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Dos hombres con trajes formales caminando por un pasillo.
INVESTIGACIÓN

Sergio Sayas y Carlos García Adanero, diputados díscolos de UPN

Clásicos de la política navarra, se niegan a entregar su acta tras intentar tumbar la Reforma Laboral del Gobierno

Navarra, cuestión de Estado por el temor estatal a que los territorios del viejo reino se reunifiquen. Esta situación, y la existencia de ETA, explica que el PSOE haya posibilitado gobiernos conservadores en la Comunidad Foral durante prácticamente un cuarto de siglo, entre 1991 y 1995 y entre 1996 y 2015.

El antiguo temor de Ferraz a que posibles pactos con nacionalistas pasasen factura a nivel electoral acabó en 2019 cuando Pedro Sánchez, influido por Santos Cerdán y el PNV, posibilitó que la socialista  María Chivite gobernase Navarra junto a Geroa Bai.

La pacificación del norte hizo comprensible en amplios sectores de la sociedad navarra que el PSN-PSOE gobernase con la abstención cómplice de Euskal Herria Bildu. Esta situación, junto a la desaparición de ETA, desfavoreció a UPN ya que más del 60% de la ciudadanía navarra vota a opciones progresistas.

UPN, que lleva siete años en la oposición, según fuentes internas consultadas por elcierredigital.com, "pretendía tender puentes con el PSOE". Pero el plan de Javier Esparza para normalizar relaciones de cara a gobernar Navarra en 2023 ha saltado por los aires por la decisión de los diputados Sergio Sayas y Carlos García Adanero, que se negaron a votar a favor de la convalidación de la reforma laboral.

Hombre de traje y corbata hablando en un podio con micrófonos.
Javier Esparza, líder de UPN. | El Cierre Digital

El divorcio propiciado por Sayas y García Adanero dentro de su formación, va a dejar sin voz a UPN en el Congreso por primera vez desde 1979 y deja en papel mojado algunos compromisos adquiridos por los socialistas navarros, véase inversiones en la Ribera o compromisos para que el PSN-PSOE les priorice a la hora de negociar respecto a  EH Bildu.

Dos clásicos de la política navarra

Carlos García Adanero y Sergio Sayas son dos clásicos de la política navarra. El primero, nacido en Burgos y criado en Navarra desde los 4 años, ejerció de parlamentario en la Comunidad Foral entre 1991 y 2019 y llegó a convertirse en secretario general de UPN durante el mandato de Yolanda Barcina.

García Adanero fue portavoz parlamentario de UPN entre 2004 y 2015, año en el que Javier Esparza le relevó, pasando en 2019 al Congreso como última etapa de su vida política. Sus últimas actuaciones, con ataques a Pedro Sánchez por una agresión que sufrió su hijo en Pamplona y de apoyo a manifestaciones contrarias a que Navarra recupere la competencia de Tráfico, lo han convertido en un diputado con fama de bronco.

Sergio Sayas, natural del municipio ribero de Buñuel, comenzó a desarrollar su tarea política escoltado en el difícil Ayuntamiento de Berriozar, feudo de la izquierda abertzale. Posteriormente, se convirtió en líder de Juventudes Navarras (la rama juvenil de UPN), entró en 2007 en el Parlamento de Navarra y en 2013 se convirtió en secretario de Organización del partido bajo el liderazgo de Barcina.

Es cierto que, mientras que la postura de García Adanero puede estar motivada por su sesgo ideológico antisanchista, la de Sergio Sayas podría tener una intención oculta: prolongar su carrera política, ya que sabía que a finales de esta legislatura se tenía que retirar tras dos décadas ejerciendo.

Y lo sabe porque el líder de UPN, Javier Esparza, no le perdona que se presentara contra él en las primarias regionalistas celebradas en 2020. Esparza, líder del partido desde 2015, ganó aquella cita con más del 58% de los votos. Sayas superó el 40%, a pesar de no tener el apoyo de las principales figuras del partido, y desde entonces ha afeado a su rival que no integrara a su equipo en la dirección.

Gravedad

El Comité Ejecutivo de UPN propuso el pasado viernes expulsar del partido a Sayas y García Adanero con solo un voto en contra y tres abstenciones. Y el Consejo Político del partido, máximo órgano entre congresos, ratificó la postura este sábado con más de un 80% de apoyos.

Esparza ha agradecido "el apoyo del Consejo Político, que ha avalado la decisión de la Ejecutiva y respalda a la dirección de UPN. Quiero que los navarros sepan que vamos a seguir trabajando por Navarra. En UPN podremos acertar o equivocarnos, pero somos un partido que cumple su palabra".

Los regionalistas han dicho que "la gravedad de la actitud de los dos diputados de UPN en el Congreso de los Diputados, no solo por su falta de disciplina, sino también por la ocultación de su voto final a votantes, afiliados, cargos, ejecutiva y dirección del partido, todo ello, además, con premeditación, ha causado un daño de incalculables consecuencias y repercusión, tanto en el propio partido como en sus dirigentes, algo que ha puesto en jaque nuestra credibilidad y fiabilidad".

"Sergio Sayas y Carlos García Adanero han tomado la decisión en contra de la de los órganos del partido. Se ha tomado también engañándonos, como demuestra que han manifestado previamente de manera pública que iban a aceptar la disciplina de voto para después no hacerlo", añaden.

UPN afirma que ha podido "constatar que los dos diputados sí que han advertido del sentido final de su voto a otras formaciones políticas que han sido conocedoras del mismo, mientras la dirección de UPN desconocía este extremo".

Los regionalistas, aliados de PP y Ciudadanos en Navarra Suma, han pedido perdón al PSOE: "Lo que ha sucedido hoy (por el jueves pasado) no representa a UPN, un partido de palabra, de valores y de principios, que cumple sus acuerdos. Entre esos valores y principios no se encuentra no cumplir la palabra dada".

Y afirmaron que  "la deslealtad con los votantes, afiliados y órganos del partido es absoluta e inaceptable, por lo que pedimos a los dos representantes de UPN en el Congreso que entreguen su acta de diputado inmediatamente".

¿Y ahora qué?

UPN perderá su voz en el Congreso por primera vez en más de cuatro décadas y seguramente, intentará acercarse al PSOE, que es la formación de la que dependen para volver a instalarse en la sede gubernamental del Palacio de Navarra.

Javier Esparza, que obtuvo un discreto resultado en las autonómicas de 2015 y logró un aprobado con Navarra Suma en 2019, cree que puede ser su última oportunidad para convertirse en presidente de la Comunidad Foral.

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