Trabajadores de Inditex protestan por decisiones de Marta Ortega
Hace más de un año, Inditex pagó incentivos a dependientas de Zara y otras marcas tras aumentar beneficios.
Inditex batalla contra dos acusaciones que le persiguen desde hace tiempo: su supuesta falta de mano con los residuos y las condiciones laborales que ofrece. Representantes del gigante textil se reunieron hace unos días con la Comisión Europea para impulsar su proyecto de ropa de segunda mano.
Los de Amancio Ortega querían prevenirse ante el movimiento que ha realizado parte del Gobierno, que ha propuesto que se ejecute una ley para limitar la 'moda rápida'. Yolanda Díaz, criticada en sectores progresistas por alabar hace unas semanas al empresario en televisión tras haberlo criticado hace unos años, ahora quiere poner en un aprieto a la compañía radicada en Arteixo (A Coruña).
Sumar también pide que se adopten las medidas necesarias "para garantizar el tratamiento de los residuos textiles en el marco de la revisión de la Directiva 2008/98/CE de residuos y del PERTE de Economía Circular, mediante el impulso de las medidas necesarias para establecer criterios de diseño circular en la fabricación de prendas de vestir procurando, a su vez, que los productos sean también circulares y sostenibles, así como más duraderos, resistentes y reciclados".
La formación que lidera Díaz pide acometer "medidas concretas sobre residuos textiles para poner fin a la destrucción de productos no vendidos, incluidas prendas que se hayan devuelto a los establecimientos de venta, con el fin de darles un uso útil y adecuado".
El otro toro con el que tiene que lidiarla presidenta de la textil Marta Ortega es el laboral, después de la campaña iniciada por trabajadoras contra el el Grupo Inditex, que ha declarado unos beneficios de 5.381 millones, que suponen un incremento del 30% respecto al ejercicio anterior.
Por su actividad en España, el Grupo ha superado los 1.600 millones de beneficios y los 5.665 millones en ventas, lo que supone 200.000 euros en ventas por persona empleada en tiendas. Así lo denuncian los sindicatos, molestos porque los beneficios "no están revirtiendo en la plantilla en forma de mejora global, en todas las marcas y territorios, de sus condiciones laborales, al no haber avances reales en las negociaciones estatales".
Ante esta situación, más de 500 delegadas y delegados de CCOO se movilizaron el mes pasado en Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Valencia, Bilbao, Las Palmas y Vigo. En esta campaña, "Comisiones Obreras recogió en tan solo 7 días, del 15 al 21 de marzo, 13.843 firmas. Es decir, más de la mitad de la plantilla (el 50,94 por ciento) del Grupo Inditex firmaron para apoyar la campaña", sostienen estas fuentes.
El sindicato mayoritario en la compañía pide que los beneficios "reviertan de forma justa y equitativa en quienes los hacen posibles: en todas las personas trabajadoras de todas las cadenas de toda España, con avances reales y globales en las Mesas estatales, homologando condiciones al alza".
Inditex acometió mejoras hace año y medio
El Grupo Inditex se vio obligado a impulsar una nueva política que otorga incentivos vinculados a las ventas para todos sus dependientes de las tiendas españolas de la compañía. Esta decisión, que redunda en favor de un colectivo eminentemente femenino, se anunció en plena guerra sindical en la tierra de los Ortega.
El origen de este triunfo de las trabajadoras radica en las dependientas de A Coruña, que fueron a la huelga en pleno Black Friday de 2022 y contaron con el apoyo de sindicatos como UGT y CIG, que protestaron porque el grupo mantiene a sus dependientas con unas condiciones económicas muy mejorables, a pesar de haber generado unos beneficios de 1.794 millones de euros durante el primer semestre del citado curso. "En Inditex hay clases sociales y nosotras somos la más baja", lamentaron.
Buen momento para Marta Ortega
Marta Ortega parece haber derribado las miradas condescendientes que lleva casi dos años sufriendo al asumir la presidencia ejecutiva del gigante Inditex que erigió su padre, el hoy "supuestamente jubilado don Amancio".
El 1 de abril de 2022 Pablo Isla dejaba la sala de máquinas de la compañía textil gallega, ante los pronósticos que barruntaban el desgaste de la compañía, bajo la tutela de Marta, que logró quitarse parte del sambenito de 'hija de papa' al presentar en marzo ventas en el curso pasado por encima de los 35.000 millones (10% más que el curso anterior) y un beneficio neto de 5.381.
Las 'ganancias' se disparan por encima del 30% bajo el pilotaje de Marta Ortega con la inestimable ayuda de su consejero delegado, Óscar García Maceiras, que señaló que "el desempeño de Inditex en 2023 ha sido excelente. Nuestros equipos han sabido aprovechar las oportunidades para seguir creciendo de forma rentable. Estamos invirtiendo para impulsar el crecimiento futuro y seguir ofreciendo una remuneración atractiva a los accionistas".
Inditex se zafa de los problemas que arrastró el sector el pasado año, principalmente la crisis del Mar Rojo que es una de las principales rutas comerciales del mundo (ya que pasa más del 40% de las mercancías comerciales que se intercambian Asia y Europa).
Las fábricas de cercanía contribuyen a dar oxígeno a Marta Ortega, orgullosa del imparable crecimiento de la empresa: el pasado año abrió 192 tiendas en 41 países, por lo cual el conglomerado alcanza los 5.692 comercios.
Las ventas de Inditex han crecido en tiendas físicas (casi un 8%) y principalmente online (16%), lo cual contribuye a que la compañía anuncie inversiones por valor de 1.800 millones y barrunte números récord también para 2024.
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