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INVESTIGACIÓN

Vuelve el terrible caso de Eloá Cristina Pimentel: El crimen televisado en Brasil

Por ayudar a negociar el rescate, muchos grabaron para que sirvieran de enlace entre las autoridades y el asesino.

Eloá Cristina Pimentel, una joven brasileña de 15 años, fue secuestrada y asesinada por su expareja, con la que había mantenido una relación de dos años. Los celos y la desesperación del exnovio acabaron con la vida de la joven brasileña el 18 de octubre de 2008. Un asesinato que no sabemos si se pudo haber evitado y que se convertiría en uno de los casos más mediáticos del país.

Casi 15 años después del suceso, algunos usuarios de redes sociales como Twitter rescatan este mediático caso sucedido en Brasil. En la última semana, España recordaba también la desaparición de la joven de la misma edad, 15 años, Malén Ortiz. A diferencia de Eloá, cuyo cuerpo fue encontrado, de Malén no se sabe nada 9 años después de su desaparición.

¿Qué ocurrió con Eloá Cristina Pimentel?

En el caso de Eloá Cristina Pimentel los hechos tuvieron lugar el 13 de octubre de 2008 en Brasil, cuando Cristina y varios compañeros de clase realizaban un trabajo de Geografía en casa de la chica.

Esta misma tarde, su expareja, con quien Cristina había acabado su relación de dos años, llegó al apartamento intimidando con un arma a cada uno de ellos. Ese mismo día, liberó a dos de ellos, reteniendo a su ex novia, Eloá Cristina, y a su mejor amiga, Naiara Rodrigues Vieira.

En esos momentos, la mejor amiga de la víctima contactó al momento con las autoridades para poder poner fin a este hecho traumático, alertando a la policía, quienes acudieron de inmediato a la casa. Las autoridades llevaron a cabo varios intentos de negociación con el exnovio, Lindembergue Fernandes Alves, a través de los medios de comunicación brasileños, con el fin de que este no hiciera daño a la joven, y poder llevar a cabo el rescate.

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Eloá Cristina y Lindembergue Fernandes Alves. | El Cierre Digital

Pero los medios tradicionales criticaron el modo en el que se estaba llevando a cabo la negociación, comentando que “fue muy nociva la construcción de una narrativa romántica en torno al crimen y el enaltecimiento de la personalidad criminal que hicieron los medios para captar o mantener a la audiencia”. Y es que para ayudar a la víctima, los medios convencionales tuvieron que realizar grabaciones en el momento que se encontraba secuestrada.

Un día después, el 14 de octubre, la mejor amiga de Eloá Cristina fue puesta en libertad por Lindembergue, algo que sorprendió a la sociedad, puesto que podría ser el comienzo del fin del secuestro, pero nada más lejos de la realidad; el secuestro tuvo un desenlace terrible.

Al día siguiente, Naiara, enviada por las autoridades, regresaría al apartamento con el objetivo de que el secuestrador firmara un acuerdo donde la víctima fuera liberada. Para ella, Lindembergue "era muy posesivo con ella", tanto que "no le importaría ser visto por la policía y grabado por los medios de comunicación con el fin de tenerla cerca". El secuestrador llegó usar la ventana del apartamento para tirar las bolsas de basura, y que, de ese modo, Cristina no tuviera ninguna posibilidad de escapar.

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Eloá Cristina y Lindembergue Fernandes Alves. | El Cierre Digital

Durante el 15 de octubre, Naiara acudió al apartamento para negociar lo acordado con las autoridades, aunque muy a su pesar, Lindembergue no firmó nada. Al siguiente día, un fiscal acudió a la residencia para hacerle firmar un documento, en el que se le garantizaba que no iba a sufrir ningún daño cuando él entregará a la Cristina, aunque esto tampoco obtuvo ningún resultado.

Desenlace del caso

La tarde del 18 de octubre, mientras la policía organizaba una conferencia para la prensa, el Grupo de Acciones Tácticas Especiales (Puerta) voló la puerta y detuvo a Lindemberg.

Cuando la policía entro en la casa, encontró a la joven con una herida en la cabeza y otra en la pierna. Fue llevada al Hospital de Santo Andre, una ciudad cercana a Sao Paulo, Brasil,  donde falleció al día siguiente a causa de una muerte cerebral. Según dijo la policía a los medios locales, después del delito el secuestrador fue condenado a 30 años de cárcel.

El documental que contaba "el peor caso llevado de la historia"

El caso de Eloá, junto a los videos grabado por los varios medios de comunicación y la foto donde salía llorando a través de la ventana, se convirtió en el símbolo de "uno de los secuestros peor manejados por parte de la policía en la historia de Brasil", como así consideraron muchos medios.

Debido a esta grave acusación,  la directora y productora de cine brasileña, Livia Pérez, llevó a cabo un documental llamado ‘Who Killed Eloá’ o ‘¿Quién mató a Eloá’ en el que explica a través de un estilo de crónica cómo sucedió el secuestro de la joven, a través del análisis de  papel que jugaron los medios y la policía durante la tragedia.

El caso de Malén Zoe Ortiz Rodríguez

Muy diferente fue el caso de Malén Ortiz, aunque la edad de ambas jóvenes, que tenían 15 años, y la vuelta de un caso que sucedió hace años nos hace recordar a la joven de Mallorca.

El 2 de diciembre de 2013 Malén Zoe Ortiz Rodríguez, de 15 años, pasaba a engrosar el trágico listado de menores desaparecidas en España. Eran las tres y media de la tarde cuando una cámara de seguridad de los viveros de Sa Porrassa, en Magaluf (Mallorca), la grababa montando en su monopatín verde. Se dirigía a casa de su novio, Daniel Alba, para comer con él, ya que su padre, Alejandro, y su hermano, Bruno —con quienes convivía—, no se encontraban en casa a aquella hora. Es su última imagen.

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Eloá Cristina y Lindembergue Fernandes Alves. | El Cierre Digital

Malén vivía con su padre, Alejandro Ortiz, un pequeño empresario a cuya casa se trasladó en 2012, después de que un juez concediese la custodia de ambos hermanos al padre, tras denunciar el supuesto abandono de la madre, Natalia Rodríguez, que se fue a trabajar a Tailandia. A principios de 2013, Malén se desahogaba en la red social Ask.fm: “Mi vida no es de color rosa, tengo una situación familiar muy difícil”. Por estos hechos, la Guardia Civil consideró en el primer momento una desaparición voluntaria, que descartó tras ver las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de un vivero.

La última imagen que se conserva de la niña fue grabada en la fachada de los viveros, hasta salir de pantalla, justo donde comienza un camino semipeatonal que desdobla la carretera a Cala Figuera, en el pico oeste de la bahía de Palma, hasta cruzarse de nuevo con la carretera y la calle Tudó, recorrido que siempre hacía para llegar a casa de su novio, en Son Ferrer. 

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