Santos Cerdán arrebata el poder a José Luis Ábalos: Así es el 'hombre invisible'
El navarro será el nuevo secretario de Organización del PSOE y controlará el Congreso de octubre en Valencia
"Un príncipe que no se preocupe del arte de la guerra, aparte de las calamidades que le pueden acaecer, jamás podrá ser apreciado por sus soldados ni tampoco fiarse de ellos", decía el padre de la política moderna, Nicolás Maquiavelo.
Y el arte de la guerra ha sido practicado por Pedro Sánchez, que ha realizado una demostración de fuerza pública al desembarazarse de su núcleo duro. El presidente del Gobierno ha despolitizado el bloque socialista del Gobierno de España con una 'guillotina' que se ha cobrado las testas de José Luis Ábalos, carbonizado desde el 'Delcygate', e Iván Redondo.
El spin doctor, con su aura de serie televisiva y su currículum legendario tras haber trabajado para el Partido Popular, sustraía todos los méritos de Sánchez, que según reconoce uno de los caídos a este medio, "siempre ha demostrado una osadía por encima de su talento".
Chaparrón
La tormenta de verano pilló desprevenidos a todos los plumillas que olfatean Moncloa. Y es que estos esperaban una serie de cambios cosméticos con los que Sánchez encarara la segunda mitad de la legislatura con el ánimo de remontar en las encuestas tras la debacle madrileña a lomos de los multimillonarios fondos europeos Next Generation.
Pero las novedades son de aúpa: Iván Redondo se ha caído por el barranco y ahora está centrado, como siempre, en ganar el relato. El politólogo, quizás la mejor cabeza de la vida pública española si no fuese tan hipersensible a nivel mediático, está filtrando que él quiso parar cuando en realidad Sánchez le ha parado en sus pretensiones de convertirse en ministro de Presidencia.
Es cierto que Redondo le sugirió hasta en dos ocasiones a Sánchez que podría salir del Gobierno, pero era público y notorio que ambicionaba convertirse en un 'vicepresidente' sin vicepresidencia para tener una agenda pública con la que defenderse de las críticas y, decía él, hacer de fusible para frenar las tensiones que recibía el presidente. Pero no habrá fusible y tendrá que pasar a la vida privada, que le esperará con los brazos abiertos.
Triunvirato
Redondo era miembro del triunvirato que celebró los triunfos de Sánchez en las primarias socialistas de 2017, la moción de censura de 2018 y las electorales de 2019. Y de ese triunvirato no ha sobrevivido nadie porque Carmen Calvo y José Luis Ábalos están fuera tras haberse carbonizado.
Carmen Calvo no llorará por su caída después de haberse socarrado por la 'ley trans'. La andaluza ha vivido su segunda etapa en la primera línea política, antes lo hizo en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y es la única del triunvirato que tiene premio de consolación porque Sánchez le ha ofrecido la presidencia del PSOE para relevar a Cristina Narbona.
El que peor ha recibido la noticia es José Luis Ábalos, que en 72 horas ha sufrido varias fases de ira al quedarse colgado de la brocha tras haber realizado mil y una tareas feas para su jefe, que valoraba una lealtad que quizás ahora no ha tenido para su anacrónico amigo valenciano.
Ábalos, con el 'Delcygate', el pago en metálico en Canarias y las comidas desveladas por Elcierredigital.com, sigue en shock tras haber tenido que torear con todas las parejas 'feas' que le tocaban a Sánchez: desde halagar a Losantos en un café celebrado en Moncloa a ofrecerle "el oro y el moro" a Susana Díaz para que dejase el trono del sur, o compadrear con el exsocialista Casimiro Curbelo para que el PSOE se hiciera con Canarias tras un cuarto de siglo 'chupando banquillo'.
Cambio de discurso
Ábalos insinuó este pasado sábado a sus amigos mediáticos, casi todos de derechas, que había cumplido un ciclo. Cuando vio que del golpe le salía un moratón, intentó retener la secretaría de Organización del PSOE. Y, ahora, está soltando que Sánchez es un desleal que le consultó los cambios de Gobierno sin atreverse a decirle que el cambio más heavy en el ámbito personal era el suyo. Eso sí, los que le conocen descartan que 'muera matando' y ven muy probable que retenga el escaño en el Congreso.
Es evidente que Ábalos está desnortado tras 38 años con sueldo político: entró en 1983 en la delegación del Gobierno en Valencia y ahora era 'el rey del mambo' con una garra de la pinza colocada en Ferraz y otra en el millonario Ministerio de Transportes (Fomento).
Es cierto que en los últimos tiempos huía del foco porque todo Madrid, según fuentes de Ferraz, "sabía que lo suyo era puro teatro". Pero quizás no se merecía este palo de Sánchez, que tanto se benefició de sus quehaceres por mucho que tuviese ademanes 'torrentianos'.
El 'Milagro' de Cerdán
La pequeña localidad navarra de Milagro está gobernada por el PSOE, que no ganó las municipales cuando tuvo de candidato a Santos Cerdán. Este técnico de mantenimiento, "con más lealtad que lecturas", dicen en UPN, ambicionaba la humilde vara de mando de un pueblo ribero de menos de 4.000 habitantes. Pero, sin comerlo ni beberlo, se convirtió en número dos del socialismo navarro antes de apoyar a Sánchez cuando el 'no es no'.
Sánchez recibió a Cerdán con mucha simpatía porque era "todo corazón". Y el presidente del Gobierno se encargó de que el de Milagro se convirtiese en diputado, secretario de Política Territorial del PSOE y presidente de la Fundación Pablo Iglesias.
Ahora Cerdán toma las riendas de Ferraz como nuevo secretario de Organización del PSOE antes del 40º Congreso que se celebrará en la Valencia de su amigo caído Ábalos, al que ayer dio la espalda porque prefirió acudir a la 'proclamación' de Félix Bolaños que al cambio en el Ministerio de Transportes.
Es cierto que Cerdán ejercía el papel de número 3 desde hace tiempo, en las últimas semanas ha tutelado las primarias andaluzas que ganó Juan Espadas y la moción socialista en Granada. Pero ahora, al 'hombre invisible' le tocará figurar a pesar de su alergia mediática.
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