Vuelve la sombra del espionaje con Pegasus: Los indicios de su uso en España y Francia
El país galo señala a Marruecos como autor de los ataques con el software al teléfono de Pedro Sánchez, entre otros
El pasado miércoles se produjo el arresto de Fouad Abdelmoumni, destacado defensor de los derechos humanos en Marruecos. Abdelmoumni había denunciado el uso del espionaje y de la inmigración como una estrategia deliberada del país alauita contra Francia.
Su reciente detención ha reavivado el debate sobre el uso del software espía Pegasus y las tácticas de presión empleadas por el gobierno marroquí. Tanto a nivel interno como en sus relaciones internacionales.
El polémico programa Pegasus es un software de espionaje desarrollado por la empresa israelí NSO Group. En su origen estaba diseñado para combatir el terrorismo y el crimen organizado.
Este programa permite acceder de forma remota y sin el conocimiento del usuario a la totalidad de la información contenida en un dispositivo móvil. Incluyendo mensajes, correos electrónicos y contactos. Además, puede controlar la activación de micrófonos y cámaras.
Su uso ha sido objeto de polémica debido a su implementación por parte de varios gobiernos para espiar a periodistas, activistas y políticos. De hecho, Pegasus ha sido uno de los temas candentes en torno a las relaciones del país alauita con sus vecinos franceses y españoles.
El software puede infiltrarse en los dispositivos móviles de diferentes formas. Quizá la más usada sean los enlaces maliciosos. Se envían mensajes de texto o correos electrónicos con enlaces que, al ser clicados, instalan el software en el dispositivo.
De igual manera, Pegasus puede instalarse aprovechando vulnerabilidades en aplicaciones como WhatsApp. Incluso puede instalarse sin necesidad de que el usuario interactúe, simplemente mediante una llamada perdida.
El software se aprovecha de fallos de seguridad en los sistemas operativos para instalarse sin necesidad de interacción del usuario. Una vez instalado, hay acceso total al dispositivo. Lo que permite extraer datos, activar micrófonos y cámaras o realizar el seguimiento de la ubicación del usuario.
Investigaciones realizadas por organizaciones como Amnistía Internacional señalan a Marruecos como uno de los países que han utilizado Pegasus para espiar a diversas personalidades, tanto nacionales como extranjeras.
Entre las víctimas se encuentran periodistas, activistas de derechos humanos y políticos. En julio de 2021 se reveló que los servicios de inteligencia marroquíes habrían intervenido los teléfonos del presidente francés Emmanuel Macron y de 14 de sus ministros.
En España, durante la crisis diplomática con Marruecos, en ese mismo 2021, se descubrió que los teléfonos del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de varios ministros fueron infectados con Pegasus.
Aunque no se ha confirmado oficialmente la autoría, múltiples indicios apuntan a Marruecos como presunto responsable de este espionaje.
El uso de Pegasus contra España
Los ataques contra Sánchez y otros ministros coincidieron con otro movimiento de Marruecos. El país alauita ‘propició’ que casi 10.000 personas cruzaran la frontera con Ceuta en apenas 24 horas. Lo que dio lugar a una crisis diplomática y a la mayor avalancha migratoria que se recuerda en la ciudad autónoma.
En aquel entonces, una investigación de Amnistía Internacional ya señaló a Rabat por el uso del programa espía para vigilar a políticos y periodistas en mayo y junio de 2021. Precisamente en las fechas en que se produjeron los ataques informáticos y coincidiendo con el peor momento de las relaciones españolas con el país vecino.
Aunque las investigaciones se archivaron en 2022, el caso fue reabierto el pasado mes de abril. En concreto, fue el juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama quien lo decidió tras recibir nueva información de las autoridades francesas.
Información que aportaba indicios sobre el espionaje con Pegasus a los dispositivos móviles del presidente del Gobierno y de varios ministros. De hecho, la colaboración con Francia ha permitido avanzar en la identificación de posibles responsables. También ha servido para comparar elementos técnicos relacionados con las infecciones de los dispositivos.
Así las cosas, el juez Calama sigue el rastro de los servicios de inteligencia de Marruecos como los posibles responsables del espionaje con el software Pegasus al teléfono de Sánchez. También al de la ministra de Defensa, Margarita Robles, del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska y del ministro de Agricultura, Luis Planas.
Según revelaron en mayo fuentes jurídicas al diario El Español, los datos recibidos de Francia aportan al juez sólidos indicios de la autoría de Rabat tras la operación de espionaje. De igual manera, en París también se indaga sobre el presunto espionaje de Marruecos a varios activistas prosaharauis.
Concretamente, el correo electrónico utilizado para infectar el móvil de Sánchez, Robles y Marlaska es el mismo cuyo rastro apareció en el espionaje a Claude Mangin, una activista francesa prosaharaui. Al parecer, el mismo correo infectó a un alcalde francés y a un diplomático del Frente Polisario.
La cuenta es linakeller2203@gmail.com. No es la primera vez que esta cuenta salta a escena. En el auto en el que el juez archivó el caso en julio de 2022, menciona esa dirección de correo electrónico en varias ocasiones.
De hecho, durante la instrucción Calama había ordenado al Centro Criptológico Nacional, dependiente del CNI, que determinase la identidad "del usuario de la cuenta linakeller2203@gmail.com". Aunque todo parecían dudas y especulaciones sobre los posibles responsables, al recibir los sumarios instruidos por la Justicia francesa, el instructor reabrió el caso Pegasus. Algo que parece indicar, según fuentes expertas, que la autoría de Rabat podría estar más cerca de quedar demostrada.
El caso de Fouad Abdelmoumni
Fouad Abdelmoumni, economista y activista marroquí detenido el pasado miércoles, ha sido una voz crítica contra el gobierno alauita en los últimos años. Y en febrero de 2020 sufrió una violación de su privacidad cuando se instalaron cámaras ocultas en su domicilio.
Las cámaras grabaron momentos íntimos que posteriormente fueron enviados a sus familiares y amigos. El acto fue interpretado como un intento de intimidación y desprestigio.
El pasado 30 de octubre, coincidiendo con la visita de Estado del presidente francés Emmanuel Macron a Marruecos, Abdelmoumni fue detenido. Todo tras publicar en redes sociales que el gobierno marroquí utilizaba la migración, la inteligencia de seguridad y el espionaje para presionar a Francia.
La Fiscalía de Casablanca lo acusa de difundir información falsa y de insultar a instituciones del Estado. Finalmente, tras dos días de interrogatorio, fue puesto en libertad provisional a la espera de juicio.
Reacciones internacionales y consecuencias diplomáticas
La detención de Abdelmoumni ha sido condenada por diversas organizaciones de derechos humanos. La consideran un acto de represión política y una violación de la libertad de expresión.
La proximidad temporal entre la visita de Macron y el arresto del activista también ha generado críticas hacia el gobierno francés. En concreto, por no abordar públicamente la situación de los derechos humanos en Marruecos durante la visita.
Este incidente pone de manifiesto las tensiones en las relaciones diplomáticas entre Marruecos y sus vecinos europeos. Especialmente en lo referente al uso de herramientas de espionaje como Pegasus y las tácticas de presión empleadas por Rabat.
En España, tras la reapertura del caso Pegasus el pasado mes de abril, esta detención tampoco ha sentado bien entre los expertos.
Las presiones contra Abdelmoumni han reavivado las sospechas sobre la implicación de Marruecos en el espionaje a altos cargos del gobierno español. Algo que en Francia muchos ya dan por sentado. Aunque aún queda por ver el posible impacto geopolítico de este espionaje.
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