largo plazo. Con el objetivo de cimentar su posición y preparar el terreno para su actual influencia

Una influencia que resta legitimidad

El papel de Bono en la política dominicana  no es un mero acto de asesoría. Sino una muestra de cómo los intereses extranjeros pueden infiltrarse en la administración de un país, socavando su soberanía. 

La influencia de Bono, una figura prominente en la política española, en un gobierno extranjero, refuerza la percepción de que la República Dominicana se está convirtiendo en un patio de recreo para políticos y empresarios internacionales con pocos escrúpulos.

Cada vez son más las voces críticas que señalan las relaciones entre Abinader y Bono. Especialmente teniendo en cuenta que Bono es expresidente de Castilla la Mancha, exministro de Defensa y expresidente del Congreso de los Diputados.

La reelección de Abinader el pasado mes de mayo, en la que obtuvo un 59.24% de los votos, ha sido vista por algunos como un aval a su liderazgo. Pero también deja abierta la pregunta sobre cómo la influencia de figuras como Bono ha moldeado sus políticas y decisiones. 

A pesar de las promesas de transparencia, la presencia de Bono en el círculo cercano de Abinader sugiere que los intereses personales y las conexiones internacionales podrían estar desempeñando un papel mucho más grande del que se reconoce públicamente.

El futuro de la relación entre Bono y Dominicana

La relación entre José Bono y la República Dominicana es un caso ejemplar. En concreto de cómo las conexiones políticas internacionales pueden influir de manera profunda en la política y la economía de un país. 

Esta influencia, en lugar de ser una mera ayuda para el desarrollo, se presenta como una sombra que amenaza con comprometer la legitimidad y la transparencia del gobierno dominicano.

Si bien Abinader ha prometido que este será su último mandato y ha descartado cualquier modificación constitucional para buscar un tercer período. La influencia de Bono y sus posibles intereses en el país seguirán siendo un tema de preocupación. 

Para muchos, la pregunta no es solo qué papel desempeñará Bono en los próximos años. Sino hasta qué punto la República Dominicana seguirá siendo un país soberano frente a estas influencias externas.

La relación entre José Bono y Luis Abinader no es solo una amistad personal. Algunos expertos consideran que este vínculo ha llevado a un nivel de influencia y participación en la República Dominicana que levanta serias preocupaciones sobre la integridad del gobierno. También sobre la dirección futura del país. O al menos así lo sugieren numerosos expertos en geopolítica internacional.