Telefónica 'oculta' las llamadas intervenidas por el Gobierno de Maduro en Venezuela
Según informes de transparencia de la teleco, en 2021 se registraron más de un millón de comunicaciones 'pinchadas'
La operadora española Telefónica, presidida por José María Álvarez-Pallete vuelve a estar bajo el foco. Presente en Venezuela desde 2005, ha sido objeto de controversia por la cantidad masiva de comunicaciones intervenidas bajo órdenes del gobierno de Nicolás Maduro.
Según informes de transparencia, en 2021 se registraron más de 1.58 millones de llamadas interceptadas, lo que representa un récord histórico para la compañía en este país sudamericano.
Sin embargo, en sus reportes más recientes, Telefónica ha dejado de incluir estos datos. Ante la atónita mirada de la comunidad internacional, Telefónica ya no informa sobre las llamadas intervenidas en Venezuela. La teleco alega en su defensa la priorización del cumplimiento con la legislación venezolana y la protección de sus empleados.
Esta situación ha generado inquietud tanto dentro como fuera del país, especialmente entre organismos de derechos humanos. Estos denuncian un creciente uso de la tecnología para reprimir la disidencia política.
Las interceptaciones no solo incluyen llamadas, sino también metadatos, como la localización y la identificación de los usuarios. Esto ha hecho que Venezuela se destaque negativamente en comparación con otros mercados donde opera la multinacional.
En un contexto de crisis política y económica, la intervención de las telecomunicaciones ha sido utilizada como una herramienta de control por el régimen de Maduro. Desde 2019, Telefónica ha informado sobre la “excepcionalidad” de la situación venezolana. En más de una ocasión la teleco ha explicado los desafíos que enfrenta para mantener la conectividad y proteger a sus empleados en un entorno cada vez más restrictivo.
Los reportes de Telefónica indican que la cantidad de llamadas intervenidas en Venezuela supera con creces la suma de todas las interceptaciones realizadas en otros países donde opera.
En España, por ejemplo, solo se intervinieron 14,215 llamadas en 2021, mientras que en Venezuela la cifra ascendió a 1.58 millones.
Esta disparidad resalta la gravedad de la situación en el país caribeño. En Venezuela el control de las comunicaciones se ha convertido en una prioridad para el gobierno.
Organizaciones como Amnistía Internacional y Vesinfiltro han alertado sobre el uso de herramientas tecnológicas para vigilar y perseguir a la oposición política. Especialmente después de las elecciones de julio de 2024, donde Maduro se declaró vencedor en medio de denuncias de fraude y falta de transparencia.
La plataforma VenApp, promovida por el gobierno venezolano, ha sido señalada como un instrumento del gobierno. En concreto orientado para que los ciudadanos denuncien a manifestantes y opositores, intensificando así la represión.
La situación en Venezuela plantea preguntas sobre el papel de las empresas de telecomunicaciones en contextos autoritarios y los dilemas éticos que enfrentan al operar bajo regímenes represivos.
En este contexto, Telefónica reportó en 2023 ingresos de 112 millones de euros en Venezuela. Ahora, la teleco ha tenido que equilibrar su compromiso con la privacidad de los usuarios y el cumplimiento de leyes locales. Leyes que exigen la colaboración en la vigilancia estatal.
La omisión de datos específicos en los informes más recientes de la compañía pone de relieve la complejidad de operar en un entorno donde la legalidad se utiliza para justificar la represión. Donde las empresas se ven obligadas a navegar entre sus principios corporativos y las exigencias de los regímenes bajo los cuales operan.
El dolor del pueblo venezolano
Sin duda uno de los relatos más noticiados en los últimos días sobre Venezuela ha sido el de José Luis Rodríguez, conocido mundialmente como “El Puma”. En un video compartido en redes sociales, El Puma comienza expresando su tristeza por la situación en la que se encuentra Venezuela. Un país al que describe como su “gran amor” y que, en sus palabras, “está agonizando”.
Desde el primer momento, su tono es de una sinceridad desgarradora, hablando no solo como una celebridad, sino como un hijo que ha visto a su "madre patria caer en desgracia".
El cantante hace un llamado a la unidad entre los venezolanos, sin importar sus diferencias políticas o sociales. “Es el momento de dejar de lado las divisiones y pensar en el futuro de nuestra nación”, dice con un tono firme. “Venezuela no puede seguir siendo víctima de la codicia y el egoísmo de unos pocos; es hora de que todos los venezolanos, dentro y fuera del país, trabajemos juntos por la reconstrucción”.
La delicada situación de Venezuela tras las pasadas elecciones
Como ya ha noticiado en más de una ocasión elcierredigital.com, Venezuela se encuentra inmersa en una profunda crisis política y social. Esta crisis se ha visto agravada tras las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio.
En estos comicios, Nicolás Maduro fue declarado ganador por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Este resultado ha sido ampliamente cuestionado tanto dentro del país como a nivel internacional, generando una ola de protestas y condenas globales.
El proceso electoral estuvo marcado por acusaciones de fraude y represión política. Maduro, que lleva más de una década al frente del país, fue declarado a pesar de que Edmundo González Urrutia había sido el claro favorito en las encuestas.
Según las encuestas a pie de urna y un conteo rápido independiente, González habría obtenido la victoria. Además con un margen de más del doble de votos en comparación con Maduro.
Sin embargo, el CNE, controlado por el gobierno, anunció unos resultados oficiales que daban la victoria a Maduro, lo que generó una ola de protestas a nivel nacional. La oposición, liderada por María Corina Machado, rechazó estos resultados y denunció que Maduro había manipulado el proceso electoral para mantenerse en el poder. La oposición afirmó que más del 70% de los votantes respaldaron a González, lo que contradice los resultados oficiales.
Han sido varios los países que han reaccionado con escepticismo y preocupación ante los resultados. Destacando Estados Unidos, varios miembros de la Unión Europea, y diversas naciones latinoamericanas.
En general, la comunidad internacional ha expresado su desconfianza en la transparencia del proceso electoral. Además, han pedido una auditoría independiente de los resultados.
Estados Unidos, que ya había sancionado a Venezuela bajo el liderazgo de Maduro, ha reiterado su rechazo al resultado electoral. El gobierno estadounidense ha declarado que no reconoce la victoria de Maduro y que, según su evaluación, el verdadero ganador fue González.
La administración Biden había explorado la posibilidad de normalizar las relaciones con Venezuela si se llevaban a cabo elecciones libres y justas. Sin embargo, la falta de transparencia en el proceso ha frustrado estos esfuerzos. Además, el gobierno estadounidense ha negado haber ofrecido una amnistía a Maduro.
Maduro ha respondido a las críticas internacionales con una mezcla de desdén y desafío, afirmando que su gobierno y el CNE son más legítimos que muchas instituciones en otros países. Ha recibido apoyo de sus aliados tradicionales, incluyendo Cuba, Nicaragua, y Rusia, quienes han felicitado su "triunfo histórico". A nivel interno, Maduro ha prometido mantener la paz y la seguridad, pero la realidad en las calles es de creciente tensión y malestar.
Las protestas en Venezuela han sido generalizadas, con manifestaciones en Caracas y otras ciudades importantes. La represión policial ha sido intensa, y se han reportado múltiples enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
Más noticias: